Maligno
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“Estoy muy emocionado de volver a mis raíces independientes con este thriller de Hard-R. El film se va a realizar con efectos prácticos de la vieja escuela y sin conjuntos gigantes de pantalla azul. Eso es todo lo que diré por ahora”. Ha llegado el momento de ver lo que nos ofrece James Wan en su nueva película: ‘Maligno’.

“Es hora de extirpar el cáncer” (Doctora Weaver)

Crítica de Maligno

Cada película de James Wan debe empezar a tomarse como una auténtica celebración dada la calidad de sus producciones. Y ‘Maligno’ no es una excepción. Aquí tenemos un regreso de Wan al cine de género de sus comienzos. Un tipo de cine que se caracterizaba por su carácter cruento y de presupuestos controlados. Además, el realizador siempre dejó patente al comenzar esta producción que, de alguna manera, quería homenajear al giallo, el subgénero italiano en el que la sangre corría por la pantalla y las mujeres eran víctimas propiciatorias de todo mal. Al margen del giallo, ‘Maligno’ también bebe mucho de los films de género de serie B de los años 80 e incluso de ciertas películas actuales. De todo esto ahondaré brevemente en los siguientes párrafos sin desvelar nada importante…

Ahondando en las referencias al giallo en ‘Maligno’ encontramos lo siguiente: el típico asesino que viste de negro y que usa como arma un objeto puntiagudo. También tenemos esos buscados tonos rojos que nos remiten a cintas como Suspiria (Dario Argento, 1977) o la fantasmagórica, y estridente, música que ha compuesto para la ocasión el eterno Joseph Bishara. Además, es imposible no ver la casa de Madison y acordarse, en cierta forma, de la morada de ‘Aquella casa al lado del cementerio’ (Lucio Fulci, 1981). Y, finalmente, tenemos los violentos enfoques de cámara, los ángulos y, por supuesto, cada uno de los asesinatos con sangre y puñaladas varias. Eso sí, aun siendo ‘Maligno’ un film clasificado “R”, no se llega al nivel de exhibición sangrienta que presentaban los crímenes del citado subgénero.

Respecto a las influencias al cine de los años 80 decir que estas son muy variadas. Lógicamente en ‘Maligno’ está la corriente slasher, pero también hay tremebundos e inenarrables homenajes a cintas comoTerminator (James Cameron, 1984) o más modestas como ‘Basket Case’ (Frank Henenlotter, 1982). Inclusive el diseño de los créditos iniciales se ha realizado siguiendo el ajuste del tracking que hacíamos para mejorar la imagen en las viejas películas de VHS. Y más de una de estas viejas cintas veremos en la película a modo de información de archivo.

Por otro lado, tenemos reflejos al cine más moderno. Este sería el caso del efecto “fusión de realidades” tipoSilent Hill (Christophe Gans, 2006) descrito por Madison con esta frase: “Es como si yo estuviera allí y aquí”. También tenemos una persecución que recuerda a la vista en Sentencia de muerte’, film dirigido por el propio James Wan en 2007. Y, además, es posible apreciar ciertos déja vù al cine terror actual. Este último caso sería el de Nunca apagues la luz (David F. Sandberg, 2016). Naturalmente se pueden apreciar muchas otras influencias… pero dejémoslo estar así.

Con todas las influencias descritas anteriormente (y más) James Wan y Akela Cooper han escrito un guión muy notable. Hablamos de un libreto que no busca dar lecciones de moralidad ni lanzar discursos como hace el ya cansino Jordan Peele. En ‘Maligno’ estamos al terror por el terror. A eso venimos y eso se nos da en grandes dosis. Ya el mismo comienzo, en el aislado Sanatorio Simion de Investigación, es toda una declaración de intenciones. Su aspecto exterior nos remite al cine de terror más clásico a la vez que Arkham viene a nuestras cabezas.

La trama se centra toda ella en Madison, una mujer maltratada que va recibiendo “visiones” de los terroríficos crímenes que comete un misterioso asesino. A partir de aquí el planteamiento se centra en esclarecer la conexión que tiene Madison con el criminal y si lo que ve está sucediendo realmente o no. En este sentido, la locura y los recuerdos reprimidos saltarán a la palestra… Por supuesto, también se trata de identificar plenamente al malvado individuo. Desde el principio, y poco a poco, el libreto nos va dejando pistas sobre lo que está pasando. En este aspecto es clara la apuesta por la intriga. De hecho, los propios créditos iniciales son una genial pista en sí mismos…

En cuanto a la filmación de Wan decir que se ajusta totalmente a lo que este film le pide: ambientes oscuros y tétricos. También es muy destacable el uso de los planos de detalle en determinados objetos (lavadoras, videos VHS), y ese plano secuencia cenital que sigue a Madison corriendo por toda su casa hasta encerrarse en su habitación. Hablando de la casa, ya comenté que su exterior viene a recordar al de ‘Aquella casa al lado del cementerio’… y respecto a su interior decir que cuando estamos en ella da la sensación de pasar a décadas anteriores al momento actual en el que se desarrolla la acción. Y respecto a la acción “solamente” tengo que decir que las set-pieces son brutalísimas y se va a saco. El mejor ejemplo de esto es todo lo que acontece en una comisaría…

“No hay nadie. Está todo en mi cabeza”. El descuartizador de Seattle.

Y llegamos así al punto más flojo de la película que es el reparto. Aquí tenemos algunas interpretaciones un tanto “ameteurs” y una clara búsqueda de la diversidad en según qué personajes. La mejor parada es Annabelle Wallis que se luce en su papel de Madison, una mujer maltratada por su marido y acosada por sus horribles visiones. En todo momento Annabelle hace creíble la travesía de su personaje y nos regala instantes verdaderamente inquietantes. No puedo decir lo mismo de Maddie Hasson a la que se le nota su falta de carrera entregando una performance bastante sencilla y de apoyo como la hermana de Madison.

También un tanto floja es la pareja formada por George Young y Michole Briana White como los detectives que investigan el caso. Claramente se notan puestos por la dichosa diversidad. Por otro lado, papeles bastante breves y de carne de cañón para Paula Marshall, Amir AboulEla y Ruben Pla como unos doctores con cuentas pendientes con el pasado. Tampoco muchos minutos son los que tiene Jake Abel, pero le bastan y le sobran para caer mal como marido maltratador y alcohólico. Finalmente, ojo a la aparición de la cada vez más ascendente Mckenna Grace en unos importantes archivos de video.

“Os mataré a todos” (Asesino)

En conclusión.
Termino esta crítica de Maligno, una verdadera y valiente propuesta de cine de género. Da gusto encontrarse con films como este que van a lo suyo en una época en la que todo se trata de dulcificar y politizar al máximo. Si te gusta el slasher, las películas con asesinos macabros y echas de menos el cine de terror sin CGI a punta pala, entonces, me atrevo a recomendarte este film.

Tráiler de Maligno

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