Silent Hill
Sharon, la única hija del matrimonio formado por Rose y Chris Da Silva, sufre continúas pesadillas con un lugar llamado Silent Hill. Para terminar con la ansiedad de la pequeña, Rose localiza el pueblo y decide llevarla hasta allí. Sin embargo, al llegar a la maldita y abandonada zona, sufrirán un accidente y Sharon desaparecerá sin dejar rastro. (Cineycine).
Hoy celebramos el ¡15º aniversario! de un fantasmagórico pueblo abandonado sobre el que cae una perpetua lluvia de ceniza. Los rumores dicen que el lugar está embrujado y parece que no mienten. Llegó el momento de revivir todo el horror del óxido, el carbón, el fuego y la sangre. Una vez más, sed bienvenidos a ‘Silent Hill’.
“Una madre es Dios para una niña” (Cybil)
Crítica de Silent Hill
Fue en 1999 cuando Konami sacó el videojuego ‘Silent Hill’ para la mítica PlayStation. Hablamos de uno de los más legendarios “survival horror” que dio lugar a todo un terrorífico legado con varias continuaciones. En ese primer título manejábamos a Harry Mason, un hombre corriente que, tras un accidente con su todoterreno, perdía a su hijita adoptada, Cheryl. El suceso tenía lugar en las cercanías de un pueblo perdido en el limbo, Silent Hill. El objetivo del juego era llegar a encontrar a la pequeña resolviendo enigmáticos puzles y enfrentándote a macabras criaturas. Todo ello con una ambientación que mezclaba una eterna lluvia de ceniza, niebla y submundos infernales.
Tal y como hemos comentado en anteriores reseñas de films basados en videojuegos, el éxito del título propició su llegada a la gran pantalla. Esta se produjo en 2006 con el francés Christophe Gans en la dirección y Roger Avary en el guión. En la producción estaba Samuel Hadida bajo el paraguas de la distribución de Paramount Pictures. El film se estrenó un 21 de abril de 2006 en Estados Unidos y dejó en taquilla algo más de 100 millones de $. Seis años después, en 2012, se estrenó una secuela a todas luces inferior.
De entrada decir que ‘Silent Hill’ es la mejor adaptación de un videojuego a cines. Además, como película por sí sola también funciona estupendamente. En consecuencia, la cinta alcanza cotas muy altas en ambos terrenos. Ante todo hay que alabar la elección de Christophe Gans como director. Hablamos de un realizador capaz de recrear a nivel top muy diferentes tipos de atmósferas y eso era algo vital para este proyecto. Gans plasma con fidelidad de cirujano toda la atmósfera del videjuego: la eterna lluvia de ceniza, la niebla, los caminos que caen en un profundo abismo, el macabro y horripilante submundo infernal,… Todo lo que veíamos cuando jugábamos al juego está en la película. Atención a varias secuencias que calcan las escenas del videojuego. Y también hay que destacar las tomas filmadas desde puntos elevados para dar la impresión de que Rose está perdida en un pueblo infinito.
El libreto fue obra de Roger Avary. Bien puedo decir que, con permiso de ‘Pulp Fiction’, este es su mejor guión para cines. Si bien, el propio Christophe Gans también estuvo implicado en la redacción del mismo. La narrativa prácticamente es de videojuego con Rose persiguiendo a una niña que cree que es su hija Sharon. Esta pequeña bien puede ser el mcguffin pues hace avanzar la trama a la vez que Rose va obteniendo pequeñas pistas. Así hasta llegar a la gran relevación final de lo sucedido en el pueblo. Una historia que nos remite a la brujería y a un tremendo horror de incalculable dolor. También hay que destacar la parte secundaria del guión que sigue a Christopher buscando a su esposa. Son dos narrativas que, llegado el final, de algún modo se unirán…
Respecto a los efectos, criaturas y acabado visual tengo que decir que todo sigue luciendo a un gran nivel. Aquí se apostó por el uso de pantallas verdes muy bien combinadas con los efectos artesanales de siempre. Esto último supone que míticos seres de la franquicia de los videojuegos fueron encarnados por especialistas envueltos en pesados trajes de látex y maquillajes monstruosos. Hablamos de las horribles enfermeras, las criaturas enanas o el temible Pirámide Roja. Este último interpretado por Roberto Campanella, que también encarnó al grotesco celador y coreografió varios de los movimientos de los monstruos. Un detalle a tener en cuenta es que el film no hace ascos a la casquería mostrando tremebundas escenas como despellejamientos humanos, cuerpos partidos por la mitad y sangre. Atención al inenarrable clímax en la Iglesia.
