Spiderhead
En la prisión insular conocida como Spiderhead, el doctor Steve Abnesti realiza pruebas con drogas experimentales. Los estupefacientes de Abnesti son capaces de controlar las emociones de sus particulares conejillos de indias: los convictos. Convictos que han decidido cambiar sus penas de estancia en una prisión convencional para entrar en el programa experimental y así poder conmutar sus sentencias. Uno de estos reclusos es Jeff, quien lleva desde el principio en el programa y goza de ciertos privilegios. Sin embargo, pronto empieza a sospechar de las buenas y amables intenciones de su particular doctor y carcelero. (Cineycine).
Con ‘Top Gun: Maverick’ todavía reventando taquillas, Joseph Kosinski baja de los cielos para llevarnos a un paraíso terrenal situado en una cárcel experimental. Allí un grupo de presos han cambiado sus condenas a cambio de ser conejillos de indias. Por lo que nos toca, ponemos rumbo a la prisión para valorar si aceptamos lo que nos proponen en ‘Spiderhead’.
“¿Aceptas?” (Abnesti)
Crítica de Spiderhead
Este film es otra vuelta de tuerca dentro de la filmografía de Joseph Kosinski. Recordemos que este arquitecto, metido a director de cine, actualmente ha alcanzado los cielos gracias a ‘Top Gun: Maverick’ (2022). De entrada, comentar que Netflix tenía guardada en un cajón ‘Spiderhead’ mientras aguardaba los resultados de ‘Maverick’. Nada más hay que recordar que, en un principio, este film se promocionó como parte de su catálogo en 2021. Sin embargo, al retrasar la Paramount el lanzamiento del film protagonizado por Tom Cruise, en Netflix decidieron hacer lo mismo con ‘Spiderhead’. Una vez estrenada la secuela del mito ochentero con un colosal éxito, entonces, el líder del streaming no perdió tiempo y lanzó ‘Spiderhead’ para sus suscriptores.
Entrando en ciertos antecedentes, la película se basa en un relato escrito por George Saunders para The New York Times. El relato del escritor, y periodista, originalmente se titulaba ‘Escape from Spiderhead’. La trama nos contaba la historia de esta cárcel insular dirigida por un científico dedicado a experimentar con drogas entre los presos. Presidiarios que habían elegido voluntariamente entrar en el programa para conmutar sus condenas. Paralelamente se desarrollaba el misterio de cuáles eran las verdaderas intenciones del doctor encargado de la instalación.
‘Spiderhead’ bien puede entrar en la categoría de películas que no aprovechan del todo su propuesta inicial. La idea de que existan drogas capaces de hacer que la gente llore, ría o tenga depresiones de caballo… era algo que podía haber sido usado de una forma más compleja, pero se queda en la superficie. Así pues, creo que Joseph Kosinski no alcanza un pleno en su afán de recrear un ambiente tremendamente extraño. En este sentido, la cinta alterna momentos de tensión y perturbadores con situaciones delirantes y cómicas. Entre estas últimas está la tronchante secuencia de acción final (la única de toda la película) con la canción “You Make My Dreams (Come True)” de Dary Hall y Jeff Oates. Sin duda, una secuencia que sólo los guionistas, Rhett Reese y Paul Wernick, podían haber imaginado.
No obstante lo expuesto, el film sí que resulta estimulante y está bien llevado. Tampoco puedo negar que es una cinta eficazmente pensada y bien filmada. En este último aspecto muy probablemente sea superior a lo que nos suele ofrecer Netflix. En consecuencia, Kosinski sigue siendo un cineasta visualmente capaz, incluso si el film que tiene entre manos no apuesta por la espectacularidad visual. Comparada con su filmografía, y a nivel de planteamiento narrativo-visual, ‘Spiderhead’ está más cercana a ‘Héroes en el infierno’ (2017) que a otras cintas como ‘Oblivion’ (2013) o ‘TRON: Legacy’ (2010). Aunque tengo que insistir que el global deja un poso un tanto “decepcionante”. Especialmente porque conceptos como el libre albedrio quedan olvidados a medida que avanza el metraje.
En el apartado técnico hay que destacar la impecable labor de fotografía de Claudio Miranda, colaborador habitual de Kosinski. También destaca, apoyando en los momentos justos, la oscura banda sonora de Joseph Trapanese. Su música entra en los breves compases en los cuales las canciones no originales no están presentes. Y sirve de enorme base para los momentos de tensión o dramáticos e incluso “etéreos” cuando las drogas irrumpen en el cuerpo de los reclusos.
El reparto está encabezado por Miles Teller en su tercera colaboración con Kosinski. Aquí interpreta a Jeff, un prisionero que lleva desde el principio metido en el proyecto y que además es colega de su propio carcelero. Sin embargo, Jeff empieza a dudar de sus intenciones. También merece especial atención la interpretación de Jurnee Smollett como Lizzy, la cocinera de la prisión y potencial interés romántico para Jeff. El resto de reclusos tienen más o menos presencia. Entre ellos están Tess Haubrich (Heather) o el gigantón Nathan Jones (Rogan).
Y claro, la auténtica estrella del film es Chris Hemsworth. Honestamente creo que podemos estar ante su mejor rol en todos los sentidos. Su Steve Abnesti es un doctor pijotero y hípster. Tan pronto es capaz de hablarte en plan colega como ponerse realmente serio. Hemsworth se entrega ante un rol que, probablemente, en manos de otro actor hubiera sido más histriónico o caricaturesco. Al australiano se le ve tremendamente comedido y con unas capacidades impecables. De hecho, da para pensar que también tiene futuro más allá de interpretar a superhéroes o tipos duros. Atención a ese momento de metacine en el que hace una alusión a su propia carrera… Del lado de Abnesti tenemos a su ayudante interpretado por Mark Paguio.
En conclusión.
Acabo esta crítica de Spiderhead, un film que no termina de explotar al cien por cien su interesante premisa inicial. Eso sí, la película cumple sobradamente entregando un entretenimiento competente con la buena, y ya habitual, planificación visual de su director. El reparto y la selección musical terminan por darle un buen acabado a la producción.
Tráiler de Spiderhead
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