Dredd
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América es un erial de radiación. La población vive hacinada en ciudades de cientos de kilómetros de extensión protegidas por gigantescos muros anti-radiación. En estas circunstancias, un cuerpo de élite es el que vigila el cumplimiento de la Ley y el Orden. Ese cuerpo de élite es conocido como Los Jueces. Y el Juez más duro e implacable de todos es… ‘Dredd’.

“Si no obedeces… la sentencia es la muerte” (Dredd)

Crítica de Dredd

Algunos se preguntarán: “¿guarda alguna relación esta película con la que en el año 1995 protagonizó Sylvester Stallone?” Bien, pues vista la misma cabe decir que en algunos aspectos bien podría ser una precuela del film protagonizado por Stallone. Por ejemplo: aquí las motos de los Jueces no son tan modernas como en la cinta dirigida por Danny Cannon, no hay transportes voladores y los vehículos que aparecen no son modernos pudiendo pasar por vehículos actuales. Además de esto tenemos la vestimenta de los propios Jueces que no resulta tan atractiva y, por así decirlo, “moderna o estilizada” como en Juez Dredd’, de hecho, en ‘Dredd’ los Jueces bien parecen simples agentes antidisturbios.

Los aspectos anteriores son algunos ejemplos, más o menos llamativos, comparando el diseño de producción de ambos films. En consecuencia, creo que bien podríamos tomar ‘Dredd’ como una precuela de ‘Juez Dredd’. Tan es así que su título incluso ya parece indicarlo así. Otra curiosidad es ver como el propio Karl Urban lanza el “Yo soy la Ley” que Sylvester Stallone pronunció en ‘Juez Dredd’ cuando estaba siendo juzgado. Según todo lo comentado, si me vendiesen ‘Dredd’ como la precuela de ‘Juez Dredd’ no tendría mayores inconvenientes en creerlo y aceptarlo.

Centrándonos ya en lo que el director Pete Travis nos ofrece vemos que estamos ante un film “barato”, violento y sucio. La cinta es “barata” y eso se nota en términos de espectacularidad visual. De hecho, su coste de producción fue de 50 millones de $ frente a los 90 de su “secuela”. Por consiguiente es lógico que se optara por dar a ‘Dredd’ un toque “actual” huyendo de los espectaculares diseños de vehículos y demás. Amén de centrar básicamente casi toda la acción en un bloque de edificios sin llevarnos a otros entornos de Mega-City 1. Respecto al bloque de edificios se nos presenta como un espacio sucio, grasiento, opresivo y con ninguna estancia que pueda resultar algo atractiva a los ojos del público.

Por otro lado, y afortunadamente, la película es violenta y sangrienta. Aquí veremos muchas escenas en las que los malosos son finiquitados de manera explícita (por ejemplo, un facineroso es liquidado por Dredd disparándole una bengala en la boca con su legislador personal). Además contamos con unas secuencias de acción bastante bien filmadas para deleite de los que somos amantes del actioner. En relación con la acción tenemos la parafernalia de Dredd. Aquí su legislador es un arma plenamente operativa y basada en un sistema de 9 mm que nuestro protagonista puede cambiar de automática a semiautomática. También veremos algunas secuencias iniciales con su motocicleta, la Lawmaster. Este potente vehículo de dos ruedas está basada en una moto de 500 cc con un enorme armazón por encima. La Lawmaster además está equipada con ametralladoras, una distancia entre ejes ampliada y neumáticos especialmente gruesos.

También conviene destacar como Pete Travis se las apañan bastante bien para “salpicar” el metraje con varias escenas grabadas en “slow-motion”, es decir, a cámara súper lenta y con una definición espectacular. Son escenas en las que se intenta reflejar el estado físico y mental en el que se encuentran los desgraciados que “se colocan” con una nueva droga denominada Slo-Mo. En la película este poderoso narcótico se inhala y con ella la malvada Ma-Ma hace su agosto en Mega-City 1. Ni que decir tiene que el nombre de la droga es todo un guiño a la forma de grabar las escenas…

Por su parte, el guión de la película lo firmó el hoy muy reconocido Alex Garland. El reconocido director y guionista de ciencia ficción y terror nos entrega aquí un libreto en el que no pueden faltar toda una retahíla de frases durísimas. Sentencias verbales que son escupidas bárbaramente por Dredd. También podemos apreciar varios guiños al cómic tanto en las líneas de diálogo como en algunos escenarios. Y además cabe resaltar que Garland escribió varias versiones del guión. En sus primeros borradores llegó incluso a usar al Juez Muerte como villano principal de la historia. Finalmente, estas versiones fueron desechadas por el propio guionista en favor de una trama más sencilla. Una historia que recogiera, de algún modo, “un día cualquiera en la vida de Dredd”.

Llegado este punto conviene aclarar los problemas o desacuerdos creativos, a cuenta del film, surgidos entre Pete Travis y los productores. Tan es así que Travis quedó apartado del proceso de edición pasando este a manos de Alex Garland. De hecho, algunos implicados en la producción como el propio Karl Urban llegaron a señalar a Garland como el auténtico director de la película. Sea como fuere, al final Pete Travis mantuvo su crédito como director y Alex Garland se mantuvo como guionista. Este último debutaría ya oficialmente detrás de las cámaras dos años después con Ex Machina’.

“Ciudadanos de Peach Trees esto es la Ley”… Hay un nuevo Dredd en la ciudad.

Kart Urban es el nuevo Dredd y siempre lo vemos bajo el casco del durísimo juez. Esto último fue una exigencia indiscutible de Jason y Chris Kingsley, propietarios en aquel momento de los derechos fílmicos del personaje a través de Rebellion. Como bien sabemos, Dredd es el mejor, el más implacable y el más duro de todos los Jueces de Mega-City 1. Y a Karl Urban hay que reconocerle su muy buena encarnación. Aunque también es cierto que no es un papel excesivamente complicado de interpretar. Básicamente hablamos de un ejecutor inexpresivo con un casco que no se quita jamás… Como curiosidad, comentar que Urban asistió a un campamento de instrucción durante dos semanas. Allí le prepararon en el uso de armas, movimiento técnico, aprender a moverse en un tiroteo, aprender a detener y arrestar a delincuentes, atravesar puertas,… finalmente se convirtió en el personaje del cómic.

Pero si Karl Urban destaca como Dredd, no puedo decir lo mismo de sus compañeras de reparto. Olivia Thirlby es la novata Anderson que resulta asignada como nueva compañera de Dredd para ser evaluada. El caso es que Olivia no logra que empaticemos totalmente con su personaje y, pese a su dramático pasado y origen, al final resulta un poco fría. Con Dredd en este aspecto ya teníamos bastante… Y, por otro lado, a bordo también está Lena Headey como la villana Ma-Ma. Las capacidades de Headey no se ponen en discusión… pero en este film no llega dar completamente con la tecla de un personaje vacío de carisma y presencia. Uno ve en acción a Ma-Ma y pesan más las leyendas que se cuentan sobre su personaje que ella misma.

«En algún lugar del bloque hay dos Jueces: los quiero muertos» (Ma-Ma)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Dredd, un film que tiene sus mejores bazas en sus sangrientas escenas de acción bien filmadas, su sucia ambientación en el bloque de Peach Trees y en un Karl Urban que cumple muy positivamente en su papel de juez, jurado y ejecutor. Más allá de esto, y teniendo en cuenta el presupuesto del film, no creo que sea necesario exigirle mucho más a esta cinta que cumple bastante bien lo que promete.

Tráiler de Dredd

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