Longlegs
Lee Harker es una agente novata que resuelve un caso por pura intuición. A partir de ese momento se le asigna el expediente relativo a Longlegs, un supuesto asesino en serie que lleva décadas masacrando familias sin dejar ningún tipo de pista incriminatoria. Al ir avanzando en la investigación, Haker sentirá que el caso le está afectando demasiado. (Cineycine).
“Esta película es como una especie de mixtape del terror. Mi propuesta combina muchos elementos clásicos del género y es como un cóctel delicioso”. Osgood Perkins nos invita a adentrarnos en una atmósfera insana para ver a Nicolas Cage convertido en ‘Longlegs’.
“Lee, ¿Aún rezas tus oraciones?” (Ruth Harper)
Crítica de Longlegs
Estamos ante una nueva película que nos llega a cines por parte de Osgood Perkins, el hijo del mítico Anthony Perkins. Osgood actualmente trabaja en la industria cinematográfica como director, guionista y actor. Centrándonos en su trabajo como director hay que decir que, anteriormente, su cinta de mayor repercusión fue ‘Gretel & Hansel. Un oscuro cuento de hadas’ (2020). Ahora toca ver lo que nos ofrece en ‘Longlegs’, un macabro policíaco… que no un film de terror estrictamente.
‘Longlegs’ nos remite a la oscuridad y digo esto literalmente. No sólo es que la trama sea oscura y criminal, sino que la propia ambientación e iluminación del film también lo son. Pocos escenarios vamos a poder ver bien iluminados. El resto son todo habitaciones y/o estancias en las que la luz tan sólo queda representada por determinados focos. Como ejemplo de esto último pueden tomar las secuencias en la casa de Lee Harker o el registro en una granja. Naturalmente esta oscura ambientación es buscada intencionadamente por Perkins. El objetivo no es otro que la oscuridad de la trama y la imagen vayan a la par y de ahí se contagie al público. Se trata también de revestir de una insana y agobiante atmósfera a la propuesta.
El hecho de que Perkins logre el objetivo comentado anteriormente dependerá, como casi siempre, del grado de conexión del público con el film. En este sentido, ya advierto que ‘Longlegs’ no es un film fácil. Y no lo es porque su ritmo es lento, parsimonioso y contemplativo. Parece como si en cada escena se fuera a desentrañar el terrible enigma del asesino o fuera a suceder algo inenarrable… Así pues, los que disfruten de este tipo de propuestas “pausadas” estarán en su salsa. El resto creo que terminarán mirando con ciertos nervios el reloj.
La trama está contada en tres actos y/o partes sin que, personalmente, lo vea del todo necesario. La misma también es obra de Osgood Perkins. Y es ahí (y en algunas de sus imágenes) donde la gente se ha puesto a buscar coincidencias con otras películas para elevar el material de Perkins. Si el asesino se comunica con mensajes crípticos la comparan con ‘Zodiac’ (David Fincher, 2007), si hay un salvaje crimen con un hacha que casi no se ve te citan ‘El resplandor’ (Stanley Kubrick, 1980) y si la agente del FBI es una novata te remiten a ‘El silencio de los corderos’ (Jonathan Demme, 1991). Esta última, y otras fuentes, también reconocidas por el propio Perkins. Y así podríamos seguir… Ahora bien, que se saquen todos estos parecidos no quiere decir que el producto final esté a la altura de esas obras referenciales. Ni mucho menos.
Y lo anterior es lo que sucede con el libreto de ‘Longlegs’. No es un mal guión, pero no está a la altura de su viral leyenda. Su principal problema es que trata de ir abarcando muchas ideas sugerentes y no todas quedan bien desarrolladas. Lo más atractivo es el inicio de la investigación por parte de Harker y cómo va tratando de descifrar el modus-operandi y los signos mediante los que el asesino escribe sus notas. También resulta interesante el modo en el que se nos van dando pistas que, finalmente, serán decisivas. Por el contrario, la resolución del caso, una vez destripado todo en un “segmento” especial, hace que te preguntes muchas cosas. Y esto deviene de lo que acabo de comentar: varias temáticas arrojadas en una batidora a modo de “sustancia”. Querer aparentar más de lo que realmente se puede dar en 101 minutos.
