Objetivo: Washington D.C.
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“Todo su equipo ha caído. Usted es el único superviviente. Lo tenías todo planeado. Se le acusa de intento de asesinato del presidente de los EEUU y de alta traición”. Las guerras cambian, pero los intereses siempre son los mismos. Primero fue La Casa Blanca. Luego cayó Londres. Ahora el objetivo es él. Vuelve Gerard Butler. Vuelve Mike Banning en ‘Objetivo: Washington D.C.’.

“No descansaré hasta demostrar quién ha hecho esto” (Banning)

Crítica de Objetivo: Washington D.C.

Gerard Butler continúa explotando su personaje de cabecera, Mike Banning. Aquí tenemos una versión de John McClane 3.0 que el actor saca adelante a base de aplomo y de su ya conocido carisma. Podrá ser cuestionable que una franquicia como ‘Objetivo’ tenga cada vez menos presupuesto o, por decirlo suavemente, inversiones más controladas. Ahora bien, lo cierto es que si quieren seguir estrenando en cines, Millenium debería invertir algo más. También deberían ser consciente de que la situación actual hace que la gente elija muy bien las películas que van a ver en pantalla grande.

‘Objetivo Washington D.C.’ (Angel Has Fallen) viene firmada por Ric Roman Waugh. Hablamos de un antiguo especialista de acción que se curtió en los DTV y que firma con esta cinta su film más ambicioso tras dirigir a Dwayne Johnson en El mensajero (2013). Waugh debió hacer muy buenas migas con Butler, pues nada más terminar este film se fueron a rodar juntos Greenland: El último refugio’, una cinta de acción y catástrofes que llegó a cines de la mano de Diamonds Films. Y ojo, se rumorea que actor y director volverán a hacer otro film de acción conjuntamente.

Respecto a la acción, que es lo que manda en una película como esta, conviene decir que no se engaña a nadie. La película da lo que promete sin ser nada ciertamente novedoso. Por el metraje tendremos explosiones, tiroteos, algunas peleas cuerpo a cuerpo muy rápidas y muertes filmadas en todo su esplendor. Ojo al inenarrable ataque de drones “murciélagos” asesinos. Todo está correctamente filmado, salvo una explosión final que directa y llanamente es una auténtica vergüenza digital.

Por el casi permanente non-stop de acción que puebla el film es casi pasable que cante a leguas que ‘Objetivo Washington D.C.’ no está rodada en EEUU, sino en Bulgaria. Además, siendo Millenium la productora, siempre habrá un hueco para un par de momentos que no sabremos bien cómo tomarnos. Esto es ya todo un clásico de la Cannon de nuestros días. En esta ocasión se lleva la palma la persecución con el gigantesco camión serpenteando por unos bosques y el clímax. Un final en el que veremos a malosos acribillados como si fueran soldados de cartón. Ojo a un momento realmente cachondo cuando Banning, en plena huida, se encuentra con unos miembros de la milicia que se relamen por la recompensan que van a cobrar…

‘Objetivo Washington D.C.’ es la más desvergonzada de toda la trilogía. Esto ya es decir bastante teniendo en cuenta lo animadas y poco “artísticas” que eran las dos anteriores. Aquí todos los personajes aparecen dejando bien claro quienes son, por mucho que durante algunos minutos lo intenten disimular. Alguien mínimamente curtido en el género sabrá de qué pie cojean prácticamente ya desde el minuto uno. De todos esos personajes que acuden la fiesta de Butler como gran protagonista se llevan la palma dos de ellos: Danny Huston (Wade Jennings) deseando soltarse la melena… y un genial Nick Nolte (Clay Banning) totalmente acabado físicamente pero que tiene montado un patio de recreo explosivo alrededor de su casa en las montañas.

Si Huston y Nolte son buenas revelaciones, todo lo contrario sucede con Jada Pinkett Smith (Agente Thompson). La actriz se encuentra totalmente desubicada y no parece encontrarse cómoda en la película. Tan es así que no resulta nada creíble como dura mujer del FBI y su despedida del film no puede ser más penosa. Casi en la misma línea tenemos a Morgan Freeman (presidente Trumbull) que acude casi a fichar al ministerio y ya. Su personaje es conveniente metido en una cama a la mitad del metraje. Por otro lado, poco más que decir de las apariciones prácticamente expendables de Tim Blake Nelson (vicepresidente Kirby), Lance Reddick (Gentry) o Piper Perabo (Leah Banning). Esta última sustituyendo a Radha Mitchell.

“Habrá bajas. Pero serán de las suyas” (Banning)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Objetivo: Washington D.C., otro día más en la oficina para Mike Banning. Esta vez su labor es hacer frente a una operación militar de bajo nivel disfrazada de tremebunda conspiración mundial. Hasta los propios guionistas se dan cuenta de lo flojo del argumento cuando, a mitad de metraje, deciden meter a un Nick Nolte que funciona a la perfección como alivio cómico, viejo cabreado y antiguo black-ops deseando volver a la acción.

Tráiler de Objetivo: Washington D.C.

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