Terminator 2: El juicio final
Han transcurrido casi diez años desde que comenzó el suplicio de Sarah Connor y su hijo John, el futuro líder de la resistencia. Sin embargo, la pesadilla vuelve a empezar de nuevo cuando otro implacable y avanzado Terminator, modelo T-1000, regresa al pasado con el objetivo de eliminar a John Connor que ahora que es sólo un adolescente. Por suerte, Sarah y John no se enfrentarán solos a esta terrible y mortal máquina de matar. La resistencia humana ha conseguido enviar al pasado a un exterminador T-800 con la misión de proteger a toda costa la vida de John Connor y evitar de ese modo el inminente juicio final.
A estas alturas poco nuevo hay que añadir sobre esta incuestionable obra maestra de James Cameron. Un film que supuso un importante punto de inflexión en la trayectoria del cine de ciencia-ficción. Hablamos de una película que marcó una línea que seguirían el cine de acción y sci-fi en la siguiente década. Pasarán los años, pero ‘Terminator 2: El juicio final’ siempre estará considerada como una pieza clave del cine, siendo todavía en nuestros días un auténtico referente del que muchos realizadores, guionistas y productores deberían de tomar como modelo para aprender de sus muchas virtudes.
«Sayonara, Baby»
Crítica de Terminator 2: El juicio final
Es posible que muchos cinéfilos con cierto rodaje nos dejemos llevar por la nostalgia que nos provoca el hecho de pensar que jamás volveremos a vivir en los maravillosos 80 y 90. Hablamos de un tiempo que consagró el cine de acción, el cine de género y la sci-fi. Hablamos de las décadas de la imaginación y la modestia tecnológica, pero también del descubrimiento hacía las nuevas modas y modos del cine del futuro… Puede que aquella ingenuidad e inocencia nos lleve a alimentar una sensación de añoranza y a sobrevalorar inconscientemente determinadas películas. Ahora bien, estoy plenamente convencido de que ‘Terminator 2: El juicio final’ se ha ganado con total merecimiento todos y cada uno de los elogios que han recaído sobre ella desde que se estrenó allá por el año 1991. Y esto es así independientemente de nostalgias pasajeras y añoranzas del pasado.
A lo largo de los 30 años transcurridos desde su estreno, aún no he experimentado una sensación similar a la que viví cuando pude contemplar en la gran pantalla esta impresionante epopeya futurista. Aún no he visionado una película de acción y sci-fi tan perfecta, contundente, asombrosa y dinámica como lo es ‘Terminator 2’. Un film donde además el enorme despliegue técnico y el portentoso elenco de efectos especiales no eclipsan en absoluto a su estupendo guión. Un guión escrito a cuatro manos por James Cameron y William Wisher Jr. Gran parte del libreto gira en torno a las inquietudes y relaciones entre los personajes. Especial hincapié se hace en las relaciones «madre-hijo» y «ser humano-máquina».
En relación a lo anterior, resultan memorables todas las secuencias del chaval John Connor y el Terminator entablando amistad. Imponentes son las intervenciones de Sarah Connor protegiendo a su hijo. Entrañables los diálogos y explicaciones sobre los sentimientos y cualidades humanas que el joven y futuro líder de la resistencia, quizás en busca de una figura paterna, mantiene con un ciborg implacable que sólo entiende de destrucción. Magistrales citas como: «Ahora sé porque lloráis… pero eso es algo que yo nunca podré hacer» o «Sayonara, Baby». Hablamos de frases que ya han pasado a la historia cinéfila. No hay diálogo que sobre, plano que estorbe o escena prescindible.
‘Terminator 2’ se puede definir como un puzle perfecto. Un film que fusiona sin fisura alguna elementos tan dispares como la acción demoledora, la ciencia ficción, el humor negro y el drama familiar. Y todo eso manteniendo un equilibrio totalmente nítido entre los diversos géneros. Algo que se consigue gracias a un ritmo y a un montaje excelentes. Por otra parte, y aunque no lo parezca, la sensibilidad y la humanidad son algunos de los factores más importantes de la película por encima incluso de unos visionarios efectos infográficos que supusieron una verdadera revolución.
Efectivamente, los efectos que podemos contemplar aquí son alucinantes y marcaron el camino a seguir para infinidad de producciones posteriores. Hablamos de una película pionera en el empleo de imágenes generadas por ordenador integradas a gran escala en un escenario real con actores reales. Incluso actualmente los FX de muchos films quedan muy por debajo de los elaborados para ‘T2’ por ILM. Uno de los momentos cumbre es la presencia del multiforme organismo de metal líquido: el T-1000. Por si fuera poco, el film aporta una extensa gama de maquetas y maquillajes ultra-realistas diseñadas por Stan Winston, toda una leyenda de los FX. Como apunte curioso, Cameron le pidió a Winston que rodara un tráiler ajeno a las imágenes del film para no desvelar nada sobre la trama. Winston contó con 150.000 $ y filmó una impresionante escena de una cadena de montaje de ciborgs T-800.
