Kingsman: El círculo de oro
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Con un acumulado mundial de 414.351.546 $, para un coste de 81 millones de la misma moneda, los Kingsman habían dejado de ser una organización secreta para ser conocidos en todo el mundo. Y cuando eres muy conocido la gente quiere más. Nuevas misiones y amenazas y la aparición de los Statesman. Todo esto es lo que tenemos en… ‘Kingsman: El círculo de oro’.

“Los modales hacen al hombre” (Harry Hart)

Crítica de Kingsman: El círculo de oro

En 2014 Matthew Vaughn nos sorprendió con esa divertida parodia del cine de espías que fueKingsman: Servicio secreto’. En ‘El círculo de oro’ regresa con todos los protagonistas originales para repetir éxitos. Sin embargo, esta secuela pierde casi toda la frescura y sorpresa de la original. Además, la presencia de los Statesman, los “primos” de los Kingsman, no son ningún revulsivo porque, salvo alguna excepción, resultan escandalosamente infrautilizados. En este aspecto, mención especial para Channing Tatum y Jeff Bridges, si no estuvieran en el film nadie los echaría de menos. Es una pena haber desaprovechado el elemento de los Statesman que, con sus gadgets y demás, podían haber dado muchísimo más juego y sorpresas en esta segunda parte.

Por otro lado, sí que es motivo de agradecimiento que se continúen los sucesos y la historia de ‘Servicio secreto’. Para ello se recuperan personajes e imágenes del film. Es más, el “círculo” que se usa para unir a los villanos de ambas cintas (Sam Jackson y Jualianne Moore) resulta cuanto menos curioso. Pena que no se pueda decir lo mismo de la trama, o más bien de la amenaza que supone Miss Poppy… ya que, como villana, queda muy claramente por debajo de Valentine. Por si fuera poco, su amenaza global casi es un calco de la que desató el “filántropo” en la primera película: la rabia allí y las drogas aquí.

Antes me he referido a las drogas y es que estas son usadas por Miss Poppy como su arma para chantajear al mundo. Esto da lugar a un particular e interesante “debate” en la propia película. Un “debate” no exento del humor negro, irónico, irreverente y “punzante” de los films de Vaugh. Todo ese ingenio queda reflejado en esta oportunidad en el mismísimo presidente de los EEUU: un Bruce Greenwood con ramalazos del mismísimo Donald Trump.

Por otro lado, la trama se ve “interrumpida”, cada cierto tiempo, por la historia de amor entre Eggsy y la Princesa sueca de la primera parte interpretada por Hanna Alström. Un romance del todo punto innecesario y que resta tiempo que podía haber sido aprovechado en darles más minutos a otros personajes nuevos o viejos.

Al respecto de las secuencias de acción, comentar que pocos o ningún “pero” se le puede poner al film en este campo. Matthew Vaughn es uno de los escasos directores actuales que sabe rodar bien este tipo de secuencias y, aunque un poco aceleradas y excesivamente coreografiadas, son un buen regalo para los que disfrutamos con estas set-pieces. Quizás le podríamos reprochar el excesivo uso de CGI en algunas explosiones y artefactos, pero poco más.

Taron Egerton se convierte en el principal protagonista y resuelve con mucha eficacia su rol. Ahora nos entrega un Eggsy más maduro y plenamente operativo como el mejor agente de campo de los Kingsman. Mark Strong regresa como Merlin con muchos más minutos que le convierten, en buena parte del metraje, en el compañero de aventuras de Eggsy. También regresa Edward Holcroft como Charlie, aquel aspirante que en la primera parte fue expulsado de la “academia”. Aquí su aspecto ha cambiado de manera radical y es el principal esbirro y agente de campo de Miss Poppy. Finalmente tenemos la incorporación de Pedro Pascal que se muestra muy suficiente como el Statesman llamado Whiskey, un cowboy cuyo principal gadget de combate es el lazo. Comentar que Pascal goza de dos o tres escenas de acción para su total lucimiento.

Del resto la que más presencia tiene es Julianne Moore como Miss Poppy, la mayor narco a escala planetaria. Poppy es una villana que quiere chantajear al mundo porque quiere “salir de las sombras”. Moore empieza muy bien pero, según avanza la película, va perdiendo peso, sobre todo porque poco más hace que estar sentada en su “cafetería”. Al final eso le pasa factura y le sucede lo peor que le puede pasar a un villano: no “trascender”. Amén de quedar varios escalones por debajo del malvado Valentine de Sam Jackson.

La presencia de intérpretes tan reconocidos como Channing Tatum y Jeff Bridges es sólo una excusa para dar lustre a los pósters. Tatum tiene una escena de pelea como el Statesman llamado Tequila y casi nada más. Bridges simplemente está puesto para salir un par de minutitos como Champ, la cabeza visible de los “primos americanos” (siempre sentado). Quién sí que goza de más minutos es Halle Berry que simplemente está correcta en su rol de Ginger, la igual de Merlin pero en USA.

Por otra banda regresa de manera increíble Colin Firth en su papel de Harry Hart. Su reaparición sirve también para unir ‘Servicio secreto’ con ‘El círculo dorado’. Ahora bien, no esperemos verle al nivel de la primera parte. Aquí, como su personaje, parece un tanto ausente y/o desganado. Finalmente, Michael Gambon y Sophie Cookson son despachados de manera más lamentable que muchos de los personajes secundarios de la saga ‘Resident Evil’. ¡Ah, sí! También sale Elton John haciendo de sí mismo y Poppy Delevingne (la hermana mayor de Cara Delevingne) que en su rol de Clara protagoniza la escena más descarada y “comprometida” del film junto a Taron Egerton.

“Viva Las Vegan”

En conclusión.
Acabo esta crítica de Kingsman: El círculo de oro, un film que queda claramente por debajo de ‘Kingsman: Servicio secreto’ al perder su frescura y capacidad de sorpresa. Vistas en conjunto ambas películas forman un buen y divertido díptico. Sin embargo, y por separado, esta secuela pierde bastante terreno por los aspectos ya comentados en esta reseña.

Tráiler de Kingsman: El círculo de oro

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