Dejando ya al margen el guión, un elemento que ayuda a subir el nivel de la producción es la banda sonora de Elvis Perkins. Estamos ante su tercera partitura para cines y resulta soberbia. Le da al film todo lo que le pide: angustia e inquietud por las posibles víctimas, terror y expectación por ver cosas terribles, intensidad en los momentos cumbres,… Estamos pues ante una score de esas que, si o si, sube el nivel de lo visto en pantalla.
En cuanto al elenco estamos ante un film realizado con un reparto muy corto. Tan sólo hay una protagonista principal, siendo el resto todos secundarios… incluido Nicolas Cage. Este es otro detalle a tener en cuenta para los fans del actor que ya es “un género en sí mismo”. Cage no sale tanto como nos habría gustado. Eso sí, cuando aparece en pantalla borda su performance de Longlegs dando lugar a un individuo tremendamente inquietante, perturbado y perturbador. Un tipo qué no sabes por dónde te puede salir. Ojo a las diferentes entonaciones que aplica a su voz llegando a imitar a una mujer fanatizada. En este sentido, el actor dijo apoyarse en su propia madre para su interpretación en esta película.
La protagonista principal, estando presente en la práctica totalidad de escenas de la cinta, es Maika Monroe. A la actriz californiana el libreto le hace un flaco favor. Su personaje, Lee Harker, es una agente sumamente fría que no borde, aislada, taciturna, casi inexpresiva y “altamente intuitiva”. Con un personaje así, al público le cuesta mucho empatizar e implicarse en sus avatares. Insisto en que no es una mala interpretación… simplemente Maika no puede dar algo que el guión no le pide o demanda.
Entre los secundarios es justo citar la aportación de Blair Underwood como el agente Carter, el superior que supervisa el trabajo de Harker. Llegado un momento determinado uno se pregunta por qué no interviene más en la acción cuando parece tener algunos puntos muy claros. Y ya por último queda Alicia Witt como Ruth Harker, la madre de Lee que se comunica por teléfono con su hija para evitar que ambas estén solas.
“¡Cucú, cucú! ¡Feliz cumpleaños!” (Longlegs)
En conclusión.
Termino esta crítica de Longlegs, una película a la que venir avalada con la sospechosa etiqueta de “la película de terror del año” (¿cuántas van ya?) creo que, personalmente, no le ha sentado bien. Ojo, no es para nada una mala propuesta y seguramente el paso del tiempo y nuevos visionados le vendrán bien. Pero, a día de hoy, entiendo que su leyenda y expectativas la superan.
Tráiler de Longlegs
Escucha nuestro podcast
Comparto varios de los elementos de la review de David, aunque creo que es un pelin mas positiva mi opinion.
Al film le beneficia su atmosfera brumosa, tenebrosa, no estrictamente de terror (aunque lo toque en varios puntos), con un Nic Cage que navega entre el creeperismo absoluto con el meme epico. Maika Monroe cumple en su rol de agente fria. Si que es cierto que tiene un momento de tedio en su segundo acto y que hay alguna laguna en cuanto al guion, pero estamos ante un buen filme, quizas uno de los films mas recomendables del genero este año.
Vista en cines.
Coincido bastante con la review, aunque en líneas generales me ha gustado un poco más que al amigo David. Digamos que yo compro con menos remilgos lo que vende la peli.
Eso sí, no la veo como una cinta de terror/horror pura. Más bien entra dentro de la escuela de thriller de investigación con serial killer noventeros, no por casualidad esa es la fecha en donde se ambienta por último. Aunque la trama se inicie en los años 70.
Interesante el salto de Os Perkins como director más pulido a nivel ritmo, dosificación de tramas y personajes que en la regulera Gretel & Hansel.
La música y fotografía son excelsas. Tanto como la soberbia labor de ambientación y opresión que puebla el film.
Pero, sobre todo, lo mejor me parece el duelo interpretativo entre la fría y distante Maika Monroe y el electrizante y espeluznante Nic Cage.
7/10