‘Terminator 2’ también puede presumir de contener algunas de las mejores persecuciones cinematográficas de todos los tiempos. No obstante, por norma general, el exceso de alarde pirotécnico termina eclipsando el verdadero sentido de muchas películas. No es el caso de esta. James Cameron exhibe una gran inteligencia y sensatez. Así las cosas, Cameron no se limita únicamente a mostrar en pantalla una serie de set-pieces sin coherencia narrativa alguna con el afán de impresionar al máximo al respetable espectador… sino que aporta una especial importancia a la construcción minuciosa de los personajes y a la línea argumental. Estos dos últimos aspectos son otros de los grandes logros de esta colosal secuela. Cameron logró cambiar la perspectiva que teníamos sobre el cine de acción del momento… significando un punto de inflexión definitivo para el cine de género que estaría por llegar.
En cuanto al reparto decir que todos los intervinientes alcanzaron en este film los puntos más altos de sus respectivas carreras. En primer lugar Arnold Schwarzenegger resulta apoteósico como el T-800, sin duda, el mejor (o uno de los mejores) papel de toda su carrera. Por su parte, Linda Hamilton está sorprendente como una fibrosa y preparadísima Sarah Connor que ha evolucionado muchísimo desde el primer film. Ni que decir tiene que esta imagen de Sarah Connor se convirtió en icónica y pasó a la posteridad de las action-women. También tenemos a un, por entonces, adolescente Edward Furlong que clavó su mejor perfomance ¡en su debut cinematográfico! La pena es que luego su carrera se hundiría por diferentes motivos. ¡Y qué decir de Robert Patrick encarnando al T-1000! En pantalla tenemos a uno de los villanos más terroríficos, crueles y carismáticos del cine de acción contemporáneo.
Y después de todo lo comentado es probable que muchos aún se sigan haciendo la misma pregunta: ¿Es ‘Terminator 2’ mejor que ‘Terminator’? Asistimos aquí a un debate que, pese al transcurso de los años, no dejará de ser de actualidad. Es obvio que ambas películas son bastante diferentes, pese a que el contexto y el fondo sea el mismo. Asentadas las bases en el primer Terminator, el relato de su secuela se sustenta principalmente sobre una serie de ideas desechadas que no pudieron materializarse en la primera película debido a la falta de medios o para evitar el exceso de metraje. Personalmente creo que ‘T2’ resulta muy superior tanto en ritmo como en dinamismo a su oscura y brillante predecesora. Una película con una atmósfera a ratos «terrorífica», lúgubre y cruda que alcanzó su punto más álgido en la resolución final que tendría lugar en la fábrica.
Finalmente, aclarar que Cameron no tenía intención alguna de rodar una continuación de ‘Terminator’. El director y guionista la consideraba como una historia autosuficiente. Un film que no necesitaba prolongación alguna, a pesar de la riqueza de tramas y callejones que se podían explorar en futuras entregas. Fue su éxito y la insistencia de Schwarzenegger los motivos que le llevaron a continuar la historia. Así dio luz verde a una película que nació trabajando desde conceptos no utilizados en el primer borrador del film original. El realizador dio forma a un espléndido libreto que unía de manera eficaz y coherente todos los engranajes que quedaron sueltos en la cinta original. Dejando de lado las inevitables paradojas temporales que se dan en todos los films de temática «viajes en el tiempo», todo está genialmente estructurado, equilibrado y narrado con total solvencia.
«Si una máquina puede comprender el valor de la vida humana, quizás nosotros también podamos» (Sarah Connor)
En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Terminator 2: El juicio final, una brillante epopeya futurista que, siendo unos críos, nos marcó de por vida. Tanto que, a pesar del transcurso del tiempo, seguimos recordándola y visionándola con el mismo asombro como si se tratase del primer día. Hay películas que nunca envejecen y esta es una de ellas. Un film imprescindible y de visionado obligatorio. Todo un lujo y una delicia. Un caramelo para cualquier tipo de espectador, incluso para aquel que reniegue de este género. Seguramente nos encontramos ante la película de acción perfecta y ante uno de los mejores films de todos los tiempos.
Tráiler de Terminator 2: El juicio final
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Palabras mayores.