Parásitos
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Dos familias separadas por un estrato social totalmente opuesto. Desde el suburbio más infecto al residencial más opulento. A continuación seremos testigos de una lucha por salir adelante cuando ya no tienes más esperanzas y posibilidades que el vil engaño. Bong Joon Ho presenta ‘Parásitos’.

“El mejor plan es no tener un plan” (Ki-taek)

Crítica de Parásitos

Bong Joon Ho se alzó en la gala de los Oscars del 2020 con cuatro premios de la Academia. El director y guionista de Corea del Sur derrotó a gigantes como Sam Mendes, Todd Phillips, Martin Scorsese o Quentin Tarantino. De esta manera se trazó un más que curioso paralelismo con la premisa de su propia película: ‘Parásitos’.

‘Parásitos’ es un drama de tintes realmente negros con rasgos cómicos. Además incorpora una bien llevada dosis de intriga que va apareciendo, sobre todo, al ver como la familia de Ki-woo se introduce de pleno en una vida residencial de lujo que ni en sueños habrían logrado tener con su estilo de vida. Llega un momento en que el espectador, pleno de consciencia (de la cual carecen los protagonistas), se empieza a preguntar cómo diablos van a salir del lío en el que se están metiendo. Mientras tanto, los protagonistas siguen soñando despiertos con seguir escalando en la sociedad a base de manipular y mentir.

No vale la pena entrar en profundidad en la justicia de los premios otorgados a ‘Parásitos’, o si son una mera estratagema político-social de la Academia para abofetear públicamente al presidente más odiado por la cultura americana de los últimos tiempos. Una Academia que ha premiando un film surcoreano por encima de transatlánticos que recrearon el momento pasado y presente de su país como:Érase un vez en… Hollywood’, ‘El irlandésoJoker’. Así pues, valoraré la cinta independientemente de los premios, el calado internacional posterior que estos le han dado y el “viralismo” que le ha tocado vivir en los meses subsiguientes.

El gran aliciente de este film era ver lo nuevo de Bong Joon Ho en su vuelta a Corea. Atrás quedaba su intento de dar el salto a Hollywood conSnowpiercer (2013). Un salto que le vino bien ganado tras llamar la atención conThe Host (2003). En ‘Parásitos’ Joon Ho toca los temas que tanto le gustan como cineasta. Aquí vuelve a hablarnos de las diferencias entre castas llevando el asunto al extremo. Ante todo tenemos un drama que va tornándose en comedia con diferentes situaciones y, a posteriori, en un thriller negrísimo y ciertamente desesperanzador. Esto último queda reflejado cuando la cruda realidad aparece de lleno y a plena luz. Me refiero a esa secuencia de la fiesta sorpresa final de cumpleaños…

La dirección del cineasta es la habitual plasmando imágenes que logran impactar. La misma presentación del clan familiar es ejemplar. En pocos minutos se deja bien claro lo bajo que han caído y que desde el punto donde están solo pueden subir. Así los descubrimos robando wifi, comiendo sobras y matando chinches a manotazos. En el apartado de dirección y guión el film ciertamente es muy notable. En esos aspectos no se le puede reprochar prácticamente nada. Especialmente el juego que da el twist a mitad de metraje que, de repente, emparenta la cinta con una especie de vuelta de tuerca al subgénero de las películas de invasiones domésticas. Un subgénero tan en boga gracias a la productora Blumhouse y sucedáneas.

En cuanto a los personajes decir que son recreados rápidamente y sin entrar mucho en sus personalidades, pero también sin dejarlos al límite del brochazo gordo. Lo malo viene con las interpretaciones, salvo las de la madre de la familia rica y la asistenta: Yeo-jeong Jo (Park Yeon-kyo) y Jeong-eun Lee (Moon-gwang). Por el resto del reparto parece que no pasan los minutos y sus rostros e interpretaciones siguen casi en el mismo tono en el minuto uno que en el 120. No entregan malas performances, simplemente hacen lo justo y podían ser otros quienes tomaran sus papeles y no se notaría para nada.

A nivel de fotografía, aunque no tenemos muchos lugares sí que están muy bien diferenciados, sobre todo las casas de ambas estirpes. Especialmente cuando llega el diluvio: mientras unos acuden tranquilamente de vuelta a sus chalets otros deben jugarse la vida achicando agua en sus casuchas. Muy bien llevado ese paralelismo. Así pues, todo aquello que Bong Joon Ho tiene bajo control es destacado. Sin embargo, cuando se enfrenta a los actores en vivo no logra que sean capaces de ir más allá de lo muy bien expuesto en su libreto y lo propuesto en sus intenciones visuales.

“¿Crees que yo encajo aquí?” (Yoon)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Parásitos, un film que servirá para situar en primera línea durante un tiempo el cine sur-coreano, especialmente el asiático de perfil medio-bajo. Ese cine que se mueve fuera de las artes marciales, la ciencia ficción o las cintas de horror psicológico. Bong Joon Ho logra un hito a nivel de premios siendo, seguramente, uno de los directores asiáticos más influenciados por los grandes referentes del séptimo arte americano moderno como Steven Spielberg o Martin Scorsese, de quien tomó unas palabras para agradecer su Oscar.

Tráiler de Parásitos

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