Hancock
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Aquí tenemos una de superhéroes… pero este tipo no es el habitual salvador de la humanidad de antifaz y capa. El personaje de este film es un borracho. Un sujeto mal hablado, gandul y homeless, con los rasgos faciales del inimitable Will Smith. En el sillón del director encontramos a Peter Berg. En la producción a Michael Mann. Finalmente, acompañando a Smith delante de las cámaras unos excelentes Jason Bateman y Charlize Theron. Es la hora de conocer a… ‘Hancock’.

“¿Crees que me importa lo que la gente piense?” (Hancock)

Crítica de Hancock

Will Smith es una de las mayores estrellas del panorama de Hollywood. Y lo es pese a que sus últimos films no hayan destacado ni recaudado tanto como se podría haber esperado. Su época de mayor esplendor se debió a factores muy concretos. El primero era el buen ojo de Smith para elegir personalmente a los directores con los que trabajaba. También le gustaba pulir los guiones a su gusto personal. Por supuesto, nunca (o casi nunca) superaba la calificación de PG-13 en sus films. Finalmente, se guardaba para sí las mejores fechas de estreno y sólo protagonizaba una película al año.

A pesar de ser un «héroe involuntario», el inolvidable ‘Príncipe de Bel-Air’ posee un carisma y una fuerza en la pantalla fuera de lo normal. A eso hay que sumar su creciente talento interpretativo. Algo que ya demostró en Ali’ (Michael Mann, 2001). Por ello, cada película suya es (o era) esperada por la audiencia (de todas las edades) como un acontecimiento marcado a fuego en el calendario. Lo mejor de todo es que Smith (casi) nunca falla.

Ya desde su pre-producción, ‘Hancock’ no fue un proyecto muy usual. Vincent Ngo escribió el guión en sus ratos libres y no era precisamente lo que nos llegó al final. El script original de Ngo era mucho más bestia y presentaba a un héroe más cercano al villano de lo que se puede apreciar finalmente en la cinta protagonizada por Smith. Tras pasar por varias manos, y barajarse muchos nombres de directores de primer nivel, el libreto cayó en las (sabias) manos de Michael Mann. El cineasta vio en el mismo potencial suficiente para una gran película. Por ello, cedió las riendas del film a su más cercano discípulo (y protegido oficial) Peter Berg, ahora mismo uno de los gurús del nuevo cine de acción y del thriller. Berg aparcó su frenético estilo visual para dirigir una cinta más clásica, aunque siempre impregnada por su estilo propio.

¿Puede un film claramente mainstream sorprender y violar las reglas de lo políticamente correcto? La respuesta es sí. Esta era la segunda vez que un largometraje con Smith a la cabeza lo conseguía. Ya la destacada Soy leyenda (Francis Lawrence, 2007), durante sus primeros 45 minutos, se revelaba como un agobiante y gran tour de force servido en bandeja por el trabajo interpretativo de Smith. Además de la aterradora visión de un desolado New York. Una gran ciudad plagada de animales salvajes y levantada por completo. Que luego el film, en su segundo y tercer acto, degenerara en el típico hit estival ya es otra cosa. Eso seguramente fue por las exigencias de los productores al impersonal Francis Lawrence.

Pero en el caso de la película que hoy nos ocupa estamos ante una cinta rara. Una película de aparente apariencia freak con un superhéroe borracho y maleducado. Sin embargo, acaba resultando un divertimento de primera categoría. Un film plagado de innumerables set pieces de acción filmadas espléndidamente por la cámara del director. Así pues, destacar el trabajo de Peter Berg. Cualquier otro se hubiese acomodado en el sillón y hubiese dejado que el director de segunda unidad filmara toda la acción. Pero Berg no. Él mismo se ocupa con su equipo de filmar cámara en mano todas las escenas de acción. Esto lo eleva como un director de primerísimo nivel. Un realizador con un especial don para conjugar comedia y acción a partes iguales… ¡algo que muchos ansían y muy pocos consiguen!

A lo anterior hay que sumar unos espectaculares efectos especiales de primer orden y un trío de actores sorprendentes. Especial atención a Charlize Theron que parece de pasada en la trama… y a Jason Bateman (Ray) muy en alza en estos últimos tiempos (que es calcadito a Jerry O´Connell). De Smith sólo decir que está como siempre, genial. Un ejemplo: no se pierdan ninguna de las escenas de la cárcel donde lo vemos en su salsa.

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Hancock, un largometraje que lo tiene todo. Y todo es: comedia, acción, la escena del banco (genial homenaje a la ya vista en ‘Heat‘, la obra maestra de, no por casualidad, Michael Mann… que hace un cameo como ejecutivo) y drama con el sorprendente giro argumental que presenciamos a mitad de metraje. Un giro que nos llevará a replantearnos la trama y a comprender mejor el por qué del comportamiento de Hancock.

Tráiler de Hancock

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