Terminator
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El viaje en el tiempo siempre ha sido un sueño recurrente para el hombre. Desde que H.G. Wells escribiera su famosa novela, ‘La máquina del tiempo’, muchas películas se han inspirado en ese sueño. James Cameron, que había debutado como director en ‘Piraña 2’, decidió embarcarse en una aventura que, a la postre, sería la que convirtió su nombre en leyenda. Hablamos de ‘Terminator’, una de las películas de ciencia ficción más influyentes de las últimas décadas. Una película que acabó siendo el origen de una saga más que rentable y la abanderada de toda una generación de cinéfilos.

«Las máquinas surgieron de las cenizas del fuego nuclear. Su guerra para exterminar a la raza humana había durado décadas, pero la batalla final no se libraría en el futuro. Se libraría aquí, en nuestro presente. Esta noche…».

Crítica de Terminator

El tema de los viajes en el tiempo ya había sido explotado con relativo éxito en el cine. Por ejemplo, en películas comerciales como El tiempo en sus manos’ (George Pal, 1960), o incluso en experimentos vanguardistas como El muelle’ (Chris Marker, 1962). Sin embargo, ‘Terminator’ añadió un nuevo nivel de sofisticación y madurez a la temática. Y es que mientras antes el viaje en el tiempo se limitaba a ser una aventura exótica, ahora se jugaba con las paradojas de dicho viaje y su efecto en una hipotética línea temporal.

Este nuevo enfoque, aportado por James Cameron, podemos verlo en la trilogía de ‘Regreso al futuro’ y en muchas otras películas que vendrían después. Y cómo no, el otro elemento novedoso que se introduce es la aparición del androide invencible: un ciborg que viene del futuro. El androide resulta novedoso, no ya por la figura del personaje en sí, sino por el tratamiento que recibe y lo implacable que resulta. Es curioso señalar que esta fue la primera película que escribía y dirigía James Cameron tras Piraña 2’, un bodrio que habría sepultado en el olvido a la mayoría de directores pero que sirvió a Cameron de trampolín. La destreza con que se desenvuelve en ‘Terminator’ es una muestra evidente de su talento creativo. Un talento que le hizo reinventarse y entrar en el Olimpo de los  grandes directores de cine.

Para interpretar al Terminator se optó por Arnold Schwarzenegger. En aquellos tiempos ya había alcanzado una cierta popularidad interpretando a Conan, el bárbaro(John Milius, 1982). Era evidente que se pretendía dotar al ciborg de una pose dura, tanto en actitud como en facciones. En ese aspecto, el musculado actor era la mejor elección… aunque su acento austriaco pudiera levantar ciertas dudas. Vamos, que no tiene muchas líneas de diálogo pero en cambio su presencia abruma. Es interesante el hecho de que, inicialmente, fuera propuesto para el papel de Kyle Reese. No obstante, él prefirió encarnar al malo de la película con evidente acierto. En mi opinión, estamos ante su mejor interpretación. Aquella que le convertiría en el número 1 del cine de acción.

El rol femenino recayó sobre una desconocida actriz que apenas había destacado hasta entonces, Linda Hamilton. Se puede decir que interpreta de forma anodina el papel de Sarah Connor. Unos cuantos años más tarde nos ofrecería su mejor cara cuando protagonizó la secuela. De hecho, constatamos que su carrera como actriz nunca llegó a despegar tal como se hubiera podido esperar, exceptuando Terminator 2 (James Cameron, 1991) y ‘Un pueblo llamado Dante’s Peak’ (Roger Donaldson, 1997).

Por su parte, Michael Biehn, un actor salido básicamente de las series televisivas del momento, se adjudicó el papel de Kyle Reese. Es notoria la diferencia física entre este actor y Arnold. Por una parte debido a una necesidad estética y, por otra, porque otorga poca fuerza a su personaje. Desde un principio vemos que el papel que cautiva al espectador, y se hace más memorable a medida que avanza la acción, es el del Terminator. En cambio, las debilidades y flojeras del acompañante de Sarah Connor le impiden hacerse con el favor del público. Pese a todo, Biehn llevó el papel con bastante solvencia.