La banda sonora obra de Jeff Danna y Akira Yamaoka es otro punto a destacar siguiendo también con mucha fidelidad el material de procedencia. Sin duda el contar con Yamaoka tuvo mucho que ver puesto que participó en la soundtrack de los videojuegos originales. En la película se reproducen prácticamente idénticas muchas de las melancólicas partituras del videojuego mezcladas por Danna. Esto aumenta todavía más la sensación atmosférica conseguida con la ya comentada ambientación. Pareciera que estuviéramos jugando una partida en compañía de los actores protagonistas.
“¿Qué es este lugar?”. Pueblo maldito.
La protagonista principal es una actriz poco valorada pero que siempre rinde a buen nivel. Me refiero a Radha Mitchell que encarna a Rose Da Silva, la “madre” de Sharon. Hay que decir que, en todo momento, Radha consigue implicarnos en su búsqueda encarnando a una mujer decidida y valiente que hará lo que sea para encontrar a su pequeña. A destacar también la enorme paliza física que se pega corriendo de un lado para otro y aguantando terribles escenas. Para buscar a Sharon contará con la ayuda de la patrullera Cybil Bennett. A esta última la interpreta Laurie Holden en un rol de policía dura y sin miedo a nada ni nadie. Lo que más duele es ver cómo termina su personaje en el film… ¡todavía hoy duele!
Entre las lugareñas que Rose y Cybil encontrarán en su transitar destaca Deborah Kara Unger. La actriz aparece absolutamente irreconocible bajo “toneladas” de maquillaje como Dahlia Gillespie, una vagabunda maldita por su pasado. Por supuesto también está Alice Krige que hace una performance memorable como Christabella, una terrible “inquisidora” y líder del clan que se refugia en una Iglesia.
Párrafo al margen merece Jodelle Ferland. Por aquel entonces tan sólo contaba con 10 años y, sin embargo, muestra una profesionalidad impresionante desempeñando hasta tres papeles diferentes. En primer lugar destaca su carácter inocente como Sharon. En segundo lugar se muestra como una niña abusada en su rol de Alessa Gillespie. Y, finalmente, aparece sin ningún tipo de sentimiento como la parte oscura de Alessa, la encarnación del Mal que ofrece una implacable venganza. Decir que Jodelle está impresionante es quedarse corto. Resulta escalofriante que, siendo una niña, fuera capaz de asumir estos tres papeles.
Visto el elenco está clarísimo que esta es una película que resalta claramente a las mujeres. Los únicos hombres con cierta importancia en el relato van para Sean Bean y Kim Coates. El primero interpreta a Christopher Da Silva buscando incesantemente a Rose en el “otro lado” del pueblo. Por su parte, Coates encarna al detective Gucci, el encargado de supervisar la desaparición de Rose a la vez que intentan calmar y ayudar a Christopher a encontrarla.
“Sólo el Oscuro abre y cierra la puerta de Silent Hill” (Dahlia)
En conclusión.
Concluyo esta crítica de Silent Hill, la mejor adaptación de un videojuego a la gran pantalla. Christophe Gans no sólo respeta todo el espíritu de los juegos sino que también nos regala una gran película de terror realmente desasosegadora. Una cinta que combina el misterio de los videojuegos, las tramas de brujería/sectas propias de los 70 y las imágenes de horror propias de los 80. En definitiva, un film de culto en toda regla.
Tráiler de Silent Hill
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No sé cómo todavía escucho comentarios diciendo que esta película es mala. Que todavía no existe una sola buena adaptación de un videojuego al cine.
¿Y esta qué?
A mi modo de ver existe Silent Hill y luego, en segundo lugar pondría tanto (con todos sus fallos) a Doom como a Mortal Kombat.
Ya de las demás no digo nada.