Sweet Girl
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“El pasado es como un sueño. Algunos recuerdos nos dan forma. Nos convierten en lo que somos. Un mosaico de imágenes y sentimientos que, en parte, desvelan como llegamos aquí. Aunque los detalles se desdibujen con el tiempo. Con los años descubres que solo somos las vivencias que nos dieron forma. El dolor nos ha unido aún más. Y verla crecer ha hecho que vuelva a encontrarme. Pero a veces me pregunto ¿Son estos mis recuerdos? ¿O los de ella?…”. Netflix presenta a Jason Momoa e Isabela Merced como un padre y una hija en busca de justicia. Esto es ‘Sweet Girl’.

“Te lo advertí. Que si le pasaba algo… iría a por ti. Todos la hicieron sufrir, pero murió por tu culpa” (Ray)

Crítica de Sweet Girl

Jason Momoa cuelga, por un momento, su traje de Aquaman para encarnar a un marido totalmente destrozado por la perdida. Un padre que también deberá dirigir ahora a su hija por un camino recto y en donde pueda valerse por sí misma. Momoa afronta la dureza de la vida mientras intenta superar la terrible perdida de su esposa, fallecida por cáncer ante la pasividad de los lobbies farmacéuticos. Lobbies que decidieron retrasar la salida al mercado de un fármaco que pudo haberle salvado la vida. Y lo hicieron sólo para incrementar el interés de sus compradores.

Todo lo expuesto en el párrafo anterior está puesto al servicio de un film de venganzas y búsqueda de la verdad. Una cinta que avanza en forma de road-movie y con un muy bien llevado, aunque puramente cliché, elemento acosador en plan Terminator (James Cameron, 1984). Me refiero a un individuo que va tras los protagonistas… mientras estos, a su vez, van en busca de la verdad.

‘Sweet Girl’ está producida por el propio Momoa. Además cuenta con colaboradores asiduos del actor como Brad Peyton (productor) y Brian Andrew Mendoza (director y productor). Todo ello con el dinero de Netflix sobre la mesa. La fecha de estreno mundial en la plataforma líder del streaming fue el 20/08/2021. La música encaja a la perfección con el tono del relato y viene firmada por Steven Price. Por su parte, destacar la fotografía de Barry Ackroyd que va volviéndose más gélida y desesperanzada según van pasando los minutos. Desde sus idílicas postales en el bosque al comienzo, cuando todo era felicidad, hasta los derruidos moteles y carreteras que vamos encontrando en la huida hacía la verdad de los protagonistas.

Si uno ha seguido la carrera de Jason Momoa, fuera de sus incursiones en DC Comics y posterior a su lanzamiento mundial con su papel de Khal Drogo en ‘Juego de Tronos’, reconocerá rápidamente los ecos que hay en ‘Sweet Girl’ de sus anteriores proyectos. Lo relevante, junto al ritmo casi sin respiro, la acción y la búsqueda de la verdad y la venganza, es la relación paterno-filial. Aquí veremos cómo los pecados de los padres se traspasan a los hijos. Y como estos pueden seguir su camino o, por el contrario, tomar el suyo propio.

Obviamente la pérdida es un elemento clave en la película. Todos los personajes, especialmente los principales, la han sufrido. Esto se hace evidente en sus acciones y es muy importante para comprenderlos. Desde el propio Ray Cooper viendo cómo se va ennegreciendo su alma mientras la rabia se apodera de él… hasta Rachel que intenta encontrar el equilibrio mental, y vital, entre seguir su vida recordando los momentos vividos junto a su madre, o proseguir la implacable venganza que su padre prendió. A estos dos personajes se sumarán otros, siendo el más interesante Amos, un imparable limpiador contratado para borrar todos los hilos que puedan relacionarle con la persecución publica de Ray & Rachel. Ojo a la ineludible secuencia en la cafetería en donde dos reversos de la misma moneda se sinceran y se dan cita para sellar su destino.

Al margen de lo comentado, hay un elemento discordante a lo largo del relato. En un principio nos parecerá totalmente impuesto, incluso prescindible. Sin embargo, llegado el momento, y en un giro casi en el ultimo tramo del film, lo redescubriremos como clave para entender algunas acciones. Dicho elemento es Lex Scott Davis interpretando a la Agente Sarah Meeker. Eso sí, no todo encaja tras el giro citado y, seguramente, puede hacer que algunos se salgan totalmente del film y encuentren importantes agujeros argumentales. Personalmente considero que, ya subidos en la atracción, lo mejor es dejarse llevar y una vez finalizada la aventura hacer balance de todo.

Entrando más de lleno en el casting decir que Jason Momoa es el cabeza de cartel en su papel de Ray Cooper. No obstante, conviene resaltar para bien la durísima transformación de Isabela Merced (en ocasiones acreditada como Isabela Moner) como Rachel, una digna heredera del carácter y fuerza de su padre. Solo se puede alabar con total justicia su cambio de registro, especialmente si uno hecha la vista atrás a sus cintas anteriores. Bien podemos emparejar perfectamente su papel al de Dafne Keen enLogan (James Mangold, 2017).

Por su parte, Manuel Garcia-Rulfo también entrega un papel bastante relevante interpretando a Amos. A destacar que tiene algunos momentos notables, sobre todo dos tremebundos enfrentamientos físicos en un tren y el duelo final en el clímax. Ambas secuencias realmente muy bien rodadas. Amén de la imprescindible, y ya citada, secuencia de la cafetería.

Papel de menor importancia, pero clave en el relato, para Justin Bartha (Simon Keely) como un unidimensional monigote de un lobby farmacéutico. Y también para Amy Brenneman (Diana Morgan) como una senadora que quiere arrancar lo podrido a toda costa. Otro al que no conviene dejar pasar es Raza Jaffrey (Vino Shah) en un rol de pez gordo que cree tenerlo todo bajo control. Por último, sentida aparición prácticamente condensando en el primer acto de la puertorriqueña Adria Arjona (Rachel Cooper).

“Sé que lo haces por nosotros, pero también es cosa mía… Mientras sigamos juntos, seremos una familia” (Rachel)

En resumidas cuentas.
Acabo esta crítica de Sweet Girl, un film de venganzas que, aunque se pueda vender como un vehículo rutinario de acción y thriller dramático al estilo ‘Venganza’ (Pierre Morel, 2008), esconde dentro de su esqueleto narrativo elementos interesantes y ciertamente novedosos, incluso inesperados, aunque no todos insertados de forma perfectamente medida. A destacar la ambientación en Pittsburgh que nos hace sentir el frio en los huesos de los protagonistas y la presentación de Isabela Merced como aspirante a action-woman.

Tráiler de Sweet Girl

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