Con Air (Convictos en el aire)
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Un grupo de los más peligrosos criminales de Norteamérica se han hecho con el control del avión-prisión de los Marshalls que los transportaba a su nuevo destino. Ahora sólo Nicolas Cage puede salvar el día y a su preciado conejito. Abróchense los cinturones porque es la hora de despegar en ‘Con Air (Convictos en el aire)’.

“¡Damas y caballeros! Soy el nuevo comandante y tengo la única arma que hay a bordo. ¡Bienvenidos a Con-Air!” (Cyrus, el virus)

Crítica de Con Air (Convictos en el aire)

Estamos ante la ópera prima de Simon West, un director de videos-musicales que luego se especializaría en thrillers y en cintas de acción. Y, precisamente, muchísima acción es la que nos regaló en su debut cinematográfico: ‘Con Air (Convictos en el aire)’. El film vino producido por el mítico Jerry Bruckheimer. Recordemos que, en su tiempo, Bruckheimer ya había avalado a gente procedente del mundo del videoclip como Michael Bay. Y el hecho de citar el entretenimiento musical, y a gente como Bay, no es banal, puesto que en este primer film de West se nota una clarísima influencia del rubio realizador. Tan es así que uno bien pudiera pensar en ‘Con Air’ como una hija bastarda de Michael Bay por lo mucho que de su estilo bebe aquí Simon West.

Ahondando en la comparativa anterior, decir que todo el montaje, secuencias de acción, variedad de planos, flipación e incluso algunas situaciones cómicas son totalmente propias del director californiano. Además, la película es un no-stop en cuanto los reos se hacen con el control del Jail-Bird, un C-123 convertido en una prisión volante. Entre estas secuencias destacan todas las set-pieces que tienen lugar durante la parada en el aeródromo de Lerner. Escenas que culminan con un caro Corvette del 67 volando literalmente por el aire en una escena a la que Dom Toretto daría Like. También hay que referirse al disparatado clímax en Las Vegas que llega a implicar hasta al mítico Hard-Rock Hotel, motocicletas de la policía, coches de bomberos,…

Lógicamente también hay sitio para las peleas y los tiros. En esta ocasión, el amiguete Cage cruzará puños con los reclusos más peligrosos del Jail-Bird. Entre las peleas más recordadas del film tenemos la lucha contra Nick Chinlund por el preciado conejito de Cameron Poe… Y también para el recuerdo queda la zurra que Cage le aplica al inmortal Danny Trejo cuando este intenta abusar de Rachel Ticotin. Respecto a los tiros, nuevamente me remito a la set-piece del aeródromo de Lerner y a la emboscada que allí les tienden los presos a un equipo de Marshalls. Incompresible, e inocentemente, los agentes van todos en fila india camino del matadero… Todas estas gloriosas escenas están excepcionalmente filmadas y dan como resultado la mejor película de acción de Simon West, dejando al margenLos mercenarios 2 (2012).

Toda la acción descrita no habría sido posible sin un plantel infinito de stunts y sin los correspondientes efectos visuales. Estos últimos son de primer nivel, al margen de alguna que otra pantalla de retroproyección en el clímax de Las Vegas. Los mismos fueron elaborados por el equipo de Dream Quest, unos veteranos magos especializados en los 80 en cintas de corte fantástico y terrorífico como:House, una casa alucinante (Steve Miner, 1985), La mosca (David Cronenberg, 1986) o Los fantasmas atacan al jefe (Richard Donner, 1988). Entre sus logros en ‘Con Air’ cabe destacar la secuencia del aterrizaje en Las Vegas. Para la misma crearon una réplica en miniatura de la ciudad y movieron una maqueta del C-123 a unos 60 Km/h. El proceso fue completado con efectos digitales por ordenador.

El guión fue obra de Scott Rosenberg, que lo desarrolló a raíz de un artículo en prensa. Estamos ante un libreto sumamente efectivo para el tipo de propuesta que es esta. Al margen de las durezas que escupen los personajes, hay que decir que todos están perfectamente retratados e identificados. Por supuesto, y como en toda cinta de acción que se precie, siempre hay alguna frase o diálogo que pasa a la historia y que los fans repiten sin cesar. En este caso, la “sentencia” (o más bien advertencia) que todos recordamos es la que Cameron Poe le lanza a Billy “Belcebú” antes de curtirse el lomo: “Deja el conejito en la caja…”. Y hablando de Billy “Belcebú”, otro detalle del libreto imposible de olvidar son los alias “regalados” a los presos más peligrosos. Una retahíla de motes absolutamente delirantes…

