Los sustitutos
Estamos en un mundo futuro alternativo en donde la tecnología ha ido un paso más allá fusionado al ser humano con las máquinas mediante los "surrogates". Una persona puede elegir qué momentos de su vida quiere vivir en directo y cuales quiere delegar en su androide, al que controla desde un sillón especialmente equipado desde su casa y mediante un chip neuronal. En mitad de ese mundo artificial un héroe biológico tendrá que interceder por toda la humanidad. Una humanidad que, sin saberlo, está en serio peligro. (Cineycine).
¿Qué pasaría si te dieran la opción de delegar en un androide funciones como la de ir a trabajar por ti, hacer la compra o limpiar el coche? Mientras tanto, tú estarías cómodamente sentado en un sillón siguiendo y controlando sus pasos por medio de un chip neuronal. En el film que hoy nos ocupa, esa tecnología es posible. Ahora está en tu mano elegir: ¿Qué clase de vida quieres vivir? Es hora de conocer a… ‘Los sustitutos’.
Crítica de Los sustitutos
‘Los sustitutos’ está basada en una novela gráfica escrita por Robert Venditti que no he tenido el gusto de leer. En consecuencia, el siguiente apartado sólo se dedicará a evaluar la película en sí misma. Jonathan Mostow es el hombre tras la cámara y el firmante de aquella joya infravalorada que fue ‘Breakdown’ (1997). En líneas generales, Mostow es lo que se dice un artesano, un tipo competente que se dedica a hacer su trabajo sin grandes alardes y que no tiene un estilo definido. Aquí cumple a rajatabla con su perfil.
La cinta tiene un inicio prometedor, quizás demasiado. En los créditos iniciales nos cuentan cómo se fue gestando el fenómeno de los surrogates. Tras ellos, el director pasa a mostrarnos un futuro high-tech en el cual discurrirá todo el film. Un mundo plagado de perfección por todas partes. Todo muy bonito, pero ya deberíamos saber que cuando en una cinta todo es idílico, siempre sucede algo que da al traste con esa perfección. ‘Los sustitutos’ no es ninguna excepción a esa regla.
En cuanto a la historia, empieza siendo un film de ciencia ficción con todas las letras. Posteriormente pasa a cinta de acción made in Willis. Y, finalmente, acaba como un drama sobre el ser humano. Tan peculiar mezcla está bien ejecutada de forma individual. Como sci-fi es más que estimable, aportando nuevas ideas al tema de la ciencia de última generación mal empleada y la deshumanización a la que nos pueden llevar los adelantos tecnológicos. Como espectáculo de acción, en sus dos set pieces, está realmente a la altura de otras del mismo rasero. Finalmente, en su último tercio, gira irremediablemente al drama con moraleja incluida.
No obstante lo anterior, si lo juntamos todo, entonces, ya no encaja tan bien. No serán pocos los que le echen esto en cara al film. Resulta muy complicado que, en hora y media, puedan darse la mano a la perfección tantos géneros. En esa indefinición, o en ese ansia de querer abarcar más de lo que se puede, es donde ‘Los sustitutos’ tiene su mayor defecto. Y eso sólo tiene un culpable: el guión. Un libreto escrito a cuatro manos por John Brancato & Michael Ferris, responsables del script de ‘Terminator 3: La rebelión de las maquinas’, ‘Catwoman’ o ‘Cocodrilo: Un asesino en serie’, entre otras. Poco se puede añadir ante semejante curriculum. Aquí empiezan bien. Sin embargo, a medida que va avanzado la acción, el guión va perdiendo fuerza. Amén de que, tras una escena dramática entre dos personajes principales, ya sabemos cómo acabará todo.
Sobre los efectos especiales se nota que a Mostow le dieron margen de maniobra. El aspecto de los androides resulta impecable y es así de forma intencionada, dando la apariencia de total artificialidad, de que se han estirado mucho la cara… Choca bastante ver a Willis con ese aspecto. No sólo por el pelo rubio, sino porque su cara es la que lucía en sus años mozos en la serie ‘Luz de Luna’. Casi rompo a aplaudir cuando aparece en escena el Willis biológico, con su aspecto actual, cuestión de costumbre. Además como los androides están hechos con efectos especiales artesanos (como antaño) no cantan cuando son destruidos, que no son pocas veces…
Los actores cumplen bastante bien con sus roles. De Bruce Willis poco nuevo se puede decir. Un personaje de este tipo no es ningún reto para él. Willis tiene a su cargo un rol bastante sosegado, salvo por algunos sobresaltos en determinados momentos: como cuando es ÉL en toda su esencia al arrinconar con su infinita labia a Stone en su despacho. Su mujer en el film corre a cargo de Rosamund Pike. La actriz, al igual que Radha Mitchell (Jennifer Peters), la mayor del tiempo interpreta a una réplica. Esto hace que ambas tengan que soportar una cara de palo constante debido a que los sustitutos no pierden la compostura por nada (son los humanos los que acumulan sus emociones). Pase lo que pase ellas ponen siempre la misma cara… así pocos análisis a fondo se puede hacer de sus interpretaciones.
Quien sí se deja ver en presencia biológica de forma prolongada es James Cromwell, que debió pensar que estaba en la precuela de ‘Yo, robot’ porque repite exactamente el mismo papel. Y luego tenemos sitio para el reencuentro entre Willis y Ving Rhames, quince años después del estreno de ‘Pulp Fiction’. Rhames lleva a cabo una performance más que digna como «El Profeta», un personaje poco visitado en su filmografía, plagada de tipos muy duros.
En resumidas cuentas.
Concluyo esta crítica de Los sustitutos, un muy distraído thriller de ciencia ficción con sus buenas gotas de acción incluidas. Aconsejo verla conociendo lo mínimo sobre su argumento. Si no han visto sus trailers no lo hagan… son demasiado explicativos. Verla con las expectativas en modo “quiero pasarlo bien y no complicarme mucho la vida con una peli para pasar el rato” también ayudará mucho. Si ese es su propósito, entonces, terminarán su visionado con un buen sabor de boca.
Tráiler de Los sustitutos
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