Abyss
El submarino nuclear USS Montana sufre un misterioso accidente. Para rescatarlo, la marina decide enviar a la impresionante plataforma submarina Deepcore dirigida por Bud Brigman. Debido a la importancia de la misión, a la plataforma bajará un equipo especial de los Seals comandado por el Teniente Coffey. Con los militares también se incorpora la ingeniera Lindsey Brigman. Tras un percance en la superficie, todo el personal de la plataforma quedarán solos e incomunicados con el exterior… o al menos eso es lo que parece. (Cineycine).
En 1989, James Cameron se enroló en una de esas magnas empresas que su empeño personal suele convertir en películas. Nuevamente, lo que parecía un sueño absolutamente imposible para aquella época fue convertido en realidad por el realizador canadiense. Es hora de batir todos los récords de profundidad submarina en… ‘Abyss’.
“Cuando miras en el abismo… el abismo también mira en ti” (Friedrich Nietzsche)
Crítica de Abyss
A finales de los años ochenta se pusieron de moda las películas de terror y ciencia ficción submarinas. Algunos ejemplos serían ‘Leviathan’ (George P. Cosmatos, 1989), ‘Profundidad seis’ (Sean S. Cunningham, 1989) e incluso la española ‘La grieta’ (Juan Piquer Simón, 1990). Por encima de todas ellas se situó ‘Abyss’, otra gran creación escrita y dirigida por James Cameron. Un Cameron que venía de triunfar con ‘Terminator’ (1984) y ‘Aliens, el regreso’ (1986). Sin embargo, en ‘Abyss’ se llevaría un importante palo comercial. Así las cosas, tuvo que esperar hasta 1991 para recuperarse gracias a ‘Terminator 2: El juicio final’.
Lo cierto es que, pese a no triunfar en taquilla, ‘Abyss’ es un film monumental en todos sus aspectos y tremendamente revalorizado con el paso de los años. Para empezar, el diseño de producción es fabuloso metiéndote por completo en el fondo del mar. No en vano, la filmación tuvo lugar en unos descomunales tanques de una planta de energía nuclear abandonada en Carolina del Sur. Los tanques fueron llenados de agua para para rodar las escenas submarinas de la película con equipos de hasta 36 toneladas. El propio Cameron dirigió muchas de las escenas en traje de buzo dando órdenes a los actores bajo el agua gracias a un sistema interno de comunicaciones.
Siguiendo con la parte técnica, los interiores del Deepcore fueron recreados en unos gigantescos platos. Estos sets nos retrotraen totalmente a la claustrofobia de los pasillos de la colonia de ‘Aliens’ o de la Nostromo de ‘Alien, el octavo pasajero’ (Ridley Scott, 1979). Aquí también tenemos los sonidos y luces de alarma, las carreras por los angustiosos pasillos y escenas con el agua al cuello (literalmente). Por no hablar del traje de “buzo espacial” de Bud o de las geniales maquetas empleadas. Entre estas últimas destacaría el barco Explorer de la superficie. No extraña nada que ‘Abyss’ fuera nominada a la mejor dirección de arte en la gala de 1990.
Por su parte, los efectos visuales son maravillosos incluso hoy en día. Aquí destaca la recreación de los NTIS mediante juegos de luces y agua. Estas criaturas serían la antesala de lo que luego veríamos en la citada ‘Terminator 2’ con la representación del T1000. En ‘Abyss’ el agua literalmente cobra vida. Tan es así que el film ganaría el Oscar a los mejores efectos con Dennis Muren a la cabeza de ILM. También hay que resaltar como la película adquiere un buscado tono azulado que la identifica claramente y la mete dentro de la “categoría” de películas que usan los colores para ambientar. No sólo destaca el azul por el rodaje en el fondo marino, sino también por muchos de los efectos o incluso la ropa de los protagonistas.
La cinta es tan perfecta que, con un metraje para cines de 140 minutos, no hay momento para aburrirse. Y mucho ojo porque la edición sin recortar se va hasta los 171 minutos. Considero muy importante ver esta última porque da un mayor significado y trascendencia a la actuación de los NTIS.
