Llamaradas
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“¿Qué investigamos en nuestro trabajo? El fuego. Es un ser vivo, Brian. Respira, come y… odia. La única manera de vencerlo es pensar como él. Hay que saber que esta llama cruzará la puerta por aquí y atravesará el techo. No porque una ley de la física lo diga, sino porque él quiere. El fuego se adueña de compañeros nuestros y los obliga a luchar a su modo. Pero si realmente quieres matarlo tienes que amarlo un poco, igual que Ronald”. Kurt Russell, William Baldwin y Robert De Niro corren para salvar vidas entre las ‘Llamaradas’ (Ron Howard, 1991).

“El único problema es que en este oficio no hay lugar donde esconderse. Si eres un mal vendedor pierdes la venta. Pero si eres un mal bombero peligran muchas vidas. Y aquí sólo valen los buenos” (Stephen “Toro” McCaffrey)

Crítica de Llamaradas

Hace no mucho dábamos cuenta de Top Gun (Tony Scott, 1986) definiéndola como: “la película de aviones de combate definitiva”. Pues bien, sí hay un film de bomberos por excelencia ese es ‘Llamaradas’. Hablamos de un largometraje que funciona casi a la perfección como entretenimiento masivo, drama generacional, galería de héroes de clase obrera y merecido homenaje. Decididamente, una gran película hecha para perdurar.

El libreto de ‘Backdraft’ (titulo original) fue escrito por Gregory Widen, guionista y también bombero, mientras pagaba sus estudios de Arte. En realidad, fue el primero que redactó pero no el primero que vio la luz. Widen debutó en los lápices, oficialmente, conLos inmortales (Russell Mulcahy, 1986). Gran parte de lo que recreó en ‘Llamaradas’ fue tomado de experiencias suyas durante su tiempo como luchador contra el fuego. La semilla de su historia fue la del fuego creado por “contraviraje”. Y también la de recrear al mismo como un animal. El fuego sería un “ser vivo” que se alimenta de lo que devora.

El director Ron Howard y el productor Brian Grazer concibieron la recreación épica e insuperable de las llamas, explosiones, incendios y avances implacables del fuego siguiendo las ideas de Widen. Y así es como vemos todo eso en pantalla. Sin duda, un acierto que da un halo de mayor heroicidad a la labor de los bomberos y que atrapa visualmente al público. Howard nos ofrece un espectáculo de primer nivel que nos muestra el trabajo pleno de coraje, heroicidad y camarería de los bomberos. Unos héroes que se enfrentan al fuego casi mano a mano y que van directos al peligro del que otros salen huyendo.

La fotografía, desde las calles de clase obrera de Chicago hasta los tremebundos actos de rescate de las diferentes brigadas, fue obra de Mikael Salomon. Al año siguiente, y de nuevo trabajando para Ron Howard, firmaría su último trabajo como DP y se pasaría a la dirección. Ahí nos legaría diferentes films, siendo el más reconocido Hard Rain (1998). La descomunal fanfarria principal de ‘Llamaradas’ la firmaría el grandioso Hans Zimmer. Esta fue, sin discusión, la partitura que cambió para siempre su carrera y lo puso a la altura de los grandes. Zimmer fue contratado expresamente por Howard tras escuchar su trabajo enBlack Rain (Ridley Scott, 1989).

A nivel de números, ‘Llamaradas’ contó con un presupuesto estimado de 40 millones de $ para una recaudación USA de 77 millones. Esta cifra, sumada a los casi 75 de su exhibición mundial, llevó al film a los 152 millones en su monto final. Su estreno en salas fue el 24 de mayo de 1991 de la mano de Universal Pictures. El filmo logró un incontestable nº1 durante semanas en el box office. En la categoría de premios importantes, la película fue nominada a tres Oscars de la Academia en el año 1992. Las nominaciones fueron para mejor sonido, mejores efectos de sonido y mejores efectos visuales. No ganó ninguno de ellos. Pero claro, los perdió a manos de Terminator 2: El día del juicio final (James Cameron, 1991). Como curiosidad, comentar que 2019 se estrenó directa a video ‘Llamaradas 2’ con Joe Anderson como protagonista.

El casting está liderado casi a la par por Kurt Russell, William Baldwin y Robert De Niro. Kurt Russell es la primera estrella y ya conocía a Ron Howard desde sus tiempos de actores infantiles. El popular actor entrega uno de los personajes más importantes de su carrera a todos los niveles: física y dramáticamente, y a nivel humano. Su “Toro” es un héroe arisco, reacio y con multitud de aristas. Pero un hombre decidido y leal con su trabajo y su cuadrilla. Alguien que ama ser bombero ante todas las cosas. Imposible encontrar otro actor mejor para el rol de implacable bombero de origen irlandés Stephen “Toro” McCaffrey.

A su lado, William Baldwin se juega el pellejo unas cuentas veces contra el fuego sin necesidad de dobles. Baldwin tuvo aquí un claro momento de gloria que le valió para seguir teniendo trabajo el resto de los años noventa. En su rol de Brian McCaffrey representa a un hombre que lleva casi toda la vida huyendo de su legado llegando a ser clave en el film. Siendo el peor actor de todos los protagonistas, logra sacar adelante el personaje más complicado de todos, ya que es quien anda metido en todos los frentes y subtramas del film.

Por su parte, Robert De Niro afronta un papel alejado del primer foco. No obstante, va tomando protagonismo dentro del propio film. Interpreta a un investigador de incendios. Un tipo que trabaja cuando los bomberos acaban con su parte y que debe de buscar la verdad de lo que sucedió entre los restos del fuego. Su Ronald “Sombra” Rimgale está en la cinta para la parte en donde se debe averiguar quién está prendiendo fuego a la ciudad de forma tan específica. Además, De Niro suelta un par de buenas broncas, da cobijo a Brian en un momento dado y, por último, da entrada al personaje de Donald Sutherland. Poco más se puede añadir so pena de destripes.

Al respecto de Donald Sutherland ¡su semi-cameo es memorable! Da vida a Ronald Bartel, un “enfermo del fuego” y un auténtico venerador del animal que si pudiera haría arder el mundo. La recreación de Sutherland es antológica. No puedo dejar de citar a Scott Glenn como Axe, un veterano que llegó a trabajar con el padre de los McCaffrey (también interpretado por Kurt Russell con bigote y sutil maquillaje para envejecerle). No me olvido tampoco de Jennifer Jason Leigh como una antigua novia de Brian que ahora trabaja para el gabinete de prensa del concejal, un siempre notable J.T. Walsh que sabía cómo sacarle jugo a este tipo de personajes tan ambiguos. Finalmente, Rebecca De Mornay es Helen, la mujer de Stephen. Un papel alejado de sus roles de objeto de deseo tan de moda en los ochenta.

“Si caes tú, caemos todos” (Stephen “Toro” McCaffrey)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Llamaradas, una cinta que en ocasiones se pliega a un tono claramente efectista muy de los noventa (cierta escena de amor en el techo de un camión da fe de ello). Pero, globalmente y con todo merecimiento, es un film mítico de aventuras, catástrofes y superación de las metas y posibilidades del ser humano. No dejen de verla.

Tráiler de Llamaradas

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