En relación con el guión de Rosenberg está la trama que nos va narrando dos sucesos paralelos muy bien alternados. Por un lado está toda la parte de la acción en el C-123. Y, por otro lado, la investigación de Larkin, el Marshall encargado del caso que descubre cómo fue la fuga y trata ahora de averiguar el lugar hacia dónde se dirigen los presos. Todo esto combinado con puntuales y muy acertados gags que nos hacen soltar más de una carcajada. Entre esos últimos estaría el “mensaje volador” de Poe a Larkin o la avioneta del tío Bob.

Antes de entrar en el elenco es de justicia resaltar la espectacular banda sonora de Mark Mancina y Trevor Rabin. La música es totalmente accionera y va claramente a tope con el flipante estilo del film. Además, y como tema principal, se incluye el “Sweet Home Alabama” de Lynyrd Skynyrd que suena dos veces… sirviendo la primera vez que lo escuchamos para lanzar un irónico gag.

“¡Firmes, justos y vigilantes!”. El vuelo…

Como protagonista principal está Nicolas Cage encarnando a Cameron Poe, un exRanger que sólo quiere reunirse con su familia para disfrutar de su recién obtenida libertad. La performance de Cage probablemente sea la más física de su filmografía. Me refiero a que sus expresiones son muy ligeras dejando que sean sus músculos los que hablen por él. No en vano, en esta película presenta el físico más tonificado que ha tenido nunca. Sus ejercicios en la celda, incluyendo un plano de dominadas, ya nos dejan entrever que Poe no será fácil de batir. Ahora bien, y fiel al meme actual, nos deja dos primeros planos guiñando el ojo y disfrutando de sus falsas greñas que ya son todo un clásico de los gifs…

En dos papeles menores tenemos a Monica Potter como la esposa de Poe (Tricia) y a una debutante Landry Allbright como su hijita (Casey). Quién sí que tiene mayor relevancia apoyando al exRanger son Mykelti Williamson y Rachel Ticotin. El primero es O’Dell, un joven convicto que sufre diabetes. Y la segunda es Sally, una dura guardia apresada por los convictos que se convertirá en el objetivo de Johnny-23.

El otro gran protagonista es el hoy defenestrado John Cusack dando vida a Larkin, un Marshall que se presenta de punta en blanco, con sandalias y calcetines… Cusack es la parte analítica del relato que trata de localizar a los presos fugados y comprender por qué un tipo como Poe se ha quedado en el avión. A destacar sus continuos enfrentamientos con el incompetente Malloy interpretado a voces y derrochando mal humor por Colm Meaney. Su justo castigo será ver cómo termina su Corvette plateado…

Y así hemos llegado a los presos que se hacen con el Jail-Bird, toda una disfrutable galería de malosos a cuál más pérfido. Todos ellos hacen subir exponencialmente el valor global del film y del casting. Si siempre se dice que todo gran héroe necesita de un gran villano, entonces, aquí tenemos a toda una exposición de inolvidables bellacos. Los líderes principales son John Malkovich como “Cyrus, el virus” (un genio analítico del crimen que lleva 25 años preso) y Ving Rhames como “Perro Diamante” (todo un racista negro que “sirve” a Cyrus por interés).

Más secundarios, pero igualmente importantes, son: Danny Trejo como “Johnny-23” (asqueroso violador que numera sus violaciones), M.C. Gainey como “Ciénaga” o “Cosa del Pantano” en original (piloto experto) y Nick Chinlund como el ya citado Billy “Belcebú”, un asesino de masas. Y ¡ojo! una última mención especial para un Steve Buscemi que desprende una inquietante calma y control en su rol del peligrosísimo e inteligente Garland Greene, el mutilador de Ohio.

“Recuerden: Un Ranger siempre abre camino”

En conclusión.
Termino esta crítica de Con Air (Convictos en el aire), probablemente la mejor película de acción protagonizada por Nic Cage y, sin duda, la mejor de este género dirigida por Simon West. Una auténtica joya que el buen amante del actioner sabe apreciar y saborear cada vez que vuelve a encarar su visionado. Porque esa es otra… estamos ante una cinta que aguanta infinidad de visionados por la gran adicción y fabuloso entretenimiento que nos ofrece en sus cerca de 2 horas.

Tráiler de Con Air (Convictos en el aire)

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