A lo largo de todos esos minutos, James Cameron desarrolla unos temas interesantísimos. Entre ellos los dos más claros son los OSNIS y el antibelicismo (ojo también a la historia de amor de Bud y Lindsey como fondo). El primero de ellos hace referencia a los “objetos submarinos no identificados”. Básicamente son los OVNIS de toda la vida. La única “diferencia” radica en la especulación de que tengan posibles bases submarinas en nuestro planeta para vigilarnos mejor. Por otro lado, el mensaje antibelicista es clarísimo. En el exterior de la Deepcore se desarrolla una crisis entre Estados Unidos y la URSS similar a la famosa “crisis de los misiles de Cuba”. En el interior esta crisis termina afectando al Teniente Coffey que, para colmo, no ha superado la descompresión. El cocktail es brutal y el militar queda retratado como un fanático que antepone las armas a cualquier cosa.
Finalmente, todo se remata con una brillantísima banda sonora de Alan Silvestri. El compositor acierta un pleno sabiendo incorporar a cada momento la composición correspondiente. Tendremos pasajes musicales militaristas, fantásticos, misteriosos, dulces,… Una banda sonora completísima, sin duda.
Las interpretaciones que encontramos en ‘Abyss’ también son sensacionales. Para empezar tenemos a un descomunal Ed Harris en un rol de tipo duro que aguanta fenomenalmente. Harris interpreta a Bud Brigman, el jefe de la Deepcore que está a punto de divorciarse de su mujer, Lindsey. Atención a la descomunal performance de Harris en la escena de la “resucitación” haciendo un brutal despliegue emocional que deja al público sin habla. Si esta no es de las mejores escenas que tiene Ed Harris en su filmografía poco le faltará. Como curiosidad, comentar que el rodaje y las órdenes de Cameron eran tan extremas que Ed casi pierde la vida durante la filmación de la secuencia del descenso al abismo. No volvió a trabajar jamás para el afamado director.
La otra gran protagonista es Mary Elizabeth Mastrantonio como Lindsey Brigman. La suya es otra gran recreación de una de esas mujeres temperamentales y firmes que solía protagonizar en los 90. Lindsey es la ingeniera creadora de la Deepcore y se puede decir que es la parte inteligente del “matrimonio”. Ojo a la gran conexión que tiene en todas sus escenas conjuntas con Ed Harris, tanto para las discusiones como para el amor. Realmente llegas a creer que se aman y “odian” en la vida real.
El tercero en importancia es Michael Biehn como el teniente Coffey. Bien puedo decir que Coffey es el villano de la función. El militar recreado por Bieh es un hombre autoritario que no soporta que no se haga lo que él dice. Si a esto le sumamos que le han afectado los efectos secundarios de la descompresión, entonces, la mezcla es brutal. Hay que aplaudir a Bieh por este papel francamente bien llevado en sus diferente estados. Y más teniendo en cuenta que venía de trabajar para Cameron en sendos papeles amables como fueron los de las ya citadas ‘Terminator’ y ‘Aliens, el regreso’. De sus subordinados cabe destacar a Adam Nelson como Monk, el único SEAL que tiene la cabeza en su sitio.
Finalmente, hay que resaltar la grandísima compenetración existente entre la tripulación principal de la Deepcore. Los actores están tan bien en sus personajes que parecieran camaradas de toda la vida. Nuevamente me remito a la escena de la “resucitación” como ejemplo de esto. Ellos son: el ya fallecido Leo Burmester como el forzudo Catfish, Todd Graff como el friki Hippy, John Bedford Lloyd como el gigante buenazo Jammer y, finalmente, Kimberly Scott como la alegre “One Night”. ¡Ah! en el barco Explorer nos encontramos con Chris Elliott, el genial protagonista de la mítica serie ‘Búscate la vida’.
“Todos vemos lo que queremos ver”
En conclusión.
Termino esta crítica de Abyss, otra gran e irrepetible obra de James Cameron. Un film de culto y todo un clásico en el cine de sci-fi submarino. Una película que debería estar en toda colección que se precie y que bien podría haber firmado Steven Spielberg. Todo el equipo de la película, con Jim Cameron al frente, trabajó muchísimo para sacarla adelante y tú no la debes dejar pasar.
Tráiler de Abyss
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