Los policías interpretados por Paul Winfield y Lance Henriksen tienen también sus buenos momentos, si bien son pocos debido a que el peso de la película recae irremediablemente sobre las espaldas del Terminator y de la pareja perseguida. Por cierto, dos anécdotas bien curiosas: Lance Henriksen optó al papel de Terminator y acabó de poli. Y ojo a unos jovencísimos Bill Paxton y Brian Thompson en la piel de dos punks callejeros cuyo grupo es atacado por el Terminator nada más llegar al presente.

El guión de la película está escrito, como ya he comentado, por el propio James Cameron. Es un guión sencillo y poco atípico que se basa en la lucha entre dos guerreros venidos del futuro. No obstante, es un libreto bien logrado y que sirve perfectamente al propósito del director. Quizás la gracia radique en la marcada diferencia de motivaciones entre ambos. Kyle es un humano que viaja al pasado con fines honorables e insospechados. En cambio, el Terminator es una máquina de matar sin sentimientos ni remordimientos. También se nos muestra sin tapujos la brutalidad y el automatismo del ciborg, por ejemplo, en su sangrienta busca de Sarah Connor o en sus breves encuentros con otros humanos. También resalta la humanidad de Kyle en momentos puntuales. Recordemos cuando es mordido por Sarah y dice: «Los cyborgs no sienten dolor, yo si. No lo vuelvas a hacer».

Cierto es que el script flojea en algunos puntos, o si lo preferís hay ciertas incongruencias. Un buen ejemplo, algo que yo mismo me pregunté nada más salir del cine, es por qué Kyle no se trae armas del futuro para poder acabar con el Terminator. Parece algo obvio, pero se nos explica que el proceso de viaje en el tiempo impide traer armas ni ninguna otra cosa. Sólo el cuerpo humano puede viajar, de ahí que aparezcan en pelota picada en medio de una nube de humo chisporroteante. Podría servir si no fuera porque el Terminator es una máquina. Sin duda cualquier explicación que le demos estará cogida con pinzas. De todas formas, son fallos que no desdibujan lo más mínimo el clímax que se alcanza. Lo único que me parece extraño es que, aún siendo conscientes de esto, no se arreglara en las siguientes secuelas.

También tengo que hacer especial hincapié en los efectos especiales. Stan Winston se encargó tanto del maquillaje como de la técnica necesaria para dotar de vida a los elementos robóticos del Terminator. Winston empleó prótesis faciales y animatrónica plasmando con bastante veracidad la máquina andante que interpreta Schwarzenegger. Sí que es cierto que, en ocasiones, chirrían un poco, como por ejemplo la cabeza de Arnold en el momento de arrancarse el ojo. Pero a rasgos generales esta película se convirtió en un referente en cuanto a efectos especiales se refiere. Tan es así que sus efectos son incluso mejores que los de muchas películas actuales. Es más, si nos fijamos en las escenas del futuro podemos notar que han envejecido notablemente y siguen estando vigentes en más de un aspecto.

Tampoco podemos dejar de comentar la banda sonora. En concreto el tema principal compuesto por Brad Fiedel. Un tema de sonidos metálicos compuesto mediante instrumentos electrónicos y sintetizadores. Hablamos de una composición musical que ya forma parte de la memoria colectiva. James Cameron quedó tan gratamente sorprendido por el trabajo de Fiedel que no dudó en contar con él para algunas de sus posteriores películas.

«Volveré» (Terminator)

Conclusión.
Termino esta crítica de Terminator, una maravilla, así de sencillo, y cuanto antes se diga mejor. No suelo ser tan tajante porque la visión de toda película es, en cierta forma, subjetiva. Pero en este caso nos encontramos ante un ejemplo perfecto del cine de acción y entretenimiento que inundaba las salas allá por los ochenta. Un género muy denostado por sectores exclusivistas y académicos pero que, sin duda, ha sobrevivido contra viento y marea gracias a películas como esta. James Cameron sólo habría necesitado una cosa para convertir esta película en una obra maestra: más presupuesto. Y eso es algo que consiguió años más tarde cuando, siendo un director respetado, nos regaló la secuela. Finalmente, y en el hipotético caso de que algún día las máquinas arrasen con todo, espero que una de las cosas que se salven sea este film.

Tráiler de Terminator

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