Soldado Universal: El retorno
El antiguo “soldado universal” Luc Deveraux lleva una vida normal después de que el Doctor Dylan Cotner revirtiera el proceso para que volviera a ser un humano. Luc supervisa ahora el nuevo proyecto UNISOL 2500. Al frente del mismo está SETH, un ordenador con superinteligencia que manda sobre los UNISOL. Pero, muy pronto, la inteligencia de SETH superará a la de los humanos. Y, plenamente consciente de su poder, diseñará un cuerpo con el fin de dominar el mundo… previa eliminación de todos los posibles detractores de su trabajo, incluido Luc. (Cineycine).
“La era del hombre ha terminado. En su arrogancia, ha asegurado su destrucción creando a su superior. Nosotros pondremos orden en el caos. Actuaremos sin emoción. Su miedo y mortalidad serán su debilidad. No pueden vencernos. Cuando yo era una máquina, ansiaba ser un hombre. Ahora los he superado a los dos. La criatura se ha convertido en creador. Traedme a Luc Deveraux”. Llegó el momento para que Van Damme vuelva a la acción como el verdadero y único ‘Soldado Universal: El retorno’.
“Vaciando esto en uno de ellos solo los cabreará. La única opción es volarlos y esperar que los pedazos no nos planten cara” (Luc)
Crítica de Soldado Universal: El retorno
Después del fracaso en EEUU de varios films seguidos protagonizados por Van Damme, rodados en su mayoría fuera de USA, el belga logró cerrar un trato con Sony/Columbia. Gracias a este acuerdo cobraría nada más y nada menos que ¡15 millones de dólares! por firmar para la que, en aquel momento, era la primera secuela de su filmografía: ‘Soldado Universal: El retorno’. El film era una doble vuelta: la de Van Damme a cines tras el fiasco comercial de ‘Soldado de fortuna’ (Peter McDonald, 1998) y el regreso al que era su personaje más comercial junto al Max Walker de ‘Timecop’ (Peter Hyams, 1994).
La principal razón por la que hizo esta secuela, y no la de ‘Timecop’, fue por motivos puramente económicos. Hacer una secuela de ‘Soldado Universal’ (Roland Emmerich, 1992) era más barato y además le daría un mayor sueldo. Sea como fuere, este gran regreso de Luc Deveraux se saldó con un fracaso descomunal. Un fiasco anunciado. Y, para colmo, cerró por siempre las puertas de Hollywood para Van Damme. El “belga de oro” nunca más volvería a contar con ninguna de sus producciones como protagonista en grandes salas de forma masiva. ‘Soldado Universal: El retorno’ vio la luz en cines el 20 de agosto de 1999. El film entró al número 7 del box office como mejor posición en taquilla. Al final apenas pudo hacer algo más de 10 millones de dólares de recaudación.
Respecto al fiasco anunciado, hay que citar tres nombres importantes que no estuvieron a bordo. Dolph Lundgren, semiretirado en Marbella, solo aceptaba proyectos cómodos en Europa. Su retorno como Andrew Scott hubiese sido un aliciente de cara a la publicidad de la producción. Otro que no contó fue Steven Austin, el carismático wrestler nunca recibió la propuesta de la productora. Vince McMahon la sepultó para no perjudicar su negocio de lucha libre. Dicen que el enfado de Austin fue monumental cuando conoció el veto de McMahon. Y más aún cuando Bill Goldberg recibió un tremebundo cheque de 500’000 dólares por su aparición como Romeo, papel escrito con Austin en mente. Y, finalmente, William Malone, el director contratado para hacerse cargos de las riendas del film nunca lo dirigió. Por diferencias creativas acabó firmando solo como guionista… dejando al director de segunda unidad, Mic Rodgers, con un inesperado ascenso.
Dejando de lado cifras y demás datos, entremos en materia… estamos ante un film de acción con breves rafagazos de ciencia ficción y un constante tono de autoparodia. Esto choca por momentos con los intentos de seriedad que le quieren dar a los dos personajes principales. El primero es Luc (Van Damme), un recuperado ser humano, viudo, con una hija adolescente y que bascula entre el action-hero duro y el tipo simpático y vulnerable. Y el segundo es SETH, una mega-inteligente computadora que se agencia un cuerpo de coloso negro con unas imparables habilidades marciales. En el fondo solo quiere ser humano y que lo traten como a un dios. Todo esto choca con el non-stop ritmo de secuencia de acción en secuencia de acción. Al final el guión y la duración del film se minimizan al máximo.
Ojo, estamos hablando de una película que, sin contar créditos, dura tan solo ¡79 minutos! Sí bien el guión es inefable, poco o nada lo mejora la dirección del novato en dichas lides Mic Rodgers. No es que Rodgers no sea capaz de dirigir mínimamente el asunto. Es que no entrega ni siquiera escenas de acción dignas del generoso presupuesto que le pusieron entre manos. Prácticamente se limita a visitar escenarios cerrados. Lugares que bien podrían ser la misma nave disfrazada de diferentes locales: club de striptease, hospital o sede de los Unisol. Los protagonistas solo salen a que les de la luz del sol para la secuencia inicial en los pantanos.
La fotografía luce casi al mismo nivel de cutrez que la dirección de Rodgers. Uno nunca siente que los Unisol son colosos indestructibles, o que las instalaciones sean dignas de ciencia ficción. Compararla con la destacada secuela posterior de John Hyams en 2009, con cuatro veces menos presupuesto, le hace aún más daño. Y ojo con la muy ruidosa banda sonora firmada por Don Davis. De la misma solo se salva la canción final “Crush´Em” del grupo Megadeth.
En cuanto al elenco, Van Damme (Luc) tan sólo se salva por el despliegue marcial. Aunque tampoco entrega nada que no hayamos visto antes. Ni rastro del personaje de la primera parte, salvo una muy fugaz mirada al pasado al comienzo de la cinta. Por parte de los buenos también tenemos el aporte de una reportera que busca el gran bombazo informativo ¡Igual que en la original! Aquí ese rol va para Heidi Schanz (Erin). La modelo fitness Kiana Tom debía ser la asesora nutricional del casting, pero obtuvo un papel por petición expresa de JCVD. Interpreta Maggie y, realmente, no hizo mucho más delante de las cámaras. Por su parte, Xander Berkeley es el Doctor a cargo del proyecto Unisol 2500. Muy breve aparición la suya. Y, finalmente, Karis Paige Bryant es Hillary, la hija adolescente de Luc.
Del otro lado del espectro citar a dos colosos imparables. Por un lado está Michael Jai White como SETH ofreciéndonos una buena exhibición de poder. La pena es que no le sirviera para afianzar su carrera como protagonista. Para la cual presentó candidatura con ‘Spawn’ (Mark A.Z Dippé, 1997). Y, por otra banda, también tenemos al wrestler Bill Goldberg en su mejor momento como el irónico Romeo, un gigante casi imposible de matar que zurra a todos y todas por igual. Y ya para acabar está el habitual en papeles de militar de alto rango Daniel Von Bargen (General Radford).
“Ríndete, Luc. Sabes que no puedes ganar” (SETH)
En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Soldado Universal: El retorno, la peor entrega de la saga y tan solo por delante de las infames producciones directas a televisión. Una película que logra que la desesperación de Van Damme por volver a tener un éxito de taquilla afecte a la calidad de la misma. Un Frankenstein descabezado (valga la redundancia) que antes de estrenarse ya estaba condenado a morir. Una lástima, ya que con mejores manos en guión y dirección, había casting para hacer algo de nivel.
Tráiler de Soldado Universal: El retorno
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