The Mechanic
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Jason Statham es Arthur Bishop, un asesino a sueldo. Un sicario sin conciencia que liquida a sus objetivos “fríamente sin motivos personales…”. Es la hora de empezar a hacer “reparaciones”. Es la hora de llamar a… ‘The Mechanic’.

“¿Sabes lo que es un mecánico?” (Arthur Bishop)

Crítica de The Mechanic

Realmente lo teníamos todo para haber disfrutado de un film de acción trepidante. Teníamos a Jason Statham, el heredero legítimo del tipo de cine de Sylvester Stallone. Teníamos a un buen artesano como Simon West, que había firmado buenas cintas de acción como ‘Con-Air’ (1997) oLara Croft: Tomb Raider (2001). Y, finalmente, teníamos una buena historia: un remake del original Fríamente sin motivos personales (Michael Winner, 1972) protagonizada por el mítico Charles Bronson.

Pero teniendo todo esto que he señalado en el párrafo anterior, el resultado final no consigue destacar. Ahora bien, la película tiene grandes momentos de acción con escenas impecablemente filmadas. Por ejemplo: el primer asesinato que tiene que ver con una piscina, o ese ajuste de cuentas con un autobús y un camión en colisión. Además, presenciaremos alguna que otra pelea ciertamente bien ejecutada (la de Steve y su primer objetivo resulta antológica por su violencia y ejecución). No obstante, creo que «el problema» de esta cinta radica en que se acerca más a los thrillers de otros tiempos. Thrillers alejados del tipo de films de acción que se estilan hoy en día. Eso, y una cierta falta de ritmo, fuerza y garra.

Teniendo en cuenta todo lo comentado, al final nos queda «simplemente» una cinta entretenida. Una película con alguna que otra gran escena… pero que deja la indudable sensación de que se podía haber ido más lejos. Al menos eso es lo que uno piensa cuando delante tiene un título como ‘The Mechanic’ y a un tipo como Statham de cabeza de cartel.

Como acabo de exponer, una de las mayores virtudes de ‘The Mechanic’ son sus buenas escenas de acción. Aquí encontraremos set-pieces francamente bien ejecutadas. Me remito a los entrenamientos con armas, explosiones variadas, choques de vehículos y alguna que otra gran reyerta. Eso no se lo podemos negar al film. Tampoco podemos negar lo interesante que resulta ver la preparación y ejecución de los «encargos» por parte de Bishop y McKenna. Ahora bien, la dirección bastante impersonal (en este caso) de Simon West nos priva de un mejor producto final.

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«La victoria ama la perfección». Los nuevos mecánicos.

En cuanto al reparto, Jason Statham da vida a Arthur Bishop heredando así el rol de Charles Bronson. Del mismo adquiere su carácter elegante, y gusto y refinamiento (por ejemplo, su amor por la música clásica en discos de vinilo y su pasatiempo favorito reparando un Citroën Tiburón). Por supuesto, también recoge la minuciosidad y frialdad a la hora de preparar y ejecutar los «trabajos». Statham cumple sobradamente. Al ejecutor inglés lo veremos finiquitar facinerosos con más o menos caché de todas las formas posibles y con un indudable carisma en pantalla.

Acompañando a Statham encontramos a un destacado Ben Foster como Steve McKenna. Foster recrea a un rebelde de la vida que termina convertido en el discípulo de Bishop. El actor aparece en pantalla como un tipo más o menos canijo, débil y escuchimizado. Sin embargo, tiene la suficiente mala leche para querer convertirse en un “mecánico”. Foster sorprende muy gratamente. No esperaba que fuera capaz de realizar las tremendas acciones que su personaje protagoniza. Atención especial a la pelea que tiene con una auténtica bestia parda. Un descomunal individuo de más de 2 metros y más de 130 Kgs en lo que es su primer «trabajito» como “mecánico”… no se la pierdan, por favor.

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También hay que llamar la atención sobre Tony Goldwyn. El actor californiano interpreta a Mister Dean, la cabeza visible y física de «La Compañía». Esta es la agencia secreta que contrata los servicios de Bishop y otros «mecánicos». Dean es un sujeto de esos que parece controlar todas las situaciones y tenerlo todo muy claro. Siguiendo ese estilo, la interpretación de Goldwyn resulta muy «elegante y ejecutiva».

Finalmente se deja ver unos minutos, concentrados al principio del metraje, esa leyenda viviente que es el inmortal Donald Sutherland. Sutherland se ocupa de poner rostro y cuerpo a Harry McKenna, el mentor y amigo personal de Arthur Bishop (de hecho, su único amigo). Sutherland brilla con total solvencia en los minutos de los que dispone. En pantalla recrea a un viejo asesino retirado que parece haber pisado terrenos pantanosos…

“Apretar el gatillo es fácil. Lo difícil es que nadie sepa que has estado ahí” (Arthur Bishop)

En conclusión.
Concluyo esta crítica de The Mechanic, el típico caso de película que podía haber dado muchísimo más de sí. Lo tenía todo o casi todo para ser un remake tremebundo. Sin embargo, al final de todo sólo nos queda un film bastante correcto y entretenido. El próximo «encargo» será mejor…

Tráiler de The Mechanic

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