Alien vs Predator
El multimillonario y experto en robótica Charles Bishop Weyland, dueño de la poderosa corporación Weyland, elige cuidadosamente a los miembros de un equipo para realizar una expedición a la Antártica. El objetivo es explorar una pirámide oculta bajo el hielo y hacerse dueños de sus secretos. Secretos que parecen ser el próximo gran descubrimiento de la humanidad. Lo que esta expedición no sabe es que los creadores de dicha pirámide, antaño dioses, han regresado para su particular rito de iniciación. Un rito en el que el verdadero valor se prueba con un enemigo de una especie muy letal. (Cineycine).
Han pasado 15 años desde que el teniente Harrigan derrotara a un terrible depredador que estaba de caza en la ciudad de Los Angeles. Todavía faltan 150 años para que Ripley suba al espacio. Descubre en esta “continuación” de ‘Depredador 2’ y “precuela” de ‘Alien, el 8º pasajero’, el origen de la corporación Weyland-Yutani. Presencia también el origen de una guerra de razas extraterrestres que lleva miles de años activa. Es tiempo de caza. Es tiempo de… ‘Alien vs Predator’.
“El enemigo de mi enemigo es mi amigo” (Alexa Woods)
Crítica de Alien vs Predator
La historia de esta confrontación, largo tiempo esperada entre los seguidores y fans de las franquicias “Alien” y “Depredador”, arranca en 1990. En ese año se estrenó ‘Depredador 2’ (Stephen Hopkins). Recordemos que, en sus minutos finales, pudimos ver una sala de trofeos de los depredadores. En la misma lucía muy claramente la calavera de un alien. Rápidamente el entusiasmo entre los que seguíamos a estas letales criaturas se disparó. Todos imaginamos una película que filmara una confrontación directa entre ambas especies. Y esto no era para nada descabellado, especialmente cuando ambas franquicias eran propiedad del mismo estudio: Fox.
Sin embargo, y de manera decepcionante, los años pasaron sin que ningún vs de estas criaturas viera la luz. A lo sumo, lo máximo que pudimos ver fueron las secuelas de ‘Aliens’ (‘Alien 3’ en 1992 y ‘Alien Resurección’ en 1997) y los cómics de Dark Horse. Cómics dedicados a Aliens y Predators con estupendos guiones de Mark Verheiden (homenajeado en la película que estamos comentando por el nombre dado al actor Tommy Flanagan que interpreta a un esbirro de Bishop) y extraordinarios dibujos de Mark A. Nelson y Denis Beauvais.
Por supuesto, también es obligado decir que tuvimos el primer y tan deseado “versus” entre ambas especies en la serie limitada (5 números) ‘Alien vs Predator’ con guión de Randy Stradley y dibujos de Phillip Norwood. El primer número de esta miniserie tuvo que ser reeditado hasta 6 veces y llegó a vender 500.000 copias. De esta forma, se convirtió en el cómic de mayor éxito dejando al margen los que editaban Marvel y DC. Todos estos cómics los editó Norma para España. Eso fue todo…
Y eso fue todo hasta que en 2004, por fin, nos llegó a las pantallas de cine de todo el mundo ‘Alien vs Predator’. Este film suponía la confrontación fílmica tanto tiempo esperada y deseada. Para ello se contrató a Paul W.S. Anderson, un realizador que, por aquel entonces, se había encargado de llevar al cine el videojuego ‘Resident Evil’ (2002). También presentaba en su corta filmografía una obra tan sobresaliente como es ‘Horizonte final’ (1997).
Anderson se ocupó de la dirección y del guión, tratando de encajar piezas con las especies presentes en todas las películas. Me refiero a: humanos, depredadores vistos como antiguos dioses que visitaron la Tierra hace millones de años (nada raro ni estrambótico si tenemos en cuenta ciertas estelas y restos arqueológicos… o las teorías sobre las visitas de extraterrestres en la antigüedad) y aliens (sus presas para probar su valor). Anderson intentó mantener una cierta coherencia con aires de precuela a todo lo que se había visto en la saga Alien. En este sentido, la conexión es Charles Bishop Weyland, un empresario multimillonario cuya empresa fue absorbida por la Corporación Yutani a su muerte. Así pasó a ser la todopoderosa Weyland-Yutani de ‘Aliens, el regreso’ (James Cameron, 1986). Así pues, esta poderosa empresa ya conocía la existencia de los aliens a raíz de los sucesos de ‘AvP’.
