The Exorcist: Temporada 1
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“Tú perteneces al diablo. No hay verdad en él. Es el padre de las mentiras. Careces de autoridad salvo la que te es dada. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Ahora me dirijo al ente que está dentro de esta sierva del señor. Dime la fecha y hora de tu partida. Estrella del alba, ángel caído, estás perdonado. Eres amado”. 40 años después, el demonio conocido como Pazuzu sigue entre nosotros en The Exorcist: Temporada 1.

“¡El poder de Cristo te obliga!” (Marcus Kane)

Resumen.
A continuación, una breve descripción-sinopsis de los diez episodios que componen la primera temporada de ‘The Exorcist’. Esta serie fue estrenada originalmente el 26 de septiembre de 2016. Los títulos de cada capítulo aquí expuestos son los facilitados por Amazon Prime España

Episodio 1: Y llegue a ti mi clamor.
Angela Rance comienza a notar actos extraños en su casa que podrían estar relacionados con el reciente accidente de su marido y afectando a sus dos hijas adolescentes. Cuando no soporte más acabará por pedir ayuda al párroco local, Tomas Ortega.

Episodio 2: Lupus Fabula.
El padre Daniels acaba por unir sus fuerzas con el Padre Ortega para intentar averiguar quién es el demonio que aterroriza a los Rance.

Episodio 3: Deja que entren.
Tomas y Daniels buscan el permiso del Vaticano para proceder al exorcismo en caso de que los hechos dejen claro que están ante una posesión.

Episodio 4: La fiesta móvil.
El estado de Casey comienza a deteriorase. Por su parte, Marcus comienza a plantearse seriamente el exorcismo como un hecho irremediable.

Episodio 5: Por mi gran culpa.
Marcus y Tomas dan comienzo al exorcismo. La familia Rance debe mentalizarse de que combaten contra un demonio no contra ellos.

Episodio 6: Estrella del alba.
Una tormenta mediática se hace eco del caso Rance y algunos secretos de la familia salen a la luz poniéndolos a todos en el foco. En los bajos de la ciudad algo se está tramando.

Episodio 7: El padre de las mentiras.
Tomas decide sacar de la casa de los Rance a la presencia y pide ayuda a la madre superiora Bernadette. Al mismo tiempo una crisis religiosa afecta profundamente a los sacerdotes.

Episodio 8: Los portadores del dolor.
El tiempo se agota y el cuerpo de Casey no podrá soportar mucho tiempo más la invasión. Cada momento que pasa se hace más fuerte y es hora de combatir al mal con todo el poder de Cristo.

Episodio 9: 162.
Tomas es tentado por los poderes fácticos. Marcus lleva a cabo un terrible descubrimiento. La familia Rance sigue amenazada, esta vez desde dentro y de forma sigilosa.

Episodio 10: Tres habitaciones.
El demonio es más poderoso que nunca y está decidido a terminar su trabajo. En el exterior una amenaza global sobrevuela la ciudad.

Crítica de The Exorcist: Temporada 1

El exorcista (William Friedkin, 1973) es un mito ineludible. Y lo es no solo del terror y de la cultura moderna, sino del propio séptimo arte en toda su historia. Ese mismo éxito, y el tremebundo shock que consiguió provocar entre el público, hizo que todo lo que viniera después estuviera muy por debajo del material original. Friedkin, consciente de la imposibilidad de superar su propia obra, se desentendió de la secuela. Así las cosas, esta fue a parar a las manos de John Boorman. El cineasta británico dirigió ‘El exorcista II: El hereje’ (1977), un film que resultó totalmente esperpéntico y alejado de la cinta primigenia. El resultado fue penoso y calificado como una de las peores secuelas jamás filmadas.

El mito y la gran fuente de ingresos que suponía ‘El exorcista’, creadora de todo un subgénero por ella misma, quedó enterrado hasta 1990. Ese año, el mismísimo William Peter Blatty, en un alarde de valentía e insensatez a partes iguales, decidió dirigir y escribir su propia reinvención del clásico de 1973. Me refiero a ‘El exorcista III’. Este film sí que recuperaba, en parte, el espíritu del largometraje original. Pero su destino parecía sellado. La maldición de ‘El exorcista’ era un hecho.

Años después, Paul Schrader fue elegido para dar su punto de vista acerca de cómo el Padre Merrin llegó a ser el venerable anciano que combatía al Mal. Sin embargo, el resultado no asustó a nadie. Tan mal le fue en los pases de prueba, que todo el material de Schrader tuvo que ser salvado por la entrada en liza de otro director que debía dotar de dinamismo, acción y personajes supurando el mal por sus rostros. Renny Harlin acudió al rescate, se filmaron nuevas escenas con otros actores y subtramas añadidas. De nada sirvió todo esto. ‘El exorcista: El comienzo’ (2004) enterró por siempre al demonio conocido como Pazuzu… o eso parecía.

