El último viaje del Demeter
El barco ruso Demeter se encuentra atracado en el puerto de Rumania esperando recoger a su tripulación y cargamento. Clemens, un formado médico británico también consigue subir a bordo para regresar a Inglaterra. Pero, al poco de iniciarse la travesía, empiezan a ocurrir una serie sucesos extraños. A estos hechos se le suma la declaración de una polizona llamada Anna. La joven afirma que algo siniestro ha subido al barco y que tiene como principal objetivo llegar hasta Inglaterra. (Cineycine).
La leyenda de Drácula ha adoptado múltiples formas desde su primera aparición oficial en cines en 1931. Pero ahora, y por primera vez, se nos cuentan en toda su plenitud los sucesos que ocurrieron en la travesía del tristemente famoso Demeter desde Rumania hasta Londres. Estamos ante un viaje en el que veremos a un Drácula mucho más agresivo y siniestro que nunca. André Øvredal nos transporta al infame navío en ‘El último viaje del Demeter’.
“Él está aquí” (Anna)
Crítica de El último viaje del Demeter
Nadie debería sorprenderse que, con un personaje tan legendario como Drácula, tarde o temprano, alguien decidiera llevar a la gran pantalla la tristemente famosa travesía del Demeter. Aunque no debemos olvidar que en la novela de Bram Stoker ocupaba muy poco espacio. Principalmente a través del diario del Capitán. En esa lectura se daba a entender como Drácula llegó desde Transilvania, a través de Rumania, a Inglaterra. El relato tenía vagos detalles y poca profundidad. Simplemente era un capítulo más de la gran obra de Bram Stoker. Por ello, había huecos en blanco que cualquier realizador, amante del libro, querría rellenar de cara a la hora de rodar una película.
La idea rondaba en las cabezas pensantes de Hollywood desde 2009. En un principio, surgió el nombre de Alex Proyas como realizador principal con Sam Worthington como posible protagonista. Sin embargo, los guiones que fueron circulando desde casi más de una década no convencían a nadie. Finalmente, Universal decidió apostar por ‘Drácula: La leyenda jamás contada’ (Gary Shore, 2014). Posteriormente vino su fallido Dark Universe y el estudio se replanteó fórmulas más modestas para recuperar a sus clásicos monstruos.
Mientras lo anterior sucedía, el libreto del “Demeter” seguía dando vueltas por el estudio. Así hasta que el productor Bradley J. Fischer decidió recuperarlo, contrató a nuevos guionistas para pulirlo y se buscó a un realizador experimentado en el género para llevarlo a cines. El elegido fue André Øvredal. El director noruego ya tenía cierto bagaje en Estados Unidos, habiendo destacado con ‘La autopsia de Jane Doe’ (2016) e ‘Historias de miedo para contar en la oscuridad’ (2019). Y así fue como se dio luz verde a ‘El último viaje del Demeter’ contando con un modesto presupuesto de 45 millones de dólares.
El film se estrenó en agosto de 2023 en Estados Unidos. Y en taquilla fue un desastre sin paliativos recaudando mundialmente apenas 21 millones. Dejando números al margen, personalmente creo que ‘El último viaje del Demeter’ no es, ni de largo, una abominación que pueda colarse entre las peores películas del año. Cintas más nefastas salieron el pasado 2023… En el caso que nos ocupa, estamos ante un film muy clásico y tradicional. Básicamente, y salvando las distancias, es como ver una especie de ‘Alien, el octavo pasajero’ (Ridley Scott, 1979) cambiando al xenormorfo por Drácula y a la Nostromo por el Demeter. Según Øvredal, esta “falta de originalidad” fue lo que hizo que mucha gente no se interesara por la película.
A mi juicio, ‘El último viaje del Demeter’ no ofrece una visión fresca de una estructura narrativa que no hayamos visto ya en las “creature feature”. Sin embargo, estamos ante una propuesta bien planificada, de ritmo creciente y con una atmósfera muy bien cuidada. Y todo esto apoyado por un reparto comprometido y un notable diseño de producción. También creo que la capacidad artesanal de André Øvredal eleva lo que podía haber sido un film mucho peor e incluso un directo a video. El director noruego hizo especial hincapié en rodar lo máximo posible en entornos físicos y realistas. Un ejemplo de esto último fue la construcción de tres modelos a escala real del barco, el Demeter. En esta misma línea, los efectos visuales solo son los justos y necesarios.
La labor artesanal anterior es un punto muy a valorar, sobre todo en un tiempo donde casi el 90% de lo que suele verse en salas es puro CGI. En el maquillaje también hay muchos efectos prácticos, especialmente los concernientes a Drácula. El monstruo está interpretado por nuestro compatriota Javier Botet y deja tras de sí cadáveres, mutilaciones y sangre. Esto refleja las intenciones de Øvredal de alejarse de la imagen clásica, elegante y romántica del conde para ofrecerlo en su imagen más bestializada.
En un principio, Thomas Newman fue el compositor original del film, pero problemas de agenda le llevaron a desistir. Entonces pasó la batuta a Bear McCreary. Este último nos ofrece uno de sus trabajos más agresivos y trágicos. Su música dota al film de un aura trágica tremendamente efectiva. Además su tema de Drácula se hace omnipresente de forma tan natural como abrumadora con el uso de la orquesta y voces. Por su parte, Tom Stern se ocupa de la fotografía recreando el tono de neblina que necesita la atmósfera de la propuesta. También nos ofrece cierta sensación de claustrofobia en los pasillos del Demeter. De hecho, el barco es casi otro personaje más de la tragedia con su bodega, cubierta,… amén de escuchar el sonido del mar de fondo chocando contra el barco.
La práctica totalidad de la cinta transcurre en el Demeter con un grupo de personajes ciertamente variopintos. Y, si bien, todos sabemos cómo termina la historia… el guión hace que sintamos empatía hacia algunos protagonistas. Especialmente respecto a dos de ellos: Clemens interpretado por Corey Hawkins y el Capitán, al que da vida un muy notable Liam Cunningham. Puede que Cunningham entregue la interpretación más trágica de todas. También citar a Aisling Franciosi y Stefan Kapicic (Anna y Olgaren) que ofrecen algunos momentos impecables. Incluso podemos reconocer a David Dastmalchian (Wojchek) alejado de sus personajes más cómicos. En relación a esto último, y respecto al tono del film, no se permiten coñas ni chistes baratos. Hay una clara intención de construir a los personajes con un enfoque tremendamente devastador.
Antes mencioné a Javier Botet e insisto que su perfomance del legendario vampiro es tremebunda. Su propia figura, incluso tan solo con sombras, ya impone una presencia tremendamente inquietante y física a este Drácula. Y esto lo consigue sin mucha necesidad de elementos CGI y prótesis/maquillaje que le ponen en muchos momentos. La presencia de Botet es impecable e implacable a la hora de “dar vida” a esta oscura versión del vampiro-murciélago.
En conclusión.
Termino esta crítica de El último viaje del Demeter, a pesar de replicar la estructura de ‘Alien’, estamos ante una más que eficiente y cuidada cinta sobre uno de los capítulos no tan visitados de la figura de Drácula, Su atmósfera, diseño de producción y personajes están claramente por encima de lo que suele ofrecer el género en producciones menores. Es una lástima que no haya sido un éxito.
Tráiler de El último viaje del Demeter
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