X-Men: Fénix oscura
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Aparentemente llega el momento de cerrar una etapa en las filas de los X-Men. A partir de esta conclusión la escuela de Xavier para jóvenes mutantes pasa a ser propiedad de Disney. Pero antes de eso, sepamos cómo la telépata Jean Grey se convierte en la temible ‘Fénix oscura’.

“¿Oíste lo que te llamaban los niños? ¡Fénix! El ave que renace de sus cenizas”.-Scott Summers.

Crítica de X-Men: Fénix oscura

Esta cuarta entrega de las “precuelas” de los X-Men supone el cierre de la franquicia. Al menos el cierre bajo el sello de la FOX, ya que ahora los mutantes pasan a poder de Disney. Y lo cierto es que para ser un film de “despedida” no resulta lo memorable que tenía que haber sido. ‘Fénix oscura’ termina siendo un film entretenido pero nada más y queda lejos de dejar huella. Por supuesto, resulta peor que las tres entregas precedentes. Ahora bien, ni mucho menos es la porquería que algunos medios americanos se empeñan en afirmar. No conviene olvidar que la mayoría de esos críticos están vendidos a intereses partidistas…

En la dirección y guión encontramos a Simon Kinberg, un hombre que ha tocado varios campos sin destacar en ninguno. Este film supone su ópera prima y casi su primera experiencia real detrás de las cámaras. Su labor en este apartado no destaca por nada. De hecho, ‘Fénix oscura’ no ofrece nada espectacular que no hayamos visto ya antes en casi cualquier otro film superheróico. Así las cosas, su labor queda por debajo de lo que nos ofrecieron Matthew Vaughn y Bryan Singer.

A nivel argumental sí que es posible ensalzar la labor de Kinberg, sobre todo si la comparamos con el argumento tan simple que tuvo X-Men: Apocalipsis (Bryan Singer, 2016). Básicamente se trata de hacer una recopilación de parte de la historia de Jean Grey en los Marvel Cómics. Naturalmente, la mayor parte del metraje está dedicada a la saga “Fénix oscura” creada en los 80 por Chris Claremont y John Byrne. Lógicamente hay cambios y licencias, pero lo básico se ha tratado de mantener. De hecho, ya digo que se intenta abarcar lo máximo presentando a Jean incluso de niña conociendo a Xavier. No hay que olvidar que Kinberg ya trató este gran evento en X-Men: La decisión final (Brett Ratner, 2006). Ahora ha tratado de “resarcirse” dedicándole toda la trama del film.

El principal problema que puede surgir es la falta de fidelización del público con el personaje. No hay que olvidar que esta Jean Grey debutó en la ya citada ‘Apocalipsis’ como personaje secundario. Es cierto que allí se trató de darle importancia a su poder con sus pesadillas y frases: “Tengo un poder oscuro dentro y está creciendo como la llama”. También es cierto que fue ella la que, finalmente, frenó a Apocalipsis. Sin embargo, la empatización con el personaje no es total ni comparable a la que podemos tener con Xavier o Magneto, por ejemplo. Me refiero a que no estamos ante una Jean Grey totalmente desarrollada cinematográficamente hablando y eso pesa.

En relación a lo anterior, toda la película está impregnada de manera muy clara por el drama y la seriedad. Inclusive tiene algún toque de terror y muere bastante gente. Así pues, aquí no encontraremos ni una sola gracieta tan típica de los films de Disney/Marvel Studios. Y este es un detalle a agradecer y más en la historia tan oscura que se nos cuenta. Una historia que incluso llega a cuestionar los actos (pasados y presentes) de una figura intachable como la de Xavier.

Respecto a las siempre importantes secuencias de acción en este tipo de películas me retrotraigo a lo que expuse antes. No hay en “Fénix oscura” ni una sola secuencia para el recuerdo o que supere el trabajo visto en las anteriores precuelas. Así las cosas, los cerca de 200 millones que parece haber costado no los luce visualmente por lado alguno. La única set-piece que realmente me enganchó fue “el duelo de helicópteros” entre Jean y Magneto, y es más una escena intensa que espectacular… Ahora bien, aquí la acción está puesta al servicio de la trama y no al revés. Este es un detalle a agradecer ya que no se nota superflua ni impostada.

“¿Quiénes somos?”. ¡Ave Fénix!

Entrando en el reparto hay que decir que globalmente cumple con nota. No obstante, hay alguna decepción importante. Liderando la propuesta tenemos a Sophie Turner como Jean Grey. A nivel personal, sigo sin verla en este personaje y tampoco veo que consiga remarcarla. Eso sí, justo es decir que su trabajo gestual cuando el Fénix la domina es superior, muy brillante y poderoso.

Quien sí consigue hacerse por completo con su papel es Kodi Smit-McPhee al que realmente llegas a sentir como Rondador. Tye Sheridan cumple como el obediente y buen chico Scott Summers. Por su parte, Alexandra Shipp progresa adecuadamente como Tormenta e incluso tiene varias ocasiones para lucir sus poderes. Si la franquicia sigue adelante creo que la veremos brillar a muy alto nivel. Finalmente, Evan Peters tan sólo luce al principio para luego ser increíblemente olvidado en el resto del metraje.

Entre los veteranos no es ninguna sorpresa que James McAvoy y Michael Fassbender vuelvan a resaltar. Ambos podrían estar interpretando a Xavier y Magneto toda su vida. Sientan tan bien en sus respectivos personajes que ya no puedes imaginarte a nadie más en ellos. Al respecto de Nicholas Hoult queda bien verlo una vez más como Hank McCoy interactuando, bien y mal, con Xavier. De Jennifer Lawrence como Mística poco se puede decir esta vez. Empieza con mucho carácter y mucha fuerza como la nueva líder del grupo pero luego sus minutos se cortan.

Para terminar tengo que hablar de la gran decepción que ha supuesto Jessica Chastain en esta película. Realmente tampoco la podemos culpar a ella por su interpretación. Lo que sucede es que su personaje (no entraré en detalles para evitar spoilers) es un ser frío y carente de emociones. Así las cosas, Chastain no cambia su seria expresión en todo el metraje y al final nos queda una villana que nada más terminar la película ya la hemos olvidado. Una pena haber desaprovechado a una gran actriz como ella en un rol tan poco brillante.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de X-Men: Fénix oscura. Como cierre de las precuelas debería haber sido algo memorable, sobre todo readaptando, por segunda vez, uno de los grandes eventos mutantes. Sin embargo, por todo lo ya comentado, no lo ha sido… lo que tampoco significa que sea mala. Además, su seriedad y dramatismo la aleja de varias de las gansadas de los films de Disney/Marvel, algo que la mayor parte de crítica y público no están dispuestos a tolerar.

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Tráiler de X-Men: Fénix oscura

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