Justicia salvaje
Holland, un sicario que vive felizmente retirado en las Islas Caimán, recibe una oferta para liquidar a Clement Molloch, un inhumano médico conocido como “El doctor”. Molloch presta sus servicios de tortura a los países de América Central a cambio de un alto hospedaje y dinero. Después de unas dudas iniciales, Holland decide ir tras Molloch y sus esbirros para poner fin a sus crímenes. (Cineycine).
Un sádico médico está haciendo de las suyas protegido por sus lacayos. Sus víctimas y enemigos se cuentan ya por miles. Hay que detenerlo. Y nadie mejor que nuestro amigo Charles Bronson para “sacudir el gallinero” y aplicar su tremebunda e implacable ‘Justicia salvaje’.
“La venganza emocional es una forma de suicidio” (Holland)
Crítica de Justicia salvaje
Este film representó la quinta colaboración entre el director J. Lee Thompson y el mítico Charles Bronson. Ambos empezaron a trabajar juntos en 1976 con ‘El temerario Ives’. Y finalizaron sus colaboraciones en 1989 con ‘Kinjite: Prohibido en occidente’. En el caso de ‘Justicia salvaje’, la película se apoya en la novela titulada ‘The evil that men do’ escrita por R. Lance Hill. El propio Hill es quien adaptó la misma al guión definitivo con muchas revisiones de John Crowther.
La trama es una clara representación alegórica de las cazas de criminales de guerra nazis que llevaron a cabo los judíos una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Tan es así que el personaje de Clement Molloch no deja de ser una visualización del cruel Josef Mengele. En este caso, Molloch aka “El Doctor” también encuentra refugio en las dictaduras americanas (Guatemala para ser exactos) y allí presta sus servicios. Y sus servicios no son otros que sus conocimientos para debilitar la voluntad humana mediante la tortura. En este sentido, atención a su escena de presentación en la que lo vemos torturar a un pobre desgraciado colgado como una res aplicándole electroshocks en el pecho y en los genitales. Así pues, y en menos de cinco minutos, ya sabemos la clase de individuo que es el tal Doctor y hasta dónde está dispuesto a llegar.
Posteriormente la trama se centra en aspectos básicos del espionaje y del cine de Bronson al aceptar Holland el encargo. Así pues, veremos las fuentes de información de aquellas épocas, los trapos sucios, los seguimientos en coche y las vigilancias. Por supuesto, no faltan a la cita las rápidas formas de aplicar la justicia que tenía Bronson. Aquí veremos como el duro intérprete finiquita a los esbirros de Molloch con su contundencia habitual: a navajazos, mediante el agarre de “el mata-león” e incluso a uno lo ahorcará públicamente con una manguera contra incendios. Todo esto hoy es imposible de encontrar en un film comercial que aspire a estrenarse en salas. Incluso en su tiempo sufrió recortes por la censura de algunos países (no en España). En este caso, y por una vez, se justifica el título español de “Justicia salvaje”.
Por supuesto la sangre no faltará a la cita. En este aspecto, no hay más que ver como Lee Thompson se recrea en la muerte por navajazo de uno de los esbirros. Al desgraciado villano lo veremos desangrarse como un cerdo en la matanza mientras intenta echarle el guante a Holland. ¡Ah! tampoco se pierdan aquella escena en la que Bronson coge por los huevos (literalmente) a un gigante acosador de mujeres. Ni qué decir tiene que los que somos fans del mítico actor disfrutaremos con sus durezas. No podemos quejarnos del film, pues lo que se espera de Bronson se ofrece.
Tampoco podemos quejarnos de la ambientación. Y eso que, básicamente, la acción transcurre casi en dos escenarios. El primero es la ciudad de Guatemala (en realidad Jalisco) y el segundo son los poblados rocosos y desérticos de las afueras. Este segundo escenario es el que más destaca al darle al film un innegable aire de western con pueblos semivacíos con su cantina y todo… De lo que sí podemos quejarnos es del montaje. En este aspecto, especialmente al principio, las escenas pasan de unas a otras siendo cortadas de manera tan brusca que incluso piensas que las han “cortado y pegado” sin más.
Por otro lado, en la banda sonora encontramos a Ken Thorne en uno de sus últimos trabajos para cines antes de pasarse a las TV Movies. Aquí destaca por aplicar unas composiciones tremebundas a las secuencias en las que “El Doctor” aplica sus terribles métodos.
En el reparto, la producción está liderada y puesta al servicio de Charles Bronson como Holland, el asesino contratado para matar a “El Doctor”. Este es un papel que no requiere del más mínimo esfuerzo por parte de Bronson, ya que su experiencia en roles parecidos estaba más que acreditada. Hay una frase de su acompañante y tapadera, Rhiana, que lo define bastante bien: “Es frío, duro, impasible. No reacciona ante nada ni ante nadie”. No obstante, alguna que otra sonrisa sí que nos regala el duro intérprete en determinados momentos.
Precisamente a Rhiana la interpreta Theresa Saldana. La actriz encarna a una mujer valiente y comprometida con la causa de acabar con “El Doctor”. Tan es así que se pone a ella misma y a su hija pequeña como tapadera de Holland. Todo para que se haga pasar como un buen turista familiar sin levantar sospechas. Del resto de los buenos merecen citarse las breves apariciones del legendario José Ferrer y René Enríquez. El primero como el profesor que contrata a Holland y el segundo como su contacto en Guatemala.
Atención a la buena recreación que hace Joseph Maher del villano del film: Clement Molloch alias “El Doctor”. Este es un médico especializado en tortura que, tal y como expuse antes, es una recreación del maldito Josef Mengele, tan es así que viste de blanco impoluto como el conocido “ángel de la muerte”. Sus víctimas se cuentan por miles y sus métodos son absolutamente infernales. La única persona por la que realmente llega a sentir algo es su hermana Claire, una dura mujer interpretada por Antoinette Bower. De su guardia de seguridad sólo cabe destacar al gigantesco Raymond St. Jacques, un coloso de ébano con cara de pocos amigos y capaz de poner firme al más pintado. ¡Ah! no se pierdan a un joven John Glover haciendo de burócrata de la CIA repleto de mierda hasta el cuello.
“El doctor, el doctor, el doctor,…”
En conclusión.
Finalizo esta crítica de Justicia salvaje, una película que parte de un planteamiento interesante: la persecución de criminales internacionales. Sin embargo, a medida que va transcurriendo la acción, el film se convierte en “otro más de Bronson”. Esto último no quiere decir que sea malo… ya que siempre es un placer ver al duro actor impartir justicia, sólo que en esta ocasión se podía haber esperado algo un poco más diferente.
Tráiler de Justicia salvaje
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Yo recuerdo de haberla visto en el cine, allá por los ochenta, y me gustó mucho. A quien le guste las películas de Charles Bronson, sobre todo las violentas de verdad, ésta le va a encantar.