Transformers: El despertar de las bestias
Los Autobots se encuentran refugiados en la Tierra buscando la forma de regresar a casa. Es entonces cuando un antiguo artefacto, descubierto por Elena Wallace, parece identificarse como una llave que fue objeto de una antigua guerra entre los Maximals y los terroríficos Terrorcons al servicio de Unicron, el devorador de mundos. Con la ayuda del ex-soldado Noah Diaz, los Autobots deberán proteger la Tierra de tan siniestro y destructor enemigo. (Cineycine).
¡Vuelven los Transformers! Y lo hacen en una nueva y enérgica aventura ambientada en los 90. La película se presenta cargada de la influencia del blockbuster de la época con diversión para todos los públicos y efectos visuales de primer nivel. Además ahora nos introducen a los Maximals como aliados de los Autobots. Ambos equipos deberán enfrentarse contra una amenaza de proporciones cósmicas en ‘Transformers: El despertar de las bestias’.
“Hace mucho tiempo se creía en la existencia de un dios oscuro. Un devorador de mundos que arrasó galaxias enteras para saciar su hambre. Su nombre es Unicron” (Optimus Primal)
Crítica de Transformers: El despertar de las bestias
Se quiera o no aceptar, hay que reconocer que Michael Bay dejó un profundo poso en la mente del público cuando filmó sus películas dentro de la franquicia de los Transformers de Hasbro. Independientemente de su calidad, esas cintas crearon cierta escuela en cuanto a cómo realizar blockbusters en aquellos años. Comento esto, antes de entrar a valorar el presente film, porque cuando se estrenó ‘Bumblebee’ (Travis Knight, 2018), el público todavía tenía en mente las entregas del realizador californiano. Y esa mentalidad, para bien o para mal, parece haber llegado hasta hoy.
Personalmente nunca he sido un fan acérrimo de la saga. Pero si soy consciente de la enorme complejidad de llevar a cabo este tipo de producciones. Unas películas no solo de efectos especiales, sino también cintas que desarrollan los arcos dramáticos y las varias mitologías de este universo. En este aspecto, los films dirigidos por Bay cumplían, en mayor o menor medida, su objetivo del entretenimiento puro y duro. Y esto lo digo como un elemento muy personal, teniendo en cuenta la enorme cantidad de detractores que tiene el cineasta. El tiempo dirá cuál es su lugar en la historia del celuloide. Y esto vale también para la saga de los Transformers.
‘Transformers: El despertar de las bestias’ se presenta dirigida por Steven Caple Jr, el responsable de ‘Creed II: La Leyenda de Rocky’ (2018). El cineasta ha querido apelar a los que disfrutaron de la cinta de Travis Knight, pero también a los que lo pasaron en grande con las de Michael Bay. ‘El despertar de las bestias’ bebe de ambas fuentes. Eso sí, en su justa dosificación. La película viene a ser un reboot y secuela de la cinta de Knight. Y bien puedo decir que es la propuesta más equilibrada de toda la saga. Como buen artesano, Caple Jr. se maneja lo bastante bien para gestionar un blockbuster cuyo objetivo básico es el entretenimiento y la conexión con los fans. No hay que olvidar que este tipo de cine también tiene sus seguidores y público… por muchos “gafapastas” que lo rechacen.
El diseño de los Transformers, aun con claras reminiscencias a la G1 (Generación Uno, la original), se acerca a los robots que Bay introdujo en sus cintas originales (especialmente en su diseño y transformaciones). Y ese recuerdo se extiende también a las secuencias de acción. Set-pieces cercanas a las explosiones y pirotecnia “Made in Bay”. De hecho, el realizador californiano parece que colaboró estrechamente con Caple Jr. La meta era conseguir la misma integración que los efectos visuales presentaban con los efectos prácticos en los films de los 90. En cualquier caso, no se llegan a alcanzar sus excesos.
El público no debería esperar un guión de Oscar en una producción de estas características. El libreto es sencillo y está muy cercano a algunas de las secuelas de la saga. Aquí también hay un McGuffin que conseguir para evitar la destrucción del mundo. Sin embargo, la trama ideada por sus cinco guionistas apela a la idea más básica de lo que fue la primera entrega sumada a ‘Bumblebee’. Así pues, tenemos un chico y su coche: Noah Diaz (un ex-soldado que tiene dificultades para sacar adelanta a su hermano y a su madre) y Mirage (un Autobot bastante rebelde).
