Anora
Comparte con tus amigos










Enviar

Después de ganar la Palma de Oro en el prestigioso Festival de Cannes, y de participar también en el Festival de San Sebastián, por fin llega a nuestras grandes salas la nueva película de Sean Baker. Ha llegado el momento de conocer a… ‘Anora’.

“Hola, chicos. Esta es la preciosa Ani” (Encargado)

Crítica de Anora

Entre manos tenemos una nueva película de Sean Baker que lleva por título ‘Anora’. Y, tal y como viene siendo habitual en el cineasta, estamos ante una producción independiente presentada por Universal Pictures bajo el sello de Focus Features y neon. En ‘Anora’, Baker vuelve a incidir en la prostitución buscando aquí desestigmatizar a las mujeres que trabajan en el llamado “oficio más antiguo del mundo”. El realizador nacido en Nueva Jersey no deja nada al azar y se ha vuelto a ocupar de la dirección, guión y edición de la propuesta. El resultado es digno de aplaudir y el galardón de la Palma de Oro 2024 así lo acredita. Seguramente, la película también será tenida en cuenta en la próxima gala de los Oscars. Veremos…

Tal y como acabo de comentar, el propio Sean Baker se ha ocupado del guión. Y, como guionista, nos entrega una historia que bien puedo calificar como una comedia romántica con sus buenas dosis de disparatamiento, cruda realidad y drama. Esto es así porque en varios momentos del film no sabrás qué camino puede tomar el mismo. Y esto es un plus que añade grandes dosis de entretenimiento y expectación. Por otro lado, aplaudo la forma en la que Baker retrata el mundo de los clubs nocturnos sin los prejuicios habituales. En los mismos veremos a sus “bailarinas” exhibiéndose desnudas para los clientes, pero sin caer en la vulgaridad. En este sentido, Baker hablaba hace poco de eliminar los estigmas que acompañan a estas mujeres y, también, de tratar de acabar con la doble moral respecto a la exhibición de escenas sexuales en cines.

Lógicamente, al ver que la trama se centra en el amor entre una prostituta y/o escort y su cliente, a uno rápidamente se le viene a la cabeza ese superéxito que fue Pretty Woman (Garry Marshall, 1990). Sin embargo, esta revisitación actual del clásico cuento de ‘La cenicienta’ por parte de Baker presenta varias diferencias y tiene su propia identidad. Para empezar, los protagonistas son dos chicos de 21 y 23 años con toda la inocencia e ingenuidad que ello conlleva. Además, en su segundo acto, ‘Anora’ desemboca en una suerte de búsqueda nocturna equiparable a los universos y personajes del gran Martin Scorsese. Y luego nos queda un final sublime que dice muchísimo con muy poco. Así pues, y globalmente, estamos ante una película con una historia muy notable que provoca varias sensaciones y sentimientos en el espectador: ternura, tensión, diversión, pena,…

Anteriormente he comentado las intenciones de Sean Baker de mantener los desnudos en las películas como algo natural en una época en la que esto se censuran al máximo. Y yo estoy de acuerdo con él. Además, no se puede pretender hacer una película que, de algún modo, trate sobre la prostitución sin incluir este tipo de secuencias. Sería una gran estafa y tomar por bobos a los espectadores. Y, por este motivo, en su primer acto, ‘Anora’ incluye varias secuencias con la pareja protagonista practicando sexo en diferentes posiciones y escenas. Amén de mostrar ya desde el primer minuto a las bailarinas “restregarse” desnudas con sus clientes en el club. Pero nada de esto se siente como chabacano o escandaloso. Incluso, y dada la edad y “entusiasmo” de Iván, alguna risa se nos escapará viendo al joven darlo todo por la causa…

En relación a lo anterior tenemos una lograda ambientación. Una ambientación que presenta tres tipos de escenarios principales. Por un lado está el club de striptease con su oscuridad y lucecitas rojas y rosas… Por otra banda está el “casoplón” de Iván que es todo lo contrario con grandes habitaciones y salas luminosas. Y, por último, tenemos el retrato de la propia ciudad, NY. Será tanto en la casa como en el recorrido nocturno por la gran urbe donde se presenten las situaciones más cómicas. Sin duda, la mejor de ellas es la que reúne en la casa del joven a dos esbirros rusos, a su jefe y a Ani. Todo lo que sucederá en esos minutos es comedia de la buena. Pueden imaginar a una joven totalmente exaltada hacer frente a dos patanes y a un tercero que va de padrino intentando poner orden en el caos.

En el reparto contamos con una actuación increíble de Mikey Madison como Anora aka Ani. Es imposible no empatizar con su personaje gracias a su sentida performance. La actriz californiana despliega un importante abanico de sentimientos y emociones. En pantalla la veremos reír, llorar, amar o ponerse más furiosa e intratable que una tigresa. Sin duda, una actuación completísima que realmente te llega. Y ojo también a la naturalidad y espontaneidad con la que se exhibe desnuda en pantalla practicando sexo con Iván o bailando para él y otros clientes del local. Personalmente creo que estamos ante uno de los papeles de su vida en su todavía corta trayectoria.

El resto del elenco importante se completa con actores rusos y armenios. Esto provoca que en determinados diálogos se hable también en ruso. Y en este cupo de intérpretes del este el más importante es Mark Eidelshtein como Iván, el joven millonario que contrata en exclusiva los servicios de Ani. Su interpretación también es muy buena recreando a un amable e infantil “niño rico” que tiene todo lo que desea sin dar un palo al agua. Iván pasa los días en un “casoplón” jugando a la consola, yendo a locales de chicas y haciendo grandes fiestas. Al conocer a Ani la invita al instante a formar parte de su universo buscando también algo más serio.

Por último, destacar al trío que se ocupa de cuidar y proteger a Iván obedeciendo así las órdenes de sus padres, unos oligarcas con mucho poder y dinero. Karren Karagulian es Toros, el “padrino” de Iván y el cerebro del trío. Por su parte, Vache Tovmasyan es Garnick, el responsable directo ante Toros. Y, por último, Yura Borisov es Igor, el brazo fuerte del grupo. Los tres dan lugar a un trío bastante peculiar en el que tanto Karagulian como Tovmasyan protagonizan los mayores disparatamientos… mientras que Borisov se mantiene en un segundo y protector plano no dando muchas veces crédito a las escenas que tiene que presenciar.

“Si me caso con una americana no tendría que volver a Rusia” (Iván)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Anora, una comedia romántica o, si queremos, una comedia anti-romántica que nos regala muy diferentes emociones como: alegría, tristeza, ira, ternura, tensión,… Y, sobre todo, nos entrega a una excelsa Mikey Madison que, junto a Naomi Scott por ‘Smile 2’, debería ser tenida en cuenta a la hora de las nominaciones y grandes premios del curso cinematográfico 2024. No se olviden de Ani aka Anora, por favor.

Tráiler de Anora

Escucha nuestro podcast