Hay que decir que el director inglés hizo lo que buenamente le dejaron hacer con un determinado presupuesto y minutos. Anderson sólo dispuso de 60 millones que para un film de esta envergadura resultan totalmente irrisorios. Por otro lado, la duración del film viene a ser la estándar de 100 minutos. El propio Anderson habla de esto: “no podíamos rodar a la misma velocidad que antes”. De hecho, y vistas estas “trabas”, lo hizo bastante bien. Además, aquí no se trataba de hacer un film a la altura de ‘Alien’ (Ridley Scott, 1979) o de ‘Depredador’ (John McTiernan, 1987). Ambas películas son inalcanzables. En ‘AvP’ se trataba de mostrar en pantalla una buena zurra entre aliens y depredadores. Y esto se cumple y de sobra. ¿Podía haber sido mejor película? Pues sí. Ahora bien, no se puede obviar que este fue un film “por encargo” y con normas…
Como consecuencia de lo anterior, esta película presenta aciertos y fallos muy acusados. Entre los aciertos tenemos: escenas de acción bastante bien filmadas (ese depredador usando a un alien como ariete). Un diseño realmente espectacular de los aliens y de la Reina que se mueve como si en verdad existiera. Una conseguida ambientación en la pirámide y su laberinto. Por supuesto, los numerosos guiños a la primera serie limitada de los citados cómics de ‘AvP’ con escenas prácticamente sacadas de sus viñetas (la Reina encadenada, la alianza humana-depredador, o el signo de la cara). También podemos ver (de forma fugaz) el patito de ‘Alien, el 8º pasajero’ y el juego de manos de Bishop en ‘Aliens, el regreso’. Finalmente está el hecho de cambiar el ambiente de caza de los depredadores (en su mitología siempre cazaban en ambientes calurosos). Es curioso verlos cazar en unas condiciones totalmente opuestas.
Al respecto de los fallos, entiendo que los mismos no son responsabilidad directa de Anderson, sino del presupuesto y tiempo con el que contó. Aquí encontraríamos: el ridículo tiempo de incubación de los aliens en el cuerpo de los humanos. La rápida presentación del equipo de exploración humano que da lugar a unos personajes planos y sin carisma alguno (mera carnaza). Por último, «asombra» la ausencia de sangre humana debido a una lastimosa clasificación PG-13 en busca de una mayor recaudación. Una recaudación que al final se fue hasta los 172.544.654 $, siendo la más exitosa conseguida por un film con los depredadores como protagonistas.
En mi particular y personal balanza los puntos positivos se alzan sobre los negativos. Así pues, y al final de todo, consiguen salvar al film de manera muy notable. Eso sí, insisto, no debemos olvidar el tipo de producción que tenemos delante. Del mismo modo no debemos buscar comparaciones imposibles… no tendría sentido.
De las interpretaciones hay muy poco que comentar. Tal y como expuse antes, los personajes humanos están muy poco trabajados, no tienen carisma y no empatizas con ellos. Ahora bien, es justo resaltar la esforzada labor de Sanaa Lathan en el papel protagonista de Alexa Woods. También es de justicia llamar la atención de la siempre agradecida presencia de Lance Henriksen. En esta película retoma su papel de Charles Bishop Weyland, el comentado nexo de unión con las sagas.
Más allá de Sanaa y Lance lo que sí podemos destacar es la presencia de Ian Whyte. El gigantesco actor-especialista da vida a los diferentes depredadores de la película. Depredadores que se mueven con menos agilidad a causa de las armaduras que llevan para protegerse del entorno nevado. También resalta el trabajo del especialista Tom Wooddruff Jr. metido en el pelaje de los diferentes aliens. Esto no le era nada extraño ya que, junto a su compañero Alec Gillis, es un habitual en estos menesteres desde la ya citada ‘Aliens’.
Con respecto a los aliens, es obligatorio detenerse en la Reina Alien. Esta fabulosa criatura fue recreada siguiendo los diseños originales que el propio James Cameron hizo para ‘Aliens, el regreso’. En su momento, Cameron tuvo que emplear una reina “más gruesa” para poder darle movimiento en su interior. Ahora se tenían todas las técnicas necesarias para crear a la perfección la primera visión de Cameron. De esta forma, crearon una reina animatrónica e hidráulica de 5 metros con 47 puntos de articulación totalmente estilizada. También usaron una versión en miniatura a escala 1:3 y una reina digital.
“Hagamos historia” (Charles Bishop Weyland)
En conclusión.
Finalizo esta crítica de Alien vs Predator, una película que tendría que haber sido mejor. Sin embargo, y al final, sus virtudes terminan por situarla por encima de sus defectos dando lugar a un film cuanto menos notable. Una película que luce francamente bien los 60 millones que costó. Además presenta en pantalla una lograda ambientación contando con la mejor Reina Alien que se ha visto en una película de estas especies. De la secuela hagan el favor de olvidarse: el que avisa no es traidor.
Tráiler de Alien Vs Predator
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Entretenida cinta de Paul Anderson, superdisfrutable, lo peor es que fallan los personajes y el guion podia haber estado mejor.
Lástima que no se atrevieran a arriesgar para categoría R. Porque todo lo que hay aquí merece la pena y es definitivamente muchísimo mejor que la segunda parte.
Funcionan mucho mejor por separado