Misión a Marte
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Antes de que Ridley Scott dejara a Matt Damon atrapado en ‘Marte’ ya fuimos testigos de otro rescate en el “planeta rojo”. En el año 2000 Don Cheadle desaparecía en Marte. Para rescatarlo, Brian De Palma seleccionó a un equipo formado por Gary Sinise, Tim Robbins, Connie Nielsen y Jerry O’Connell. Este cuarteto llevó a cabo una… ‘Misión a Marte’.

“No he hecho 100.000 millones de kilómetros para dar la vuelta a 3 metros de la meta” (Jim McConnell)

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Crítica de Misión a Marte

Los años 2000 y 2001 fueron el ¡boom! de Marte en cines. En ese breve periodo de tiempo se estrenaron tres films que nos llevaron allí de maneras muy diferentes. De esta forma, tuvimos esa bizarrada y desatada versión de John Carpenter que fue Fantasmas de Marte(2001), la decepcionante y olvidada ‘Planeta rojo’ (2000) de un Antony Hoffman que ya nunca más volvió a dirigir película alguna… y ‘Misión a Marte’ (2000) del siempre infravalorado Brian De Palma. Esta cinta de De Palma se aprovechó, y mucho, en su argumento de una famosa pareidolia rocosa que, por aquel tiempo, pegó muy fuerte. Dicha pareidolia desató toda una increíble y fascinante rumorología acerca de su origen. Incluso actualmente algunos siguen debatiendo sobre el tema. Y ya siento no poder ser más claro porque “destriparía” el film para los que todavía no lo hayan visto.

Como acabo de exponer, el «fotográfico revuelo» fue tal que se aprovechó para, a partir de ahí, elaborar un script. Un guión que fue obra de Jim y John Thomas. Pero los hermanos (autores del libreto de Depredador) no se pararon ahí, sino que intentaron también ahondar en otros temas. Así pues, la historia también toca la exploración espacial, el ADN, o el mismísimo origen de la vida (“El Universo es conexión. La vida busca la vida”, afirma en una imagen de archivo la esposa de Jim McConnell). Ahora bien, estos temas están tratados de manera poco profunda para no saturar al público casual y desarrollados, fundamentalmente, en el tramo final de la película.

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La dirección de Brian De Palma resulta correcta pero un tanto “impersonal”, sobre todo, si tenemos en cuenta su filmografía anterior. No obstante, nos lega algún que otro momento destacado que siempre recuerdo cuando se cita esta película. Me refiero al punto de no-retorno para el personaje de Woody interpretado por Tim Robbins. Es de esos momentos que se te quedan grabados en la retina particular de cada cinta. Por otro lado, con esta película De Palma quiso acercarse más la intriga espacial que a “monstruos babosos”, tal y como él mismo reconoció en su momento. ‘Misión a Marte’ costó sus buenos 100 millones de dólares de la época. Millones que casi no logra recuperar, ya que el proyecto no funcionó ni en USA ni fuera (110.983.407 $ a nivel mundial). De esta manera quedó enterrado para siempre De Palma que poca cosa haría a posteriori.

En la ambientación es justo destacar toda la notable recreación de los interiores de las naves. Atención aquí a la “rueda de queso” (en realidad, un plató cilíndrico construido por Garry Elmendorf con el que se conseguía el efecto de ingravidez) y al territorio marciano (recreado en 120 hectáreas exteriores de arena que quedaron cuando se dragó el río Fraser en Vancouver). Esto me lleva directamente a comentar los efectos especiales y visuales obra de ILM y Dream Quest. Estas prestigiosas compañías entregan un trabajo visual que, incluso actualmente (20 años de su estreno), sigue resultando bastante fresco.

La banda sonora la firma todo un maestro como Ennio Morricone. Quizás no sea de sus partituras más recordadas y puede que le pase como a la dirección de De Palma. Sin embargo, algún buen pasaje musical sí que tiene como, por ejemplo, esas partituras de intriga en las secuencias en las que Woody sale a reparar una fuga de la nave, o las melodías finales. En cualquier caso es claro que Morricone tiene bandas sonoras mucho mejores que esta.

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“Es una misión de rescate”… Las caras de Marte.

Respecto al elenco decir que, mayoritariamente, se limitan a cumplir el expediente entregando unas correctas actuaciones pero que no van más allá de eso, de correctas. Y eso que, en principio, los nombres prometían mucho, a saber: Tim Robbins es Woody Blake, uno de los mejores pilotos de la NASA y un buen y responsable líder. Connie Nielsen es Terri, la mujer de Woody que parece metida en el film para “rellenar cupos” de mujeres astronautas (ese mismo año Connie estrenó también ‘Gladiator’ dónde estaba mucho mejor). Jerry O’Connell da vida a Phil Ohlmyer, el joven del grupo y quién quizás más entusiasmo pone. Gary Sinise interpreta a Jim McConnell, el mejor piloto de la NASA e íntimo amigo de Woody. Sinise entrega una buena interpretación y, pese al importante reparto, termina por conseguir ganarse casi todo el protagonismo.

También cabe hacer mención a un papel importante para Don Cheadle como Luke Graham, uno de los primeros astronautas en llegar a Marte en la MARS-1. El último en destacar es el veterano Armin Mueller-Stahl como el jefe de la estación espacial mundial. Finalmente, muy breve aparición mediante grabaciones de vídeo para la televisiva Kim Delaney como Maggie, la fallecida esposa de Jim.

“Nos vemos en Marte” (Woody Blake)

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En conclusión.
Termino esta crítica de Misión a Marte, una película bastante “peculiar”. “Peculiar” porque lo tenía todo (director, presupuesto, guión, reparto) para haber sido un film que alcanzara un mayor éxito y repercusión. Sin embargo, no consiguió nada de esto. Y quizás no lo consiguió porque, al final de todo, no escogió el camino más «comercial», como bien podría haber sido una intriga más terrorífica/dinámica siguiendo las pautas del comienzo cuando desaparece la tripulación del MARS-1. No sé, quizás se trate de eso, de su “indefinición” o quizás no… En cualquier caso, a mí siempre me ha parecido una cinta bastante apetecible, “exótica” y disfrutable sobre la exploración de Marte y los rumores de la época. Creo que pueden darle una oportunidad.

Tráiler de Misión a Marte

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