Skyline
Los Ángeles, en la actualidad. Un grupo de amigos celebran un cumpleaños en un rascacielos de la ciudad. De madrugada, tras la fiesta, empiezan a caer del cielo unos fabulosos rayos azules y la gente empieza a desaparecer en oleadas. Los amigos observan atónitos la increíble e imposible escena y se preguntan: ¿Qué está pasando? (Cineycine).
Vinieron de madrugada y sin avisar. Sus intensas y llamativas luces azules revelaron su presencia. Fue el comienzo de una perfecta invasión alienígena para la que la humanidad no estaba preparada. No podía estarlo. Llegó el día de… ‘Skyline’.
“Miró hacia fuera y luego simplemente desapareció”
Crítica de Skyline
Y llegó ‘Skyline’. Y llegó sin hacer apenas ruido y en silencio. Sin embargo, bajo ese título se encuentra una curiosa y llamativa cinta de ciencia ficción que resulta sorprendente. Con su «exotismo» disfruté como hacía tiempo que no disfrutaba de una cinta de sci-fi con invasión extraterrestre de por medio. Una «invasión» de la que prácticamente somos testigos desde la ventana de un piso alto. En este sentido, el film se rodó a lo largo de 42 días en la zona de Los Ángeles. Y se filmó principalmente en el piso 19 del edificio en el que vive uno de los dos hermanos directores, Greg Strause.
He de decir también que me llamó mucho la atención la estrategia de ataque puesta en funcionamiento por los extraterrestres de ‘Skyline’. Yo no he vivido (afortunadamente) ninguna invasión (ni extraterrestre ni terrestre) pero si algún día tuviera que hacer alguna, y dispusiera de los medios de estos UFOS, sencillamente la haría tal cuál la hacen ellos. Personalmente la veo perfecta. Una invasión perfecta. Lógicamente no entro en detalles para evitar los tan temidos «spoilers».
La referencia a los extraterrestres me lleva a comentar sus diseños. Dejando al margen las naves, con su aspecto de «nubes», el diseño de las criaturas está basado en animales terrestres como el pulpo o el gorila (atención a los gigantescos colosos que se despliegan por las ciudades causando estragos). Estos diseños corrieron a cargo del equipo formado por Alec Gillis y Tom Woodruff Jr. Ambos especialistas son amigos y han trabajado juntos en multitud de películas de ciencia ficción y terror como, por ejemplo, la saga de Alien.
Al frente de la dirección tenemos a los hermanos Strause, Colin y Greg. Aquí estamos ante su segunda y, por el momento, última película después de la fallida ‘Alien vs Predator 2’ (2007). Para el estilo de filmación de ‘Skyline’ bebieron claramente de otras películas. Me refiero a cintas de ciencia ficción como ‘ID4’ (Ronald Emmerich, 1996), clásicos del terror como ‘La noche de los muertos vivientes’ (George A. Romero y Tom Savini, 1968-1990) e incluso obras maestras como ‘La ventana indiscreta’ (Alfred Hitchcock, 1954). De todos estos films, y algunos más, podemos encontrar claras influencias en ‘Skyline’. Por ejemplo, de la cinta del maestro Hitchcock tenemos toda la observación de la situación que, desde su ventana, hacen los protagonistas del film.
Dejando influencias al margen, el trabajo de The Brothers Strause resulta muy destacado. Tan es así que logran convertir una película de un bajísimo presupuesto (se estima que rondó los 10 millones de dólares) en un proyecto que, fácilmente, puede aparentar un desembolso cercano a los 50-80 millones de dólares. Resulta increíble cómo lucen esos «escasos» 10 millones en pantalla. ¡Soberbio el aspecto visual del film! En este aspecto, no olvidemos que Colin y Greg tienen un estudio de efectos especiales propio conocido como Hydraulx. Gracias a esta compañía han sido los encargados de realizar el trabajo visual de muchas e importantes películas como ‘El curioso caso de Benjamin Button’ (David Fincher, 2008) o ‘El día de mañana’ (Roland Emmerich, 2004).
En el libreto, que también recoge las cinéfilas fuentes citadas, nos encontramos a Joshua Cordes y Liam O’Donnell. Para ambos fue su primer guión. Como curiosidad apunten que en 2017 O’Donnell escribió y dirigió una «secuela» titulada ‘Beyond Skyline’. Además, actualmente ha rodado una tercera entrega: ‘Skylines’.
Otro gran acierto de los Strause es contar con un reparto de actores más o menos desconocidos. Y digo que es un gran acierto porque esto aviva grandemente en el público la incógnita sobre la supervivencia de los protagonistas a lo largo del metraje. Es decir, si tuviéramos una gran estrella en el plantel, entonces, el tema más o menos quedaría claro de quién va a sobrevivir hasta el final. Al no darse eso aquí… ¡la incertidumbre sobre el destino de los personajes está garantizada!
Y hablando de los actores resaltar que saben meter al espectador en la trama y hacernos partícipes de la misma. De hecho, al ser sólo cuatro o cinco los protagonistas, nos sentimos mucho más cercanos a ellos. Esto hace que nos hagamos las mismas preguntas: «¿Qué es esta invasión? ¿Es LA la única ciudad afectada? ¿Nos va a venir alguien a rescatar?»… Así pues, compartimos con ellos miedos y dudas. Por citar algunos nombres cabe resaltar el trabajo de Crystal Reed (Denise), Eric Balfour (Jarrod) y Scottie Thompson (Elaine). Por mi parte, el más reconocido es David Zayas que encarna a Oliver, el conserje del edificio que aparece ya pasados varios minutos. Al final remata su participación en la película con una gran escena.
“En cuánto miras la luz se apodera de ti”
En conclusión.
Concluyo esta crítica de Skyline, una cinta bastante machacada por la crítica en general pero que demuestra saber beber bien de otros films para entregar una curiosa muestra de ciencia ficción sin necesidad de acudir ni a remakes ni a otras historietas. Sólo por eso, y por la valentía de su apuesta, merece la pena echarle un vistazo. Por si fuera poco, cuenta con unos espectaculares efectos y nos mantiene en tensión prácticamente desde el minuto uno y hasta el final.
Tráiler de Skyline
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