El reino del planeta de los simios
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Con el final de ‘La guerra del planeta de los simios’, daba la impresión de que se cerraban las películas simiescas en 20th Century Studios. Parecía improbable continuar la historia, al menos con César. Pero, seis años después, Wes Ball aceptó el desafío de presentarnos una nueva comunidad y un nuevo mundo dominado claramente por los simios. Ya mismo nos adentramos en el valle lejano para descubrir ‘El reino del planeta de los simios’.

“Ahora, Noa, antes de morir, inclínate ante tu rey” (Proximus Cesar)

Crítica de El reino del planeta de los simios

La labor de Matt Reeves, tras haber finalizado ‘La guerra del planeta de los simios’ (2017), fue de un nivel muy alto y harto complicada de superar. Por ello, realizar otra película de los simios a esa altura iba a ser una tarea casi imposible. Y más cuando el realizador anunciado no era alguien con gran renombre. Porque, seamos claros, al anunciarse el nombre de Wes Ball como director de un nuevo film de la franquicia, más de uno puso el grito en el cielo. Especialmente cuando surgieron los rumores de que esta cuarta entrega iba a estar alejada de los elementos más oscuros y dramáticos de la anterior trilogía. Todo esto ya fue un indicador de que el proyecto iba ser cuestionado de una forma u otra.

Personalmente no soy un fanático de esta saga. El origen del planeta de los simios (2011) de Rupert Wyatt fue un film falto de garra, con algunos defectos visuales y un marketing menos cumplidor de lo prometido. Posteriormente, Wyatt cedió el testigo a Matt Reeves que nos entregóEl amanecer del planeta de los simios (2014) y la ya citadaLa guerra del planeta de los simios (2017). De las dos, considero la segunda como una de las mejores secuelas del cine reciente. Por su parte, la tercera mantenía un nivel muy alto, aunque algunos peldaños por debajo de la cinta precedente. Eso sí, se daba un buen y adecuado final a la historia de César, magníficamente interpretado por Andy Serkis.

Como podemos apreciar, por lo comentado en el párrafo anterior, el nivel de la franquicia era superior. Y aquí es donde entra ‘El reino del planeta de los simios’ como la cuarta entrega de la serie. En mi opinión, este film logra mantenerse muy dignamente e incluso supera a ‘El origen’. Además consigue ser fiel a lo que fueron las dos entregas pasadas y, al mismo tiempo, nos ofrece una aventura y/o historia algo diferente, pero siempre respetando el legado anterior.

Al hacerse con la producción, Wes Ball afirmó que su película iba a ser muy cercana a ‘Star Wars’. Con esto, Ball intentaba dejar claro que su intención desde el principio era abordar el film con un estilo cercano al clásico cine de aventuras. El realizador no quería cargar la película con elementos morales y excesivamente dramáticos. Pero, a su vez, mantendría el tono en clara consonancia a los dos films previos de Matt Reeves. Y aquí hay que decir que Wes Ball no decepciona y ha cumplido con su palabra. Ya desde el principio, ‘El reino del planeta de los simios’ aboga por acercarse a un cine de aventuras tradicional. Tan es así que hasta incluye el típico viaje del héroe. Una travesía que sirve como elemento catártico para los menesteres que la trama plantea.

Se podría decir que el film utiliza su estructura de cine de entretenimiento tradicional para dar sustancia a la trama. Respecto al drama, la moralidad y demás… está claro que Ball no tiene el poder dramático ni la capacidad narrativa de Matt Reeves. Esto es algo que tiene que ser asumido por el espectador desde el minuto uno. Pero no por ello se debe denigrar a Wes Ball. Estamos ante un director que ha ido demostrando sus habilidades en la trilogía de El corredor del laberinto (2014). No en vano, su experiencia allí le ha venido de perlas para este nuevo proyecto.

