El patriota
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Tras intentar cargarse el mundo, con dispares resultados de taquilla, Roland Emmerich nos sorprendió en el año 2000 con una propuesta de aventuras con base histórica. Una película protagonizada por un Mel Gibson que todavía gozaba de un status potente como estrella. Aquí tenemos una descomunal cinta de aventuras con un antiguo soldado involucrado en la guerra de la independencia. Es hora de alzar la bandera y liberar a los Estados Unidos del yugo británico. Más de 20 años después, volvemos a llamar a filas a ‘El patriota’.

“Le mataré antes de que acabe esta guerra” (Benjamin Martin)

Crítica de El patriota

Tras haber arrasado con films comoStargate (1994) e Independence Day (1996), y después de su versión de Godzilla (1998), el cineasta Roland Emmerich quería un cambio de aires. El realizador germano quería hacer una producción alejada del fantástico. Quería demostrar a sus detractores que podía hacer películas de cierto calado y lograr un impacto emocional. En estas circunstancias llegó a sus manos un guión de Robert Rodat titulado ‘El patriota’. Rodat ya había demostrado sus pinitos en otra producción histórica: Salvar al Soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998).

En ‘El patriota’, Rodat recoge una historia de aventuras a la vieja usanza. Una historia en la línea del cine de David Lean y de las clásicas obras del cine épico que pululaban en los años dorados de Hollywood. Emmerich vio la oportunidad de filmar una cinta de sabor clásico a lo grande y contando con un plantel de actores de primer nivel. Al frente estaría un Mel Gibson que, por aquel entonces, aun gozaba de un status popular. Llegados al estreno, ‘El patriota’ apenas convenció a la crítica americana acusando al film de un montón de errores históricos. Por su parte, la crítica europea, especialmente la francesa, masacró al film. ‘El patriota’ fue tildado por los europeos de absurdo y terriblemente pro-americano. Sin embargo, la película terminó recaudando 215 millones a nivel mundial para un presupuesto de 110.

No obstante las críticas expuestas, ‘El patriota’ está entre los films más trabajados y sólidos de Emmerich. Esto es algo que se aprecia en varios factores. Entre ellos: el casting, la enorme labor visual de Emmerich alejado de su parafernalia habitual y la nada despreciable labor del diseño de producción. Todo esto arropado con una banda sonora de nivel compuesta por John Williams. Emmerich siempre dijo que uno de sus sueños era que Williams compusiese para una de sus películas y fue esta. El compositor recrea una score que sustenta no solo la épica de las batallas, sino también la parte emocional. De esta forma agranda más la labor actoral y la parte dramática. Tampoco se puede obviar la esplendorosa fotografía de Caleb Deschanel, que imprime ese aire de “Bigger Than Life” con una enorme y colorida paleta de colores.

La suma de todo lo anterior convierte a ‘El patriota’ en una obra de aventuras trabajada, épica cuando tiene que serlo y tremendamente efectiva. Eso sí, históricamente es cuestionable. No en vano, hay que aclarar que estamos ante un relato de ficción aunque ambientado en un periodo histórico real. El trabajo de Rodat se logra gestionar notoriamente a través de un Roland Emmerich más comedido y sutil de lo normal. Además hay que destacar la descomunal duración del film. Hablamos de casi tres horas de metraje gestionadas de gran manera sin perder el tino, ritmo y pulso. Inclusive no hay bajones de ritmo destacables.

Por otro lado, el cineasta también logra cierto impacto visceral en las secuencias de acción. Emmerich no descarta ni un plano en cuanto a desmembramientos, sangre y demuestra su tiento a la hora de filmar las descomunales secuencias de batalla con toda su crudeza. Esta cinta es, probablemente, el único film de su filmografía en el que no se anda con miramientos a la hora de mostrar la carnicería de las batallas. Aquí tenemos enormes secuencias filmadas con gran nitidez y sin alardes ni virguerías. De esta manera logra aportar un enorme plus dramático que sus anteriores obras no parecían tener.

El reparto está liderado por Mel Gibson que se muestra titánico en su interpretación de Benjamin Martin. El personaje de Gibson es un granjero y padre de varios hijos que, debido a terribles circunstancias, debe involucrarse en el conflicto en ciernes: la Guerra de la Independencia. Ojito a la secuencia en la que Benjamin se carga a varios casacas rojas en una de las set-pieces cumbres. Respecto a sus hijos en la ficción, todos ellos están sólidamente interpretados por un quinteto de actores eficaces. Entre ellos destacaba un Heath Ledger que ya se estaba comiendo el mundo y un jovencísimo Logan Lerman debutando en cines.

Como en toda película que se precie no hay un gran héroe sin un villano a la altura. En este caso tenemos al personaje del despiadado y brutal coronel Tavington encarnado por Jason Isaacs. El suyo es un rol de destilar maldad por todos sus poros. Lo repudiaremos desde el primer minuto cuando aparece a caballo y comandando a sus dragones verdes en otra de las secuencias más importantes de la cinta. Finalmente, entre los secundarios encontramos a gente como Adam Baldwin, Tom Wilkinson, Chris Cooper Tcheky Karyo y Joely Richardson.

En conclusión.
Termino esta crítica de El patriota, una de las grandes cumbres de Emmerich. Un entretenido y descomunal proyecto cargado de notables interpretaciones, de un potente sentido del espectáculo y de un genial trabajo de producción. Todo finiquitado por la enorme labor musical de John Williams. Poco más se puede pedir…

Tráiler de El patriota

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