Joker
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“Interpretar a este personaje fue un desafío para mí como actor. Hubo momentos en que sentía pena por él y llegué a comprender sus motivos. Pero enseguida sentía rechazo por las decisiones que tomaba. En su mundo ficticio, al igual que en nuestro mundo real, no hay respuestas fáciles”. En los próximos 121 minutos Joaquin Phoenix se convierte en ‘Joker’.

“Vine al mundo para traer alegrías y sonrisas” (Arthur Fleck)

Crítica de Joker

Antes que nada, y por si todavía hay algún despistado, conviene empezar esta reseña advirtiendo que ‘Joker’ no se basa en ningún cómic de la editorial DC. Pese a que hablamos de uno de sus villanos emblemas, el director Todd Phillips ha decidido crear su propia versión. Para ello se juntó con Scott Silver y entre ambos idearon un origen exclusivo del personaje para la gran pantalla. Las palabras de Phillips reflejan perfectamente esto que comento: “No seguimos nada de los cómics. Escribimos nuestra propia versión de dónde podría venir un tipo como Joker. Eso es lo que fue interesante para mí. Ni siquiera estamos haciendo Joker, sino la historia de convertirnos en Joker. Se trata de este hombre: de Arthur Fleck”.

Y, efectivamente, tal y como dice Todd Phillips, esta cinta tampoco versa sobre el Joker. Aquí se nos cuenta la miserable vida de un perdedor llamado Arthur Fleck. Un hombre que lleva una vida derruida y al que varias circunstancias terminarán convirtiendo en una perturbadora amenaza. Eso es ‘Joker’, ni más ni menos.

Para levantar esta historia tanto Phillips como Silver ahondan en diferentes temáticas y beben de fuentes muy concretas. Empecemos por los temas que trata ‘Joker’. El film se apoya básicamente en la enfermedad mental. En concreto, en las taras que sufre Arthur Fleck. Entre ellas: sus propias fantasías y su descontrolada y desordenada risa que surge imparable en momentos de tensión. También se incide en la crítica hacia el sistema en el que vivimos. Un sistema que parece premiar a los ricos castigando a los pobres. Precisamente este mensaje resulta lo más peligroso al personificarlo en un personaje perturbado y armado como Arthur Fleck. Más peligroso incluso que las contundentes, realistas y pocas escenas de violencia del film. Con más superficialidad se pasa por encima de los vigilantes urbanos y la confrontación con la policía.

Respecto a las fuentes se han citado con razón dos films de Martin Scorsese. Me refiero aTaxi Driver (1976) y ‘El rey de la comedia’ (1982). Del primero encontraremos varios guiños (entre ellos, la ambientación o la famosa escena de la pistola recreada al estilo de Fleck). Del segundo basta con comparar las tramas (un pobre diablo que sueña con convertirse en un gran comediante) y en haberse traído también a Robert De Niro. Por otro lado, y lógicamente, aunque Phillips y Silver hayan rehuido de los cómics de DC no es menos cierto que hay homenajes a su universo. Tan es así que encontraremos easter-eggs de importancia capital…

El film también destaca mucho en su ambientación que es todo un lujo de detalles. Atención a cómo el logo de la WB que presenta la película no es el actual sino el de tiempos pasados. La acción nos sitúa en la ciudad de Gotham en el año 1981 contraponiendo ambientes opulentos con los más pobres. En pantalla vemos una ciudad sucia, realista y en plena huelga de basuras. En realidad, la filmación tuvo lugar en Nueva York y Nueva Jersey. Se buscaron los lugares en los que el paso a tiempos actuales no hubiera quedado tan marcado. Por su parte, el director de fotografía, Lawrence Sher, usó una cámara Alexa 65 que destaca por su gran formato y escasa profundidad de campo.

En la banda sonora nos encontramos con la islandesa Hildur Guðnadóttir cuya música ya es muy fácil de identificar. Hildur se ha convertido en la fiel heredera del estilo del fallecido Jóhann Jóhannsson, siendo un placer que haya tomado su antorcha ya que, de alguna manera, su música sigue viviendo a través de ella. Aquí mantiene su llama con unas composiciones de claro tono tremebundo y amenazador. Es una música que te va dejando claro que Arthur Fleck es una amenaza latente que terminará por estallar. Además, su excelente banda sonora se completa con un montón de temas de artistas tan relevantes como Frank Sinatra (“That’s Life”), Tony Bennett (“Put On a Happy Face”) o Gary Glitter (“Rock & Roll Part 2”).

Pasando a las interpretaciones decir que ‘Joker’ es un total Joaquin Phoenix. El resto del elenco importa más bien poco y sus personajes quedan totalmente absorbidos por el de Phoenix. La performance del actor de Puerto Rico sencillamente es sublime. En ningún momento lo ves a él… ves el retrato que ha hecho del paria llamado Arthur Fleck y, posteriormente, su transformación en Joker. La galería de sus expresiones faciales y la irritante, descontrolada y, por momentos, contagiosa risa es descomunal. Y todo ello sin caer en la tan temida sobreactuación y aguantando muchos primeros planos.

Pero ¡ojo! la actuación de Phoenix no sólo se limita a lo emotivo… ¡también triunfa en lo físico! La expresión corporal del actor es tremenda usando un físico demacrado como un extra más para subir puntos. Para conseguirlo llegó a perder 24 kilos: “Quería que el personaje tuviera aspecto de hambriento. De alguien con poca salud como un lobo desnutrido”. Observar sus movimientos de relajamiento o su cuerpo retorcido en escorzos es algo increíble. Sin duda alguna que su Oscar al mejor actor fue totalmente justo y merecido. Premiar a cualquier otro intérprete habría sido casi una aberración.

Del resto del elenco no se puede decir que estén mal, simplemente no se les deja espacio ni minutos para brillar. Estos son los casos de Zazie Beetz y Robert De Niro. La primera queda relegada a ser una simple vecina por la que Arthur siente atracción. El segundo tan sólo adquiere verdadera importancia en los minutos finales. Encarna a Murray Franklin, una especie de Andreu Buenafuente de la Televisión de Gotham. Otros como el hoy muy pujante Brian Tyree Henry queda limitado a una escena. Por su parte, Bill Camp y Shea Whigham son una pareja de detectives que investigan un triple homicidio y que van entrando y saliendo de la película.

El único actor que realmente es un contrapeso para Joaquin Phoenix y su personaje es Brett Cullen. El veterano intérprete texano encarna a un hombre muy poderoso de Gotham. Un millonario que está dispuesto a cambiar las cosas presentándose a la alcaldía. La interpretación de Cullen es intencionadamente autoritaria y antiempática porque así se lo exige el guión. Basta con ver cómo llama “payasos” a los posibles votantes o su cara a cara con Fleck en un retrete. También tiene importancia Frances Conroy como Penny Fleck, la incapacitada madre de Arthur. La suya es una interpretación puramente lastimosa recreando a una anciana incapacitada física y casi mentalmente. Una mujer puntualmente obsesionada con el personaje de Brett Cullen. Esto último es una gran e importantísima subtrama del film.

“Es cosa mía o el mundo está cada vez más loco” (Arthur Fleck)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Joker, una película que, principalmente, será recordada por la interpretación a tumba abierta de Joaquin Phoenix. El actor lo es todo aquí, tanto que llega a empequeñecer a un gran film en sí mismo. Una cinta que ahonda en la miseria, la moral y en la sociedad tan antipática e insolidaria que nos rodea. Al verla te queda la sensación que, de alguna manera, todos hemos contribuido a crear, directa o indirectamente, a personajes como Arthur Fleck alias Joker.

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Tráiler de Joker

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