El Mal “resucitó” gracias al alumbramiento de un nuevo punto de partida. La serie ‘The Exorcist’ de Jeremy Slater. La ficción está inspirada en la novela de Blatty y en los ineludibles acontecimientos sucedidos en Georgetown, en la casa de los Regan. Slater (creador) llegó hasta ‘The Exorcist’ con solo un crédito conocido bajo el brazo: su trabajo como coguionista deEl efecto Lázaro (David Gelb, 2015). Pero el guionista logró tocar en las puertas correctas de la Fox. Y logró levantar la primera temporada gracias a la entrada de la independiente Morgan Creek Entertainment, capital canadiense y la venta de derechos internacionales a, entre otros, Amazon.

Slater nos propone un doble juego en la serie. En el primero la trufa de guiños y elementos rápidamente reconocibles de la obra maestra de Friekdin, lleva la acción a una ciudad de reminiscencias rápidamente claras como Chicago, se recrea en ambientes sórdidos, derruidos, pobres, y con una importante separación entre ricos y pobre, entre guetos y núcleos residenciales. Y, además, en el segundo juego trata de hilar todo lo nuevo, más los guiños, con una muy agradecida y genial revelación llegada la mitad de la temporada. Esto último, seguramente, fue lo que convenció a la Fox de que el material funcionaría. Y que gustaría tanto a los seguidores acérrimos como a los nuevos espectadores. Estos últimos redescubrirían el mito con la vista más despejada.

Seamos francos, superar el film original es imposible. El calado que le han dado los años, y el impacto que supuso, fue tan grande que ninguna serie, película o producción se le ha podido acercar… a pesar de los cientos de intentos. Por eso, es de agradecer, y digno de elogiar, que ‘The Exorcist’ respete su mitología a la vez que introduce los suficientes elementos nuevos para no producir una molesta sensación de déjà vu. Y, al mismo tiempo, logre sorprender, aunque sea ligeramente.

Tras las cámaras de esta primera temporada debemos resaltar un nombre: Jason Ensler. Bajo su mando quedan el capítulo cinco y el décimo. O lo que es lo mismo: el punto de inflexión de la serie y el que cierra la temporada, respectivamente. El balance de investigación, posesiones, conspiraciones y revelaciones, quizá debería haberse condensado en menos capítulos, pero al final se incluyen personajes y episodios de relleno. Y todo para llevar la temporada hasta los diez capítulos, los cuales, viendo la trama y el arco que maneja, se me antojan demasiados.

Los efectos prácticos y digitales en las posesiones y en las invocaciones no están mal. Mención especial para la modificación de las retinas en los seres poseídos por el llamado “Lupus in Fabula”. Por otro lado, aquellos efectos que tienen que ver con las personas poseídas basculan entre muy buenos y desagradables “pudrimientos”… y otros efectos digitales ciertamente mejorables. En líneas generales, y con todo el tiempo que ha transcurrido, resultan por debajo de los insuperables trucajes de la cinta original. En cuanto a los seres, conviene recordar que en la cinta de Friedkin no vimos ángeles caídos ni al diablo ni seres de ese tipo. Aquí, llegado el momento, hará acto de aparición un siniestro personaje conocido en los créditos como “Salesman”. Ojo a lo insidioso que se va tornando según pasan los capítulos.

En el reparto de ‘The Exorcist’ encontraremos, sobre todo, nombres eminentemente televisivos. Aunque se agradece la presencia estelar de Geena Davis, toda una ganadora del Oscar que interpreta a Angela Rance. El suyo es un papel que irá claramente de menos a más con el transcurrir de los episodios. Angela es la madre de la nueva adolescente poseída. El demonio vive en su casa y puede estar dentro del cuerpo de una de sus dos hijas interpretadas por Hannah Kasulka (Casey) y Brianne Howey (Kat). Además, y para colmo de Angela, su marido Henry (un rol desempeñado por Alan Ruck), se está recuperando de un accidente cerebral. No conviene ahondar en las interpretaciones y devenires de la familia Rance más allá de estas leves descripciones. Hacerlo supondría que la serie perdería parte de su factor sorpresa.

En cuanto a lo que toca a la Iglesia tenemos a un exorcista con pintas de macarra: el padre Marcus Keane al que interpreta Ben Daniels. El actor entrega a un sacerdote caído en desgracia que fue instruido desde pequeño para combatir al Mal, a cualquier precio. Daniels, a quien apenas había seguido la pista antes de este rol, llena de fuerza su performance y realmente es uno de los mejores personajes. Por otro lado está Alfonso Herrera como Tomás Ortega, un aspirante a ser el primer Papa mexicano. Mientras le llega ese ascenso, se dedica a llevar una pequeña y modesta Iglesia que se cae a pedazos. Pero él es un diamante en bruto dentro de los estratos católicos de Chicago. Ortega conectará con Keane de una manera que no nos será explicada. Simple y llanamente deberemos asumirla.

“¡Dime tu nombre y hora de tu partida!” (Kane)

En resumidas cuentas.
Concluyo esta crítica de The Exorcist: Temporada 1, una serie imprescindible para todo fan del film original y de las producciones con personas poseídas. Estamos ante una producción por encima de todos los exploitations que llegaron a rebufo del éxito de la novela de Blatty. Además, se agradece que no prive al espectador de ciertos momentos que la unen con aquella.

Tráiler de The Exorcist: Temporada 1

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