Fantasmas de Marte de John Carpenter
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John Carpenter nos lleva de visita a Marte en un violento y sangriento viaje que nadie olvidará. Ice Cube, Natasha Henstridge, Pam Grier y Jason Statham pisan terreno rojo con sus armas bien cargadas y dispuestos a pulirse a todo dios. Es la hora invocar a los ‘Fantasmas de Marte de John Carpenter’.

“La marea está alta. Es hora de seguir con vida” (Desolación Williams)

Crítica de Fantasmas de Marte de John Carpenter

En el año 2000 la moda cinematográfica fue visitar Marte… y siguiéndola se estrenaron dos producciones que nos llevaron hasta el famoso planeta rojo. Esas películas fueron: Misión a Marte (Brian De Palma) y ‘Planeta Rojo’ (Antony Hoffman). Ante este panorama, el mítico John Carpenter se sintió entonces “obligado” a realizar su propio y peculiar film sobre el cercano planeta. De esta forma, en 2001 estrenó su modestísima producción de apenas 28 millones de $ de presupuesto. Me refiero a ‘Fantasmas de Marte de John Carpenter’. Al final, y en el plazo de dos años, habíamos consumido ya tres films sobre Marte. Luego esta “moda” sencillamente se esfumó… como muchas otras.

¿Y qué nos ofrece John Carpenter en su film? Pues nos ofrece una cinta de acción y terror de “Serie B” con aires de spaghetti-western pero en pleno planeta rojo. Todo ello aderezado con el peculiar toque, sentido del humor y música de este gran Maestro que es Carpenter. De hecho, el libreto también llevó su sello con el apoyo de Larry Sulkis. El script viene a ser una especie de «remake» de ‘Asalto a la comisaría del distrito 13’ (1976) del propio Carpenter pero sin tomarse en serio.

De la banda sonora, por supuesto, también se ocupó el afamado director entregando una soundtrack totalmente cañera y “rockera” asesorado por varios artistas de rock duro. Con esta música nos intenta «deleitar» enajenándonos ante el espectáculo final de enfrentamiento entre mineros-masoquistas-locos saltando por los aires Vs policías escupiendo plomo en todas las direcciones. Desolación Williams describe bastante bien la experiencia: “Es una situación muy jodida. Yo sólo creo en seguir con vida”…

Respecto al montaje hay que hacer notar que la película empieza justo por el final. A continuación, y a través de una serie de hábiles flashbacks, se nos va contando la historia de lo sucedido en la colonia minera Shining Canyon. El uso del flashback por parte de Carpenter es tan hábil que no hay detalle que se escape y todas las piezas del puzzle encajarán al narrar la historia del escuadrón de la teniente Mel.

En su inicio, la atmósfera es totalmente opresiva con ambientes aislados en los que los protagonistas se van moviendo intentando obtener respuestas al estado de abandono del poblado minero. Luego el film evoluciona hacia otros temas vistos en diferentes películas de Carpenter y es entonces cuando los protagonistas pasan a estar sitiados en una inexpugnable cárcel por unos mineros poseídos y masoquistas (¿algo de esto les suena, verdad?). Nos encontramos pues con un film de “indios y vaqueros” altamente violento y con algo de humor negro. Un humor provocado, fundamentalmente, por los torpes compañeros de la banda de Desolación Williams y algunas de sus “durezas”.

El maestro no trata de engañar a nadie. Ya desde el principio, con ese escuadrón de policías armados hasta los dientes entrando en el poblado minero mientras el polvo rojo se extiende por el aire a modo de homenaje a los spaghetti-western, sabe uno lo que se va a encontrar. Pasa que lo que luego nos encontramos es más inesperado de lo que podríamos haber pensado en un principio: pura “serie B”, puro divertimento, pura acción, puro terror y algo de gore. Todo esto con un equipo de 400 personas a bordo que trabajaron fundamentalmente de noche. Y como gran escenario una mina de yeso prestada por los indios Zia de Nuevo Méjico. El resto del film fue terminado en interiores con pantallas verdes y maquetas.

