Creed II: La leyenda de Rocky
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¿Por qué pelea un boxeador? ¿Cuáles son los motivos que llevan a un Creed a subirse a un ring? ¿Por qué arriesgarlo todo por un combate? Estas y otras preguntas son las que se plantean aquí. El pasado regresa y el peligro es latente cuando te enfrentas a un contrincante que no tiene nada que perder. Un púgil que ya nació con todo perdido y que ahora busca cambiar la historia y la vida. Los extremos colisionan en… ‘Creed II: La leyenda de Rocky’.

“Si quieres infligir dolor… debes estar dispuesto a soportarlo” (Rocky)

Crítica de Creed II: La leyenda de Rocky

Después de su éxito en la dirección deCreed’, el director y guionista Ryan Coogler voló hacia metas más altas. Concretamente se pasó a Marvel para dirigir y escribir otro éxito, Black Panther (2018). Así las cosas, para ‘Creed II’ fue el propio Sylvester Stallone el que se postuló como director. Sin embargo, el proyecto quedó en manos de otro prometedor realizador, Steven Caple Jr. Por su parte, Stallone se ocupó del guión y Coogler de la producción ejecutiva.

Tras ese breve, pero necesario repaso, entro ya en materia. En primer lugar la filmación de Steven Caple Jr. poco o nada tiene que envidiar a la de Ryan Coogler. La facturación y presentación del film resulta impecable llevándonos además por diferentes escenarios: la vieja Filadelfia o el abrasador desierto. Atención especial al espectáculo de presentación de los púgiles antes de cada combate. En este aspecto todo luce a un nivel de 10, incluyendo a una Tessa Thompson espectacular micro en mano rapeando “I will go to war”. Por supuesto, Michael Buffer no falta a la cita con su mítico “Let’s Get Ready To Rumble!!”.

Naturalmente tenemos entrenamientos y combates. Entre los primeros la pena es el poco tiempo dedicado a ver cómo se entrenan los Drago. En su lugar, varios minutos se emplean en el durísimo entrenamiento de Adonis en el desierto mexicano. Esta parte del desierto es la más destacada de los llamados “training montage”. Sin embargo, y aun siendo un gran entreno, lo cierto es que resulta inferior a aquellos auténticos videoclips-hercúleos con los que nos deleitaban en la saga original.

En lo que respecta a los combates, a lo largo del film presenciaremos tres choques principales. Son tres peleas muy bien filmadas y con muy diferentes planos. Amén del empleo de la cámara súperlenta en determinados impactos. En este sentido, hay varios golpes auténticamente demoledores que realmente los sientes y te crujen. Tan es así que, a modo de ejemplo, una chica que estaba detrás de mí llegó a exclamar un “¡ay!” del dolor que le producía lo visto en el ring. Atención también al notable empleo de la música de Ludwig Göransson en los choques como generador de emociones dramáticas. No creo que haga falta ahondar más en el muy notable trabajo de Steven Caple Jr.

El guión nos sonará muy familiar a los que conocemos de memoria la franquicia. Es cierto que completa el díptico de Adonis Creed volviendo a traer personajes, problemas y lugares del primer film. Ahora bien, toda la trama es una “réplica” de situaciones vistas enRocky II’, ‘Rocky IIIy Rocky IV’. Precisamente, es la base de esta última la que toma ‘Creed II’ para dar cuerpo a todo lo anterior. Para ello, Stallone recupera a la figura de Iván Drago con todo lo que ello implica. La gran novedad es que Drago viene acompañado de su hijo, otro coloso boxeador a imagen y semejanza de su padre en el ring.

En realidad, el libreto de ‘Creed II’ no es malo. Lo cierto es que funciona, y se disfruta por sus buenos momentos, homenajes y frases. No obstante, no sorprende a los más acérrimos y ese es su gran hándicap. Entre los grandes momentos cabe destacar la silenciosa invasión de los lugares míticos de Filadelfia por parte de Iván Drago. Y, por supuesto, el careo entre este y Rocky.

