Sisu
Laponia, 1944. En plena retirada alemana de Finlandia, Aatami Korpi, un antiguo “escuadrón de la muerte” reconvertido ahora en buscador de oro, encuentra una gran veta en las estepas de la zona y decide transportarlo a la ciudad para venderlo. Pero, en su viaje, se encuentra con un puñado de nazis que terminan echándole el ojo a su ojo para poder salir del país vivos y ricos. Sin embargo, Korpi, parco de palabras, no va dejar que este pelotón de nazis se lleven su oro sin plantar cara. (Cineycine).
La palabra finlandesa “Sisu” no tiene traducción, pero su significado podría ser algo así como: “persistente y consistente”. Y esto mismo se puede aplicar a Aatami Korpi, un buscador de oro finlandés que se topa con unos nazis en retirada que se encaprichan de su oro. Pero Korpi es alguien de armas tomar y va demostrar porque él es un auténtico ‘Sisu’.
“El general ha dicho, y cito textualmente: “que tenemos una jodida suerte”. Ese tipo se llama Aatami Korpi. Los rusos mataron a su familia… y los finlandeses no pudieron adiestrarlo ni controlarlo y lo soltaron. Terminó acabando con más de 300 rusos. Al final, estos le pusieron un nombre: Koschai, el inmortal” (Wolf)
Crítica de Sisu
Esta cinta que comento hoy se estrenó en el festival de Sitges 2022, alzándose con el galardón de “Mejor Película”. Posteriormente llegó de forma discreta a cines, tanto españoles como americanos. ‘Sisu’ es una de las propuestas más frescas del actioner con gore que se puede disfrutar en estos tiempos. Una historia cuya premisa puedo resumir de esta manera: “Es como si John Wick entrara en la trama de Furia en la carretera con el tono de Malditos bastardos”.
Claramente estamos ante un film tremendamente violento, absurdo y “divertido”. La trama es sencilla presentando a un pelotón de nazis que se topan con una persona equivocada y tremendamente peligrosa. Por si fuera poco, le intentan robar su oro. Esto desemboca en una implacable persecución en la que veremos miembros volando por los aires, balas por doquier, nazis cabrones y sangre por un tubo. Todo esto, y mucho más, al servicio del espectador acérrimo a un tipo de género tan específico como es este.
Al frente de esta violentísima producción tenemos al director finlandés Jalmari Helander. Destacar que ya en su debut dejó muestras de por dónde iba a dirigir sus pasos con la dirección y el guión de ‘Rare Exports: Un cuento gamberro de Navidad’ (2010). Esta ópera prima le valió el apoyo de los incondicionales del fantástico. Y, al igual que ‘Sisu’, le sirvió para ganar el premio del festival de Sitges a “Mejor Película”.
Viendo ‘Sisu’ hay que deshacerse en elogios ante esta propuesta. Y más en estos tiempos donde impera lo políticamente correcto. Además de la escasez de producciones originales alejadas de franquicias multimillonarias. ‘Sisu’ adopta plenamente su idea de cinta y aire de serie B, puesto que solo costó 6 millones de dólares. Aun así, tan sólo podemos reprocharle algún defecto digital y alguna incongruencia armamentística o de atrezo. En cualquier caso, la apuesta es total por los efectos de pura artesanía. De hecho, la gran mayoría de secuencias sangrientas se ejecutaron con efectos prácticos y diferentes prótesis.
En relación a lo anterior, la carnicería que ofrece ‘Sisu’ es totalmente creíble viendo cómo se desenvuelve Korpi para deshacerse de un número superior de enemigos (mención especial al saludo explosivo con una mina). En cuanto a la filmación, la película se rodó casi enteramente en exteriores. Más concretamente, el rodaje tuvo lugar en las largas estepas del norte de Finlandia, salvo el clímax que se filmó en un estudio. La ambientación natural sirve para usar el largo horizonte como escenario amplísimo de cara a la cacería que llevan a cabo los nazis persiguiendo al “inmortal” Korpi. Sin duda, el estilo aplicado por Jalmari Helander es un clarísimo homenaje al western y Mad Max. A mi juicio, ver en estos tiempos películas filmadas “de verdad” es muy digno de aplaudir. No todo tiene porque ser tan falso como las pantallas verdes y el CGI…
A lo largo de la persecución, Korpi hará honor a su apodo de “inmortal” recibiendo tiros, apuñalamientos, cortes, palizas,… pero nada de esto podrá evitar que encare a sus perseguidores de las formas más salvajes y cruentas posibles. En este aspecto, Helander no se corta ni un pelo en mostrar la carnicería que perpetra a lo largo de los 104 minutos de metraje. Un metraje dividido en capítulos en lo que es un guiño directo a ‘Malditos bastardos’ (Quentin Tarantino, 2009). Lógicamente, en esta feroz persecución, también es posible apreciar homenajes a ‘Acorralado’ (Ted Kotcheff, 1982), Sergio Leone o a la música de Ennio Morricone. De hecho, la banda sonora de Juri Seppä y Tuomas Wäinölä va en clara sintonía al desaparecido maestro italiano, sobre todo en cómo se usa la música dentro del montaje de la película.
Destacar que el film fue rodado en finlandés, salvo para los alemanes que hablan en inglés. Estos últimos realmente eran actores finlandeses y noruegos, incluyendo al hijo en la vida real de Jorma, Onni, que interpreta al conductor del tanque alemán. El hecho de que se expresen en inglés quizás fuera para buscar un referente o ancla con el público anglosajón, sobre todo de cara a la comercialización exterior del film. No olvidemos que se estrenó en diferentes festivales.
Al margen de la acción desmadrada, la diversión de ‘Sisu’ también viene provocada por su mezcolanza de géneros al estilo Tarantino y por su humor negro. Ahora bien, Helander no busca ese tipo de humor en base a diálogos… el propio director reconoce que el guión le fue muy sencillo de escribir. Tan sencillo que hay muy pocas líneas. De hecho, su actor principal y fetiche, Jorma Tommila (Korpi), no dice ni una sola palabra hasta llegar a la última escena. Su talento interpretativo se basa en su alarde de fuerza escénica y física a sus 64 años. Apunten que además hizo casi todas sus escenas de riesgo… salvo las más peligrosas (por ejemplo, la de prenderse fuego).
Al igual que Jorma, el resto del reparto tampoco sueltan muchas palabras, salvo el Mayor Bruno Heldorff y el sargento Wolf. Los dos interpretados por Askel Hennie y Jack Doolan, respectivamente. Ellos son los que llevan la voz cantante por parte de los alemanes. Por supuesto, son los villanos de la trama. Estamos ante dos nazis avariciosos que quieren comprar su billete de salida de Finlandia con el oro de Korpi. Tanto el mayor como el sargento son malos, cabronazos, escoria pura y dispuestos a cualquier cosa. Ambos van acompañados por un puñado de soldados y mujeres a las que han secuestrado en su retirada del país nórdico. Estas pobres desdichadas son utilizadas por Wolf para satisfacer sus más bajos instintos y luego usadas como carne de cañón. Entre ellas destaca Mimosa Willamo como Aino, la más valiente de las secuestradas.
En conclusión.
Acabo esta crítica de Sisu, una propuesta muy divertida con un tono que navega entre el tributo al western y el homenaje al cine de acción bélico. Violenta y directa en su narrativa. Muy visual, filmada con buen pulso y haciendo uso de larguísimos planos del exterior de Laponia como telón de fondo para esta carnicería de nazis.
Tráiler de Sisu
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