La guerra del planeta de los simios
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En el origen fuimos testigos de su nacimiento y crecimiento. En el amanecer lo vimos convertido ya en todo un gran líder. Ahora el simio César regresa para afrontar la etapa más dura de su vida al frente de su comunidad simiesca: ¿Venganza o esperanza? De todo ello os hablo en ‘La guerra del planeta de los simios’.

“Yo no empecé esta guerra” (César)

Crítica de La guerra del planeta de los simios

En términos generales esta tercera entrega del resurgimiento de los simios resulta bastante satisfactoria, sobre todo en lo relativo a la dirección, efectos y diseño de producción. En estos tres apartados el film luce de maravilla e incluso supera el gran trabajo digital del film anterior. Ahora bien, a nivel argumental nos encontramos ante una película que arriesga muy poco y que casi se convierte en un pastiche de otras producciones.

Empecemos por lo positivo. Aquí hay que hablar de una gran dirección de Matt Reeves cuidada hasta el más mínimo detalle. Una dirección en la que lucen, y mucho, los diferentes entornos naturales y toda la puesta en escena. Por ejemplo, atención a los sets de las fortalezas ubicadas en Coquitlam y Richmond, ambas cerca de Vancouver. Además, especialmente destacado es el trabajo de Weta Digital y toda la planificación de las secuencias de acción que se revelan (como en la cinta anterior) absolutamente claras. En su terreno, los genios neozelandeses han llevado un paso más allá sus creaciones simiescas, resultando increíble ver en pantalla grande primeros planos detalladísimos del rostro de los simios, especialmente de César o Maurice.

También hay que aplaudir la banda sonora de Michael Giacchino, que consigue unas composiciones muy logradas y que te ayudan a empatizar mucho con los avatares de la comunidad simiesca. Por supuesto, también hay que aplaudir la fotografía de Michael Seresin (no hay más que ver algunas de las imágenes de esta reseña).

A nivel argumental es donde veo que la película presenta sus puntos más “flojos”. Esto es así porque, tras un arranque de historia brutalmente arriesgado y que conecta con lo visto en El amanecer del planeta de los simios (Matt Reeves, 2014), luego la cinta pasa a convertirse en una especie de “imitación” de otros films al estilo simiesco.

Por un lado, se nos presenta una especie de road-movie que evoca al western más clásico y crepuscular de venganzas y sus tormentosas consecuencias. Y, por otro lado, “el segundo tramo” del metraje se convierte en una especie de ‘El puente sobre el río Kwai’ (David Lean, 1957) y ‘La gran evasión’ (John Sturges, 1963). Todo ello con claras reminiscencias al Coronel Walter E. Kurtz de Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979). Se añade como «salsa» el suspense que provoca el no saber qué está tramando en realidad este nuevo coronel llamado McCullough.

Lo anteriormente comentado hace que la cinta pierda la identidad propia de la saga, o al menos que esta se desdibuje de manera clara. Ahora bien, es justo citar también el interés por ir incluyendo elementos o circunstancias deEl planeta de los simios (Franklin J. Schaffner, 1968) en forma de “pequeñas píldoras” o “miguitas de pan”. Hablo de la presencia u origen de las cruces en forma de X, los nuevos efectos en los humanos de “la gripe de los simios”, ciertos nombres y el propio final que cierra esta trilogía. Un final que podría dar paso a otras películas que ya enlazaran con la aventura original del astronauta George Taylor y sus compañeros.

Por supuesto quiero aplaudir algo que critiqué en el film anterior. Me estoy refiriendo al hecho de sacar a César y los suyos del bosque. En esta tercera parte por fin se produce eso y vemos algo más del territorio de los Estados Unidos. Inclusive, veremos otros “simios y gorilas especiales”, particularmente llama la atención uno que está demasiado humanizado y que nos provocará algún momento divertido.

“Esta es mi lucha”… World War Cesar.

En el campo de las interpretaciones hay que mencionar dos importantes incorporaciones humanas: Woody Harrelson y Amiah Miller. El primero da vida al Coronel McCullough, un militar endurecido y fanatizado por el dolor y la guerra. ¿La verdad? esperaba más de Harrelson en este rol. Esperaba una mayor fuerza y emoción interpretativa de su lado. Sin embargo, se limita a entregar un trabajo correcto con algún momento de brillo pero poco más. Por su parte, la pequeña Amiah Miller no corre mejor suerte como Nova, una chiquilla que será adoptada por los simios. Es cierto que entrega algunos bonitos momentos de ternura, antibelicismo y unión… pero con ella queda la sensación de que si no estuviera en la película nadie la echaría de menos.

El resto del casting nos remite, una vez más, a los simios digitales de Weta y al trabajo de Andy Serkis. En este sentido ya apunté antes que los niveles de realismo conseguidos son espectaculares, y por encima de lo visto en ‘El amanecer del planeta de los simios’, que ya eran extraordinariamente buenos…

Estas mejoras se deben fundamentalmente a dos factores: la evolución en la técnica de la captura de movimientos y la implicación del actor correspondiente. Del primer punto decir que las limitaciones cada vez son menores y las herramientas de animación facial en tiempo real permiten a los artistas realizar acciones de animación al momento sin dejar escapar ningún detalle. Además, se ha abierto extraordinariamente la posibilidad de utilizar la captura de movimiento en cualquier lugar, interactuando con cualquier entorno y capturando todos los matices del actor.

Sobre la implicación de los actores el propio Andy Serkis lo tiene muy claro: “Los intérpretes están comenzando a entender que cuando se hace la captura de movimiento, no sólo te quedas parado esperando que luego se realice toda la magia. No estás representando el personaje, sino que te conviertes en el personaje. No hay ninguna diferencia entre interpretar un papel en un traje de captura de interpretación y un papel con un vestuario y maquillaje normales. Ninguna en absoluto”.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de La guerra del planeta de los simios, un film que supone un destacado broche final a un ciclo y del que sólo me queda el lamento y/o reproche de su descarado homenaje/copia a otras películas. Entiendo que esto le ha supuesto «perder» su identidad propia, algo que sí tenían, en mayor o menor medida, las dos películas anteriores. Por lo demás, estamos ante un trabajo de altura, sobre todo desde un punto de vista técnico y visual.

Tráiler de La guerra del planeta de los simios

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