Si bien la relación entre Noah y Mirage no llega los niveles de Sam y Bumblebee o Charlie y Bumblebee, hay que reconocerle cierta gracia al no repetir lo mismo que en aquellas ocasiones. En cualquier caso, los auténticos protagonistas son los Transformers. Se diría que casi el 90% de la película está prácticamente dedicada a Prime y sus amigos con una justa construcción dramática para que el público pueda empatizar con ellos. Y es que al final el espectador paga por ver a estos gigantescos armatrostes robóticos pegándose piños y explotando cosas.
Y, precisamente, el público que espere acción no saldrá decepcionado. ‘El despertar de las bestias’ tiene bastantes set-pieces muy bien filmadas y unos efectos visuales de primer nivel. Los FX son cortesía de Weta y MPC. Y puedo garantizar que los mismos mantienen el nivel habitual visual en cuanto a transformaciones, golpes, saltos acrobáticos e imposibles, personajes digitales (destaca el villano Scourge, que viene a sustituir al tan sobreexplotado Megatron),… Respecto al citado Scourge (Peter Dinklage), decir que es el líder de los Terrorcons, una de las múltiples facciones de robots dentro de la mitología de este universo. En este caso está al servicio de Unicron, un villano casi supremo. Básicamente puedo decir que Unicron es un planeta robot que se dedica a destruir para alimentarse. Su diseño recuerda al de la cinta original de 1986, la primera y única película animada de la saga hasta la fecha.
Aunque es cierto que los robots son los amos absolutos del film, también hay que comentar el reparto humano. Un cast encabezado por unos simpáticos Anthony Ramos y Dominique Fishback. Ambos cumplen totalmente con los roles asignados. Al igual que el guión, no estamos ante interpretaciones para la Academia, pero sí que tienen bastante carisma y no resultan molestos. Y eso ya es decir mucho en un film de estas características. Además cuentan con ciertos elementos interesantes. Este es el caso del personaje de Ramos. La historia con su hermano me parece un elemento muy positivo de cara al protagonista principal. Fishback interpreta a Elena Wallace, una estudiante de Arqueología a quien su jefa no da mucha importancia. Por cierto, “choca” un poco ver que la jefa es blanca y que mangonea de forma un tanto ridícula a Elena.
Por otro lado, no suelo meterme en temas de doblaje… pero en esta película han cometido el error de contratar a gente no profesional. En consecuencia, y comparado con el resto de dobladores, palidecen enormemente cuando los pones al lado de especialistas como Jordi Boixaderas, que lleva doblando a Optimus Prime desde 2007.
Los Maximals son los otros grandes protagonistas de la función junto a los Transformers. Estos robots fueron introducidos en 1996 en una serie de animación en 3D de la que vi unos pocos episodios. Los Maximals son un grupo de robots que, a diferencia de los Autobots, se transforman en animales gigantescos y están liderados por Optimus Primal (Ron Perlman). En la película los veremos adquirir formas de gorilas, guepardos, águilas y rinocerontes. Sus enemigos más mortales son los anteriormente citados Terrorcons. Este enfrentamiento entre los Maximals y los Terrorcons es un añadido decente y refrescante comparado con la ya manida guerra entre los Autobots y los Decepticons. Aunque el núcleo sea básicamente robots buenos contra robots malos, también hay aportaciones interesantes como el toque corruptor de Scourge o el ejército de Scorponoks.
Por último, destaca la score de Jongnic Bontemps. Su música, y la soundtrack en general, nos retrotrae a la época de los 90. Y lo hace con canciones de grupos como Wutang y la colaboración de Steve Jablonsky, el compositor de las cinco películas originales. Jablonsky ha ayudado a Bontemps en algunas partituras e incluso en la utilización de los temas que creó en las cintas previas de la saga.
En conclusión.
Acabo esta crítica de Transformers: El despertar de las bestias, la cinta más equilibrada de la serie junto con la primera y ‘Bumblebee’. Un blockbuster veraniego, sencillo, directo y divertido que cumple bastante bien. Tiene parte del corazón y alma del film de 2018, y también parte de los “excesos pirotécnicos Bayhem” de las cinco películas originales. En resumen: cine de entretenimiento bien hecho.
AVISO: Atención a la escena previa los créditos ya que es una delicia para los fans. También hay una escena postcréditos.
Tráiler de Transformers: El despertar de las bestias
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