Testigo protegido
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Cuando entras en una espiral negativa es muy complicado salir de ella, sobre todo si ya todo te da igual. Esto, ni más ni menos, es lo que le está pasando actualmente a un mito como Bruce Willis. Ha llegado un punto en que al antaño actor mejor pagado del mundo le importa un bledo seguir echando borrones en su anteriormente cotizada filmografía. Willis ya está en la liga de los Seagal, Cage, Travolta y similares. ‘Testigo protegido’ es una apuesta más en esta carrera hacia la nada.

“Esos hombres han matado a un policía. Son peligrosos y tú eres una testigo” (Teniente Wakes)

Crítica de Testigo protegido

Nueva película del mítico Bruce Willis que nos vuelve a llegar directa al VOD y sin pasar por cines. Esta situación, desgraciadamente, ya no es nueva y es lo que tenemos que soportar los fans de Willis ante su evidente desgana actual. En mi caso, tuve ocasión de verla alquilándola en Rakuten TV. No es que tuviera grandes expectativas con ella y simplemente decidí verla por “salir” el eterno McClane.

Antes de ahondar en lo que nos ofrece ‘Testigo protegido’ (Trauma Center) es conveniente aclarar un aspecto importante. Si han visto el poster verán que el nombre de Bruce Willis aparece como protagonista o coprotagonista. Pues bien, esto no es así y es una total estafa. La presencia de Willis es limitada en minutos y mucho menor a la de Nicky Whelan. Incluso también es menor a la de los dos malvados que persiguen a la actriz (Texas Battle y Tito Ortiz). No vi la película cronómetro en mano, pero de sus 87 minutos decir que si Willis sale más o menos 25-30 ya son muchos. Eso sí, estratégicamente insertados para aparentar más. En consecuencia, todo aquel que, como fue mi caso, vea esta película por ser “de Bruce Willis” se va a llevar un tremendo chasco.

Entrando ya en lo que nos ofrece esta propuesta decir que al frente de la misma tenemos a Matt Eskandari, otro director del que nadie o casi nadie sabe nada. Desgraciadamente esto también es ya habitual en Willis. El antaño cotizadísimo actor ahora trabaja para este tipo de realizadores. Directores a los que sólo los conocen en su casa y gracias. En cualquier caso, el trabajo de Eskandari no es tan terrible como el de los “famosos” Steven C. Miller y Brian A. Miller.

En ‘Testigo protegido’, Eskandari trata por todos los medios de disimular el aire a telefilm barato y más o menos lo consigue. Para ello centra toda la acción en apenas dos plantas del hospital que le bastan y le sirven para tapar carencias y enredarnos con los múltiples avatares que va pasando la protagonista. Atención al plano inicial que es un calco/homenaje del comienzo deNo respires (Fede Alvarez, 2016).

Al respecto de la acción cabe decir que es cumplidora para lo que se puede esperar una vez asimilada la experiencia. Lo que quiero decir es que la mayor parte de las “set-pieces” son de acoso y derribo a Madison. En este aspecto hay dos secuencias muy logradas. La primera es su acorralamiento en la habitación de instrumentos médicos. Y la segunda tiene lugar cuando, en un primerísimo plano, Madison decide coserse la pierna al estilo Rambo. Esto último resulta toda una grata sorpresa. Por lo demás apenas hay dos breves tiroteos rodados mal y de noche. Finalmente, para Willis queda una corta pelea en la que es imposible saber si es él o su doble.

Hay que destacar dos puntos negativos en la ya referida labor de dirección. El primero es la cansina manía en ofrecernos tomas generales del edificio del hospital a modo de “fundido a negro” cada vez que pasa de un segmento de la acción a otro. Estos planos se llegan a convertir en cansinos e irritantes. Por otro lado, es incomprensible el error de transición en el aspecto de la protagonista. Madison empieza el film con el pelo medio largo y revuelto. Sin embargo, una vez hospitalizada aparecerá con un look totalmente diferente con el pelo recortado y peinado/engominado hacia atrás. Tan es así que casi no parece el mismo personaje. Resulta irrisorio pensar que en el hospital se dedicaron a lavarle la cabeza, cortarle un poco el pelo y peinarla en vez de operarle la pierna. En fin, un error de narración injustificable y casi intolerable.

En la trama hay muy poco que rascar, pero también conviene advertir que no estamos ante un thriller de acción. ‘Testigo protegido’ encaja más en el típico film de terror en el que la “final girl” de turno se ve perseguida hasta la muerte por un sádico implacable. En el caso que nos ocupa la “final girl” es Madison y en lugar de un sádico hay dos que van en pareja. Como telón de fondo se intentan añadir dos subtramas que a nadie le interesan: la de la hermana pequeña de Madison y la de la corrupción policial que investiga Wakes. Si estas dos subtramas no estuvieran a nadie le importaría ni las echaría de menos.

“Nadie te va a ayudar, princesa”. La jungla de Madison.

Como ya expuse en los primeros párrafos, la gran y principal protagonista es Nicky Whelan como Madison. Su actuación es lo mejor de toda la propuesta destacando su grado de compromiso y sufrimiento. Nicky consigue atraer nuestra atención poniéndolo todo en cada escena y ayudando a que aguantemos el film hasta el final. A su lado tiene a la joven Catherine Davis interpretando a su hermana, Emily. Poco puede hacer Catherine con este típico rol de hermana pequeña revelada ante el hecho de tener a una hermana mayor a la que se niega a dar el papel de “madre”.

Respecto a los villanos decir que son encarnados por dos gigantes pasados de peso. Me refiero a Tito Ortiz y Texas Battle como los agentes Pierce y Tull. Lo mejor que se puede decir de ellos es que se complementan bastante bien. Uno es el típico cazurro torpe y bruto (Pierce) y el otro va en plan inteligente (Tull). Lo cierto es que cumplen y no desagradan en su acoso y derribo a Madison.

Finalmente, mención para Bruce Willis en su papel del Teniente Steve Wakes. Poco puedo comentar a lo ya referido anteriormente. Nuevamente estamos ante un rol totalmente secundario que se camufla con apariciones intermitentes a lo largo del metraje. En este sentido, un nuevo y total engaño al fan de Willis. Respecto a su personaje tampoco hay nada nuevo. En pantalla tenemos al repetido y gastado agente de la Ley con sus propios fantasmas personales que resulta insobornable en su labor. ¡Ah! si se fijan bien podrán ver una breve aparición de un irreconocible Steve Guttenberg como un médico que tiene una charla con Madison. Su gloriosa etapa de fama levantada en los 80 a base de comedias es algo que ya nadie recuerda…

“No puedo ayudarla a menos que me ayude” (Steve Wakes)

En conclusión.
Termino esta crítica de Testigo protegido, una nueva muestra de en qué malgasta actualmente su tiempo Bruce Willis. Si esta película no es tan mala como las últimas que lleva «protagonizando» no es por él… sino porque el director encontró en Nicky Whelan a una actriz que no vino aquí a pasar el rato y a llevárselo crudo. Si les gustan las películas de malosos persiguiendo cruelmente a mujeres “indefensas” pueden echarle un vistazo. Eso sí, teniendo siempre en cuenta que este telefilm tampoco es cine de verdad.

Tráiler de Testigo protegido

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