Proyecto Rampage
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El juego al que los “buenos chicos” no hacen caso. Destroza todo a tu paso camino de Chicago, arrasa Nueva York y llega de un salto a San Francisco. Tres indescriptibles criaturas cuyo parecido más próximo es al de King Kong, el Hombre Lobo y Godzilla, te necesitan para una alocada carrera de 150 días de destrucción total en 50 ciudades diferentes. Bienvenidos a… ‘Proyecto Rampage’.

“Resulta curioso que prefieras estar con animales antes que con personas” (Kate Caldwell)

Crítica de Proyecto Rampage

Todos aquellos que tenemos más de 40 años seguramente recordamos un videojuego que hizo furor en las recreativas de los años 80. Me refiero a ‘Rampage’. En ese título se nos ofrecía la opción de manejar a tres hombres convertidos en colosales criaturas de tamaño similar al mítico Godzilla. Recordemos: un gorila llamado George, un hombre lobo de nombre Ralph y una “lagartija” conocida como Lizzy. El objetivo simplemente era derribar los rascacielos de las grandes ciudades a puñetazo limpio. Todo mientras el ejército nos acosaba e intentaba detener.

Como vemos, el planteamiento era tremendamente sencillo pero altamente divertido y adictivo. Tan es así que la compañía Midway adaptó el arcade a los ordenadores de la época: Amstrad, Commodore 64, Spectrum y Amiga 500. Posteriormente vivió un repunte de popularidad con la aparición de las nuevas consolas y aquí tenemos su increíble adaptación al cine.

Una adaptación de la que se han ocupado el director Brad Peyton y el coloso Dwayne Johnson. Ambos ya trabajaron juntos con gran éxito en ‘Viaje al centro de la Tierra 2’ y (2012) y San Andrés (2014). Estos films, más ‘Proyecto Rampage’, demuestran todo el poderío visual que es capaz de manejar y plasmar en pantalla Brad Peyton, un nuevo “maestro del desastre” que poco o nada tiene que envidiar al gran rey: Roland Emmerich.

Peyton ya había avisado de lo que era capaz en ‘San Andrés’ y aquí se ratifica y doctora en las “Monsters Movies”. Y lo hace siendo capaz de mostrar una disfrutable destrucción con tres colosales criaturas. Tres monstruos que en pantalla lucen maravillosamente a plena luz del día y que no se esconden con trucos baratos, más bien todo lo contrario. Los 120 millones que ha costado el film están aprovechados al máximo y más allá. De hecho, bien parece que la cinta hubiera costado más “plata”.

En el apartado visual de recreación de criaturas y efectos especiales hay que destacar también de manera muy merecida a Colin Strause, un técnico de FX que es capaz de hacer auténticas virguerías en este campo. Sin ir más lejos, recordemos su fantástico trabajo enSkyline (2010) junto a su hermano Greg. También hay que reconocer el apoyo de Weta Digital, la puntera compañía que nos ha traído grandes sagas como las de ‘El señor de los anillos’ o ‘El planeta de los simios’. Así pues, mucha calidad es la que tiene ‘Proyecto Rampage’ en este aspecto.

Respecto a la trama se agradece el intento de los guionistas de tratar de dotar de contenido a la simpleza del arcade en la gran pantalla. Básicamente hablamos de un juego en que todo era destruir rascacielos y punto. Aquí se explica el origen de tan colosales monstruos en base a pruebas genéticas prohibidas y configuradas como armas. Desaparecen en las criaturas su aspecto humano y las mismas van evolucionando y/o creciendo partiendo de su origen animal.

Además, del juego se trae al cine a los tres monstruos nombrados por sus respectivos nombres originales (George, Ralph y Lizzy), también se trae la persecución y/o enfrentamiento con los militares y, por supuesto, la devastadora destrucción de las ciudades en un tramo final de unos 20-30 minutos que resultan absolutamente épicos y que son puro y absoluto ‘Rampage’. Por otro lado, los guionistas incluyen algunas gracietas muy bien tiradas, sabiendo incluso tomarse con sentido del humor ciertos tópicos de este tipo de films. Finalmente, terminan por rendir un homenaje directo al arcade colocando (en segundo plano) dos máquinas recreativas del mismo en el despacho en Chicago de los hermanos Wyden.

“Los capullos debemos apoyarnos”. The Players.

En cuanto al reparto hay poco que decir, ya que todo en la película está puesto a disposición de las monstruosas bestias, especialmente de George que sale desde el principio. Por su parte, Ralph y Lizzy van teniendo apariciones intermitentes hasta el descontrolado final. No obstante, haré un repaso sobre los principales protagonistas humanos.

El coloso Dwayne Johnson interpreta con su habitual carisma y musculosa presencia a Davis Okoye, el primatólogo amigo y cuidador de George. Llamar la atención al respecto del lenguaje de signos aprendido por Johnson para comunicarse con el descomunal gorila con el que consigue una sentida relación y una lograda interacción. Al lado del titán tenemos a Naomi Harris como la genetista Kate Caldwell. Este rol de Naomi es el de la típica compañera del héroe que aporta información.

El tercero en discordia es Jeffrey Dean Morgan que directamente se lo pasa pipa en su rol de Harvey Russell, el típico agente de la típica organización secreta del gobierno que sólo aparece cuando las cosas están muy mal. Él mismo lo deja claro: “Cuando la gente de la Ciencia se caga en la cama… me llaman a mí para que cambie las sábanas”. Dean Morgan no sólo resulta estrambótico con sus pintas de agente secreto y cowboy sino que, como podemos ver, escupe un buen repertorio de frases.

Del resto del casting destacar la pareja de villanos formada por Malin Akerman y Jake Lacy como los hermanos Wyden (Claire y Brett). Ambos responden al carácter archítipico de malvados sin escrúpulos que sólo piensan en llenarse los bolsillos con su empresa, ENERGY. De los dos, es Malin Akerman la que se lleva la palma entregando a una durísima gerifalte sin ningún tipo de escrúpulos que es claramente la que lleva puesta los pantalones. Su hermano no pasa de ser un mero cobarde y un pelele que sin ella no vale nada.

Finalmente citar a Demetrius Grosse que se limita a cumplir como el coronel Blake, el encargado de dirigir los ataques contra los monstruos. ¡Ah! y los que esperen algo de la presencia de Joe Manganiello que se vayan olvidado. Sus minutos resultan muy escasos y se despide sin que le dejen decir “adiós”. La pregunta que queda en el aire es esta: “¿Para qué lo contrataron?”…

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Proyecto Rampage, una película de monstruos gigantes muy notablemente filmada que ofrece todo lo que se puede esperar de ella. Además rinde un gran tributo al arcade en su colosal y desatado tramo final de épica destrucción. Si os gustan las “Monsters Movies” esta es una apuesta claramente recomendada.

Tráiler de Proyecto Rampage

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