En pleno 2024, los efectos visuales se antojan fundamentales… y más cuando fueron cuestionados el pasado año con ejemplos de producciones de presupuestos excesivos que fallaban en este campo. Y esto es algo que no sucede en ‘El reino del planeta de los simios’. La película sigue siendo un notable ejemplo del uso de unos fenomenales efectos visuales. La producción se ha ido a los 160 millones de $, pero esta cifra es mucho menor que la de los blockbusters de 2023. Además destaca, y sobresale, el empleo de los entornos exteriores y naturales. Hablamos de un espectáculo digno de verse en pantalla grande. Esto último algo que Ball ya dominaba en su trilogía del “Laberinto”. También ayuda mucho la fotografía de Gyula Pados. Una fotografía casi toda ella a plena luz del día… permitiéndonos ver perfectamente a los nuevos simios en plena naturaleza.

Respecto a los simios destaca su grado de hiperrealismo. Nuevamente han sido plasmados en pantalla gracias a los técnicos de Weta Digital. El estudio tiene demostrada más que de sobra su enorme pericia desde los tiempos deAvatar (James Cameron, 2009). Por consiguiente, en el apartado visual, la propuesta puntúa muy alto. Lo visual se complementa con algunas set-pieces muy convincentes y energéticas. Inclusive una muy concreta emula a El planeta de los simios (Franklin J. Schaffner, 1968).

Pero lo bueno de la película no vive sólo de efectos visuales. Anteriormente decía que Wes Ball no es un cineasta tan notable como Matt Reeves, en cuanto al aspecto dramático, pero aquí cuenta con un buen guión de Josh Friedman. El libreto mantiene siempre el interés y esto es para sacarse el sombrero porque hablamos de una cinta de 145 minutos. Friedman combina los elementos habituales del cine de aventuras más ligero con otros referidos al fanatismo, la confianza, el entendimiento,… Y todo esto unido al tono serio y al espectáculo de acción que siempre ha impregnado a esta franquicia.

Y no me puedo olvidar de la música de John Paesano. Se podría decir que el compositor tiene un pasado con la saga, puesto que fue asistente de Jerry Goldsmith en sus años más mozos. Paesano emula a su mentor con una partitura que le homenajea. Destacan las percusiones tribales y el uso que hace al principio de la música de Michael Giacchino a modo de unión con la trilogía original. Globalmente, la banda sonora mantiene muy bien el tipo dentro de la propuesta dotándola de gran solidez.

Por parte del casting, decir que los intérpretes cumplen bien en general con sus roles. Evidentemente destaca su protagonista, Noa, interpretado por Owen Teague. Noa tiene lo que podemos decir su tradicional viaje del héroe. Una odisea bien llevada y sin demasiadas florituras. La protagonista humana es Freya Allan como Mae. En principio, no las tenía todas conmigo con esta actriz. Pero resulta ser muy convincente y su personaje tiene sorpresas. Un personaje en el que está muy interesado Proximus Cesar, el nuevo líder simio recreado por Kevin Durand. Al verlo, muchos nos acordamos de Koba… pero es bastante diferente. Proximus bien podría ser el perfecto dictador futurista que suelen ofrecer este tipo de producciones… sin embargo, esconde una lectura muy interesante sobre el cómo malinterpretar a los ídolos y usar sus enseñanzas para lograr propósitos meramente personales, aun contando con alguna razón.

Respecto a los secundarios no están muy desarrollados. Es el caso de Raka y Trevathan, interpretados por Peter Macon y William H. Macy. Son un visto y no visto dentro el relato. Ambos dejan una clara sensación de que podrían haber aportado una mayor e interesante narrativa sobre la línea que el film dibuja referente a los peligros del fanatismo… o el cómo aquellos que podrían inclinar la balanza no hacen nada por mera comodidad.

En conclusión.
Acabo esta crítica de El reino del planeta de los simios, una película que, sin alcanzar los niveles de los films Matt Reeves, resulta un buen e interesante inicio para una nueva trilogía. Su combinación de cine de aventuras tradicional con los habituales temas de la saga, la llevan por encima de lo esperado. Supera con creces a la primera cinta del 2011 y mantiene un nivel muy loable con las otras dos películas. Además promete de cara a lo que pueda venir en un futuro cercano.

Tráiler de El reino del planeta de los simios

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