Campeón de campeones
Cada tres años se celebra un importante torneo de Artes Marciales que enfrenta a los EEUU contra Corea del Sur. Tras las continúas derrotas y humillaciones, los norteamericanos quieren recuperar su honor, prestigio y competitividad. Para ello contratan a Frank Couzo, un duro entrenador de firmes métodos. Tras presenciar varios combates eliminatorios, Couzo selecciona a cinco karatekas bastante peculiares que deberán pelear en Corea para algo más que ganar. El equipo deberá recuperar el prestigio de los EEUU en las Artes Marciales. (Cineycine).
Esta es una muy buena película de Artes Marciales que destaca por su fuerza y valores. Amén de contar con un James Earl Jones y un Eric Roberts en estado absolutamente de gracia. Ganar no lo es todo, no lo puede ser todo y no todo vale para ganar. Es hora de rescatar del tatami el respeto perdido. Es la hora de ser un auténtico ‘Campeón de campeones’.
“Hoy tendrán la oportunidad de ser los mejores en este Arte Marcial, de ustedes depende. Si dan todo lo que tienen, todo, con todo su corazón… serán vencedores, eso se lo prometo. Pueden ser lo mejor de lo mejor” (Frank Couzo)
Crítica de Campeón de campeones
Esta película es una pequeña joya de las Artes Marciales y totalmente recomendada para sus practicantes y seguidores. Es cierto que en la misma podemos observar ciertas influencias de algunos films de Van Damme o incluso de la saga ‘Rocky’. Ahora bien, lo cierto es que ‘Campeón de campeones’ también tiene su propio estilo y marca personal. Todo fan del Karate debe verla sin ningún género de dudas. Una película que, todavía hoy en día, me marca profundamente por los valores que transmite.
Entre esos grandes valores que comento están: la disciplina, la amistad, el compañerismo, el trabajo en grupo, la superación de los miedos personales, el honor y el respeto al rival. Estas virtudes, y estilo de vida, ya casi no abundan hoy en día, tanto en la vida real como en las películas actuales. Verlos a plena potencia en este film es algo que, personalmente, me emociona al límite. En este sentido, ojo al final del campeonato, tal y como expuse en la introducción: Ganar no lo es todo, no lo puede ser todo y no todo vale para ganar. Lección magistral que incluye también la apuesta por el arrepentimiento y el perdón en lugar de la venganza. En este sentido, atención a la frase: “Salvar una vida con una derrota es ganar victoria y honor en el interior”.
Además de transmitir tan buenos sentimientos y sensaciones, en ‘Campeón de campeones’ también nos encontramos con unas escenas de acción estupendamente rodadas. Me refiero ¡claro está! a los combates individuales entre norteamericanos y coreanos sobre el tatami. Aquí tenemos escenas de esa época de los años 80 en que las peleas se filmaban como Dios manda. Peleas claras, nítidas, golpes que se aprecian en todo su esplendor y que casi nos duelen tanto como a los protagonistas. Un gran y marcial espectáculo en pantalla con una emoción al límite.
Por supuesto, y siendo una película esclava de su época, también nos encontramos con la típica banda sonora. Una BSO que inlcuye los típicos momentos videocliperos al más puro estilo ‘Rocky IV’ (Sylvester Stallone, 1985). Lógicamente el montaje de estos videos es más humilde, pero nos sirve para ver cómo se van entrenando ambos equipos. Todo muy ochentero y todo muy bueno.
El reparto es ciertamente acertado para lo que se busca en una película de estas características. En primer lugar voy con los cinco karatekas norteamericanos. Uno de los más destacados es Eric Roberts en una interpretación colosal como Alex Grady, un campeón en horas bajas que debió retirarse de la alta competición debido a tremendas lesiones. Ahora mal vive fichando todos los días en una fábrica para poder dar de comer a su hijo. El campeonato es su última oportunidad de volver a brillar como profesional. Él nació para esto y esto es lo que mejor sabe hacer. Atención a su tremendo, dramático y épico combate en Corea.
También destaca mucho Phillip Rhee en la piel de la estrella marcial Tommy Lee, la gran esperanza del equipo norteamericano. Sin embargo, Tommy vive atormentado por un trágico suceso de su niñez que le impide dar el cien por cien en sus combates. Merece destacarse que Rhee fue el autor de la historia original de la película que luego pasó al guión Paul Levine.
Atención con un sorprendente Chris Penn en el rol de Travis Brickley, un tipo bastante bruto, fuerte, maleducado y grosero. Un cowboy metido a karateka profesional que hará saltar más de una chispa en el equipo norteamericano a la vez que desatará la brutalidad en sus combates. Por su parte, John Dye da vida a Virgil Keller, el típico luchador calmado y entregado al budismo al que es imposible hacer saltar. Finalmente tenemos a David Agresta como Sonny Grasso, un duro ítaloamericano procedente de Detroit. Sonny es un tipo que puede perder, pero ten por seguro que va a vender muy cara, carísima, su derrota. Un mal enemigo para cualquiera.
Al frente de este peculiar equipo se encuentra su entrenador Frank Couzo que es interpretado de forma magistral y con unas frases sublimes por el grandioso James Earl Jones. Ayudando a Couzo está Don Petterson al que da vida un jovencísimo Tom Everett. Don viene a ser “el Maldini” personal de Couzo. Ya sabéis, un tipo que tiene cientos de cintas de combates, cientos de estadísticas y conoce a la mayor parte de luchadores del circuito. Tanto Couzo como Don recibirán una ayuda extra de Catherine Wade que se integrará en el equipo impuesta por las altas esferas. A Catherine la interpreta Sally Kirkland y destaca por ser una mujer ampliamente conocedora del mundo oriental. Catherine tan pronto te recita frases tranquilizadoras como te parte cinco o seis ladrillos con la mano…
Del equipo Koreano destaca, sobre todo, Dae Han Park, el campeón de campeones invencible e imbatible. Un luchador que además ejerce un liderazgo de hierro entre sus compañeros. A Han Park lo interpreta Simon Rhee que protagoniza unas escenas absolutamente míticas e inolvidables con Phillip Rhee.
Finalmente, se dejan ver también en este film dos veteranos de las cámaras como John P. Ryan y Louise Fletcher. El primero hace las veces de jefe de Couzo y la famosa enfermera Ratched de ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’ (Milos Forman, 1975) tiene un papel más amable y modesto como madre de Alex Grady.
“Me llamo Frank Couzo, para ustedes soy el entrenador o el Señor Couzo. A partir de mañana ustedes serán míos los próximos tres meses” (Frank Couzo)
En conclusión.
Termino esta crítica de Campeón de campeones, una muy buena propuesta de Artes Marciales y fiel reflejo del cine de acción que predominó en los años 80. Bebedora de diversas fuentes tiene tal fuerza que logra conseguir su propio estilo. Cien por cien cine de acción con un final absolutamente mítico e inolvidable para todo aquel que la vea.
Tráiler de Campeón de campeones
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