Todo a la vez en todas partes
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“No pasará ni un solo momento sin que el resto del universo grite por tu atención. Jamás estarás en un sitio por completo. Solo una vida de momentos fracturados, contradicciones y confusión. Con tan solo escasos momentos en donde las cosas tengan algo de sentido”. No se puede tener ‘Todo a la vez en todas partes’.

“Veo todo” (Evelyn)

Crítica de Todo a la vez en todas partes

El estudio independiente A24 está haciendo mucho por convertirse en la nueva Blumhouse, pero con un estilo mucho más ecléctico. Su estallido de popularidad y sello de films abarcan cintas de multitud de géneros. Películas que, desde un presupuesto controlado, luchan por premios y logran grandes resultados en los balances de costes y taquilla. Y ahora uno de sus films de cabecera del pasado 2022 es la que hoy nos ocupa: ‘Todo a la vez en todas partes’.

La cinta se estrenó en cines norteamericanos de forma progresiva. Así fue pasando de una decena de salas a más de dos mil quinientas pantallas en apenas quince días. La producción se hizo valer de una controlada campaña de marketing y el boca-oreja que la llevó a lograr un importante monto de más de setenta millones sólo en dicho mercado. A esos setenta millones del box office americano, hay que sumarle los 34 “kilos” a nivel mundial… Pero el auténtico boom vino con sus descomunales once nominaciones a los Oscars 2023. Sin duda, el reconocimiento de la Academia terminó de lanzar su fama dándole un status de film de obligado visionado para todo aquel cinéfilo curioso que aún no la hubiese descubierto.

Al margen de sus premios y nominaciones, seamos claros, ‘Todo a la vez en todas partes’ no es la obra ineludible de 2022 que nos quieren vender. Ahora bien, tampoco es un bodrio de proporciones gigantescas. Sí en algún escalafón se la debe situar es en el de las cintas curiosas y/o de festivales. Y ahí estaría en ese apartado de films para ver una vez y ya. Se entiende que pueda levantar cierta expectación… pero, a la hora de la verdad, no da para más que para un breve fenómeno viral. Ni siquiera le alcanza para ser la “nueva” Parásitos (Bong Joon Ho, 2019). Ese adjetivo le queda grande. Y, seamos sinceros, ¿Quién se acuerda hoy de ‘Parásitos’? Por consiguiente, las 11 nominaciones en los cada vez menos fiables premios de Academia se me antojan del todo punto exageradas.

El guión y la dirección están a cargo de la dupla artística formada por Dan Kwan (anteriormente acreditado como Daniel Kwan) y Daniel Scheinert. En 2016 firmaron la que, hasta la fecha, era su película más conocida ‘Swiss Army Man’, la cinta protagonizada por Paul Dano, Daniel Radcliffe y Mary Elizabeth Windstead. Sobre su labor en la dirección en ‘Todo a la vez en todas partes’ debemos de admitir que han realizado un trabajo superior al nivel de los recursos dispuestos. El film visualmente quiere agradar y los directores saben jugar esa baza. Lo que sucede es que el humor que buscan con su guión, y con las situaciones que dan pie los personajes que habitan los infinitos universos, acaba por resultar ridículo en muchos momentos.

Lo anterior pesa claramente con el fondo de la cinta. Un fondo que, sobre todo, versa sobre la incomprensión de la familia, los sueños rotos, la vejez, la visión vacía de una vida malgastada, el amor y demás temas de consumada relevancia. Al final todo esto acaba por resultar forzado. Especialmente cuando se reviste de ese humor facilón, digno de seriales paródicos o sketchs infames a lo Saturday Night Live… Existen aquí momentos en donde uno acaba por ver una mezcla sonrojante de La fiesta de las salchichas (2016) conTurning Red (2022) y ‘Boss Level’ (Joe Carnahan, 2020). Y, por mucho que al final se vuelque en su lado más dramático y humano, las chanzas ya no pueden ser borradas. Mucho me temo que el espectador que se haya perdido por el camino… ya no se reencontrará con el film en ese tercio final.

Del tono comentado predomina la comedia. Así veremos avanzar la película de mano de un humor inclasificable. Un humor que juega con los viajes extracorporales, las posibilidades de los multiversos y los “yos” alternativos. Pero dentro de la comedia también habrá tiempo para el drama. Y es que en el fondo el film es lo que es. También es evidente que se toca el género de la ciencia-ficción, pero siempre del lado paródico y como añadido. En este aspecto destaca el descolocante uso de las artes marciales al más puro estilo Jackie Chan incorporando guiños a películas como Terminator (James Cameron, 1984) oMatrix (Lana y Lilly Wachowski, 1999). Esta última con el empleo del slow-motion y/o bullet-time a pleno uso en muchos momentos. Estas set-pieces se sienten siempre como un parche para acercar la propuesta al estilo mainstream que sin ese toque de sci-fi no podría abrazar.

Del casting claramente sobresalen dos nombres para el público internacional: Michelle Yeoh, icono del cine marcial asiático. Y Jamie Lee Curtis, absoluta musa del cine de terror americano. Ambas podemos decir que encaran roles nuevos en su filmografía. Yeoh da vida a Evelyn, una anodina inmigrante china en América que lucha por su humilde y claramente ruinoso negocio de lavandería para sacar adelante a su familia. Muy pronto el abanico de diferentes Evelyn’s abre a Yeoh la posibilidad de explorar un sinfín de facetas interpretativas que ¡cómo no! acabarán por desembocar en su lado más duro y marcial.

Por su parte, Lee Curtis entrega a una inenarrable oficinista de Hacienda vestida horrorosamente y claramente insufrible. El tipo de mujer que uno al verla y oírla ya sabe por dónde va a salir. Ojo al físico de la antigua sex-symbol, como ella mismo afirmaba orgullosa en sus RRSS aquí pudo mostrarse sin maquillar ni disimular la barriga, algo que decía estar haciendo desde hace más de 40 años en Hollywood por la dictadura del físico de la industria… Ni que decir tiene que, en otros multiversos, Lee Curtis puede afrontar y encarar diferentes papeles. Roles cada cual más inclasificable y todos ellos imposibles de ser tomados en serio.

Completan el casting el mítico James Hong como el padre de Evelyn (en muchos momentos solo hablando en su idioma natal). El recordado actor infantil ochentero Ke Huy Quan como Wymond, el marido de Evelyn, un dominado hombrecillo en la mayoría de universos. Y por último tenemos a Stephanie Hsu (Joy). El suyo es, de largo, el rol más complicado de todo el elenco. También, y de manera incomprensible, es el que menos repercusión ha tenido a nivel premios y alabanzas. Tan es así que su nominación como mejor actriz secundaria para los Oscars 2023 ha quedado totalmente tapada. Sin embargo, si un miembro del elenco sobresale por lo complicado de su papel esa es ella, ya que debe de cargar con todo el peso de la historia dramática de la misma.

“¡No me llames Evelyn! Yo… soy… ¡Tu madre!” (Evelyn)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Todo a la vez en todas partes, un film ciertamente curioso… pero mucho más pretencioso que otra cosa. Su humor, sin duda, no es para todos los gustos. Y, aunque visualmente puede tener un estilo llamativo, todo lo que quiere contar seguramente con menos chanzas, menos minutos y más valentía se pudo haber narrado de otra forma y el resultado habría sido mejor. Sí finalmente arrasa en los premios más venerados de la Academia americana, más vale que nos sentemos y nos replanteemos seriamente hacia dónde vamos “cinematográficamente” hablando.

Tráiler de Todo a la vez en todas partes

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