Naturalmente, la presencia de Iván y Viktor Drago es lo más disfrutable para los que somos fans. Muchos nos preguntábamos qué habría sido de este coloso soviético. Aquí tendremos la respuesta dada por el propio Drago a Rocky: “Por tu culpa lo perdí todo: Patria, respeto y mujer”. El mayor acierto en este retorno es ver como Stallone no dibuja a los Drago como máquinas inhumanas. Vemos su relación padre e hijo y cómo su vida es la de unos “perros callejeros”. No obstante, entiendo que Stallone debía haber dado más minutos a esta relación, ya que la veo como el mayor atractivo del film. No habría costado añadir 10 minutos más de metraje y equiparar en minutos la relación de los Drago a la de Adonis y Bianca.

“Yo perdí, pero tú no lo harás”. La gran revancha.

Michael B. Jordan es el alma de la película y quien más brilla. Su trabajo y performance sencillamente es descomunal, tanto en la parte física como en la emocional. El actor destila carisma, garra, corazón y su entrega a Adonis Creed es absoluta. Tan es así que te implica totalmente con Adonis y llegas a sentir lo mismo que él. No entiendo el ninguneo al trabajo de Michael B. Jordan en los grandes premios en las dos películas de esta nueva serie. Otros por muchísimo menos han sido subidos al altar.

Por su parte, Sylvester Stallone y Tessa Thompson representan sendos papeles de apoyo. A Stallone se le adivina un cierto cansancio del rol de su vida, Rocky Balboa. Aun así, todavía suelta buenas frases (“¿Por qué no dejas de pensar y escuchas a tu corazón?”) y tiene una escena en concreto que representa el fin de su era. Su papel es el de soporte físico y mental para Adonis. Por su parte, Tessa Thompson sigue estando muy bien como Bianca. Ella aporta la parte de drama y el apoyo romántico al personaje de Michael B. Jordan.

Entre los secundarios destaca claramente Phylicia Rashad que vuelve a aprovechar sus minutos como Mary Anne Creed. Otro que también regresa y con más presencia es Wood Harris como el hijo heredero del legado de Tony Duke. Finalmente, papel importante en la trama para Russell Hornsby como el manager que monta todo el tinglado. El resto del casting se completa con boxeadores que ya vimos en ‘Creed’. No me olvido del cameo de Milo Ventimiglia repitiendo como Robert Balboa. Además hay una aparición sorpresa que no desvelaré…

Para terminar nos quedan los Drago. Dolph Lundgren recrea a un Iván Drago muy alejado del imponente coloso que fue. Aquí vemos a un hombre de pocas palabras que vive amargado y que sólo se mantiene en pie por su odio interno y el trabajo que vuelca hacia su hijo. Eso sí, a lo largo del metraje irá presentando una cierta evolución. En esa evolución tiene que ver su hijo, Viktor, en el que se adivina un gran respeto y admiración hacia su progenitor siendo esto lo que le lleva a soportar su maltrato. No hace mal trabajo Florian Munteanu con Viktor Drago. Fuera del ring apenas tiene una secuencia muy emocional pero la resuelve con mucha eficacia. Y dentro del ring retrata a un púgil gigantesco, pero muy poco ortodoxo y exento de clase. Un boxeador que se apoya en su tamaño, intimidación, fuerza y tremebunda pegada.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Creed II: La leyenda de Rocky, el necesario cierre que necesitaba el díptico dedicado a Adonis Creed, su familia y legado. Además, y en palabras del propio Sylvester Stallone, también representa el final de su historia como Rocky Balboa. Por todo esto, y por la calidad de la cinta, sólo me queda recomendarla. Estas dos películas de ‘Creed’ nos han traído de nuevo a cines personajes inolvidables, han aportado nuevos valores, sentimientos, enseñanzas, protagonistas y corazones. Como dijo mi amigo J. Glez: “Deben de servir para guiar a una generación adormecida”.

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Tráiler de Creed II: La leyenda de Rocky

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