Último adiós a R. Lee Ermey
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DEP R. Lee Ermey (1944-2018)

Al filo de la medianoche (horario español) del domingo 15 al lunes 16 de abril, y por medio de su perfil oficial en las RRSS, se hacía oficial el fallecimiento de un hombre de carrera militar que llegó al cine por la puerta grande. Un tipo de fuerte carácter que se quedó por siempre grabado en la memoria de todos a base de firmezas y sentencias épicas. Hoy toca dar el último adiós con las banderas a media asta al único e inimitable R. Lee Ermey.

“Cómo soy muy duro sé que no voy a gustaros” (Sgt. Hartman)

Por complicaciones en un grave proceso de neumonía, la luz y el temperamento de R. Lee Ermey (24/03/1944, Kansas, EEUU) se apagaba para siempre. Tenía 74 años. Su manager, Bill Rogin, se encargaba de hacer oficial la noticia con profundo pesar, el mismo que mostraban todos los que conocían a Ermey, ya fueran familiares, amigos por contacto directo o por sus apariciones en el cine. Pero R. Lee Ermey no sólo fue famoso por sus personajes de tipos duros y militares en la gran pantalla, y es que Ermey fue sargento de los marines y condecorado como sargento de artillería honorífico. Además, sirvió durante catorce meses en la guerra de Vietnam.

Tras aparecer en un papel (no acreditado) de piloto de helicóptero en ‘Apocalypse Now’ (Francis Ford Coppola, 1979) y en ‘Medalla al valor’ (Sidney J. Furie, 1984), Ermey fue contratado por el famoso director Stanley Kubrick para asesorar y entrenar a los reclutas de La chaqueta metálica (1987). La labor de R. Lee Ermey fue tan convincente fuera de las cámaras que Kubrick decidió que interpretara al Sargento de Artillería Hartman. Su gloriosa recreación convirtió a su personaje en un icono y le valió una nominación al globo de oro al mejor actor. Globo de Oro que perdió en favor de Sean Connery por Los intocables de Elliot Ness (Brian De Palma, 1987). Merece la pena recordar algunas de las inolvidables y míticas frases que Hartman escupía como una ametralladora…

“Si sobrevivís al entrenamiento seréis como armas, ministros de la muerte, siempre en busca de la guerra… pero hasta ese día sois una cagada, lo más bajo y despreciable de la tierra, ni siquiera algo se parezca a un ser humano. Sólo sois una cuadrilla de desgraciados, una panda de mierdas inútiles pasados por agua”. “Admiro tu honradez. Sí coño, me gustas tanto que te invito a mi casa a tirarte a mi hermana”. “Eres tan feo que deberías estar en un museo de arte moderno. “Acabad con las pajas no me gustan las bajas”. “Quiero que esos retretes queden tan limpios y estén higiénicos que la mismísima Virgen María pueda descargar allí con la cabeza muy alta”. “Aquí mi fusil, aquí mi pistola, una da tiros, la otra consuela”.

Tras su inolvidable aparición para el recuerdo en ‘La chaqueta metálica’, la carrera de Ermey despegó definitivamente en cines y apareció en más de cien títulos durante las cuatro décadas siguientes. Entre las películas que se dejó ver podemos citar ‘Arde Mississippi’ (Alan Parker, 1988), La grieta (Juan Piquer Simón, 1990),‘En tierra peligrosa’ (Steven Seagal, 1994), ‘Homicidio en primer grado’ (Marc Rocco, 1995), ‘Seven’ (David Fincher, 1995), ‘Agárrame esos fantasmas’ (Peter Jackson, 1996), ‘Prefontaine’ (Steve James, 1997), ‘Willard’ (Glen Morgan) o ‘La matanza de Texas’ (Marcus Nispel, 2003). Casi siempre sus intervenciones tenían que ver con sujetos malencarados y malhumorados. También prestó su voz a series y películas animadas. En las primeras apareció en ‘Los Simpson’ (Coronel Leslie Hapablap) y ‘Padre de familia’ (Warden y Coach), y en los films de animación cabe destacar su participación en la trilogía deToy Story poniendo voz al sargento de los soldaditos de plástico.

En los últimos años las apariciones de Ermey se fueron enfocando ya totalmente a trabajos solamente de voz en series, y en podcast para su propio programa de radio. R. Lee Ermey estuvo casado desde 1974 hasta el día de su muerte con Nila Ermey. Tuvo cuatro hijos y además aportó al matrimonio otros dos hijos de una pareja anterior. Tenía nueve nietos.

Sirva este Último adiós a R. Lee Ermey como humilde homenaje a la carrera de un escupidor de durezas licenciado con honores. Descanse en paz. Ahora su estrella brilla con toda su fuerza en el gran salón de la fama que es el cielo.

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