Por otro lado, Carpenter incurre en otros fallos típicos también de su cine. Hablo de situaciones no del todo bien resueltas, desapariciones abruptas de determinados personajes y una relativa falta de “punch” en el rodaje de según qué escenas de acción. Por lo demás, la cinta aporta lo necesario para pasar una curiosa y divertida tarde noche aniquilando «fantasmas».

“Esto es una venganza contra todo aquel que intente invadir su planeta”… Los invasores de Marte.

La protagonista principal es Natasha Henstridge que en aquel momento vivía su momento de fama. Aquí interpreta a la Teniente Mel, una policía que no despeina su bello cabello rubio en toda la película. Y eso a pesar de las patadas que da y recibe, y de los tiros que pega. Mel es una mujer fría y que soporta su servicio tomando ciertas dosis de droga que la dejan “colocada” para aguantar mejor sus asquerosos destinos. Impecable la escena en la que pone firme a “Uno” (un colega de Desolación Williams) dejándole bien clarito quién está al mando…

Buen trabajo de Henstridge que ya estaba bastante más preparada que cuando debutó enSpecies (Roger Donaldson, 1995). En esta cinta se desenvuelve bastante bien dotando de personalidad y carácter a su personaje. Como curiosidad, Natasha aterrizó en el rodaje cuando todos los demás actores ya estaban a bordo. Y lo hizo al quedarse Carpenter sin su primera opción (¡Courtney Love!) y ser recomendada por el actor Liam Waite que, por aquel entonces, era su novio.

Por su parte, un «novato» en Hollywood Jason Statham interpreta al Sargento Jericho, un experto en abrir cerraduras imposibles y un fanfarrón sexual que lo único que quiere (además de salir pitando de Marte) es acostarse lo antes posible con Mel… Este fue uno de los primeros papeles de Jason en Hollywood, cuando todavía tenía algo de pelo en la cabeza. Statham cumple sobradamente con los altos grados de chulería e insolencia que presenta su rol.

También encontramos a Pam Grier que se viste como la Comandante Helena, la líder del escuadrón y una mujer dura y con ramalazos lésbicos que la llevan a querer también llevarse al catre a Mel, a cambio de ascenderla a Capitán. Lo peor del film es la forma un tanto chapucera que John Carpenter tiene de sacarla de escena. Liam Waite y Clea DuVall dan vida a Descanso y Bashira, los novatillos del escuadrón policial que aceptan, sin mayores problemas, su cometido de repartir y recibir tiros.

Mención especial para Ice Cube como Desolación Williams. Cube se pasa todo el film con unos pantalones bastante ridículos pero consiguiendo imponer su carisma. Además se lleva las mejores frases de todo el guión, se agradece su presencia en pantalla y conecta la mar de bien con Natasha Henstridge. Ambos forman una buena pareja mixta de colegas repartidores de tiros y órdenes. Nuevamente lo cito para resumir lo que acabo de decir: “Joder nena, me gustas un montón. Si voy a morir… moriré luchando”.

Finalmente, Richard Cetrone es el gigantesco Fantasma Jefe con un innegable aire a lo Marilyn Mason en versión ultrabruta. A él es al que siguen todos los masoquistas y poseídos mineros obedeciendo ciegamente sus órdenes. Su rol es la mar de sencillo: se limita a emitir gruñidos y gritos salvajes que dada su altura imponen lo suyo. No aporta más.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Fantasmas de Marte de John Carpenter, una buena “serie B” de acción, terror y sci-fi con la que pasar 98 minutos francamente peculiares, cafres, divertidos y entretenidos. Pienso que esta es una de esas películas que “amas u odias”. No creo que haya término medio con ella. Cine bruto puro y duro y hecho así por un plenamente consciente Carpenter que sólo buscaba ofrecer un rato de salvaje diversión. Por mi parte, me alisto en el escuadrón de Ice Cube, Natasha Henstrige y Jason Statham.

Tráiler de Fantasmas de Marte de John Carpenter

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