Soy el número cuatro
John Smith no es un adolescente cualquiera. Es un extraterrestre que vive oculto en la Tierra para evitar ser localizado y eliminado por los "Mogadorianos", unos belicosos alienígenas que destruyeron su planeta. John va cambiando siempre de lugar, debido a que cada vez que matan a uno de los suyos le sale una “peculiar” herida. Sin embargo, al instalarse en Paradise experimenta su primer amor con Sarah y su amistad con Sam. También consigue unas asombrosas habilidades que le permitirán derrotar a su poderoso enemigo. (Cineycine).
El trío Spielberg-Bay-Caruso nos trae una animada cinta de ciencia ficción con toques románticos. Una cinta que podría haber saciado a los más adolescentes y también a las fans de la saga ‘Crepúsculo’ (Catherine Hardwicke, 2008). Sin embargo, no fue así… Esta película resulta una cinta de acción que, a pesar de su trasfondo romántico, es de lo más entretenida. Ya mismo os lo comento en… ‘Soy el número cuatro’.
“No tienes ni idea de lo que soy capaz” (John Smith)
Crítica de Soy el número cuatro
Cuando en su momento visioné los trailers de ‘Soy el número cuatro’, comencé a pensar que la presente película sería un producto a raíz de la moda enfermiza de ‘Crepúsculo’. Más que nada por la presente “trama romántica” y la temática sobrenatural del film. Sin embargo, existe una póliza de seguros que para mí es de lo más fiable: Michael Bay. Sí, han leído bien, el californiano está presente en esta peculiar propuesta como productor. Eso siempre es sinónimo de una cosa: habrá buenas dosis de acción y se garantiza un mínimo de calidad.
Y, efectivamente, la presencia de Michael Bay y Steven Spielberg (que no aparece acreditado, pero fue el ideólogo del producto) además de la de D. J. Caruso, realizador en 2008 de la endiablada ‘La conspiración del pánico’, resultan unos más que aceptables salva-vidas a la hora de ver esta cinta. De hecho, y a pesar de las demoledoras críticas que recibió, ‘Soy el número cuatro’ es un producto entretenido, directo y muy sencillo (quizás, demasiado sencillo).
No obstante, la película tiene demasiadas carencias. Para empezar, y por un lado, su guión es de lo más intrascendente. Ahora bien, y de manera afortunada, el trío de guionistas sabe sacar a relucir buenas maneras. Al final terminan por entregar una historia aceptable aunque con un pobre de desarrollo de personajes. Personajes en los que se nota falta de carisma en la mayoría de ellos.
Por otro lado, las interpretaciones tampoco es que sean la repanocha. Eso sí, resultan lo suficientemente aceptables. Por ejemplo: Alex Pettyfer interpreta correctamente a John Smith. El resto de actores como Teresa Palmer o Timothy Olyphant no lo hacen mal… pero me sobra el personaje de Callan McAuliffe. Su rol es del típico adolescente molestado en un instituto. Tampoco me aporta nada Jake Abel dando vida al chulito de turno.
Tal y como he comentado antes, la presencia de Michael Bay en el proyecto da lugar a una serie de conseguidas escenas de acción. Escenas que proporcionan al film un mínimo de calidad (y diversión). Además, se cuenta con los notables efectos especiales de ILM para dar rienda suelta a los poderes de los protagonistas. Algunos de estos poderes bastante chulos. También lucen las criaturas alienígenas. Finalmente, la música la pone el ex_guitarrista Trevor Rabin. Su banda sonora resulta épica y poderosa acompañando bien a las imágenes del metraje.
En conclusión.
Finalizo esta crítica de Soy el número cuatro, una correcta y entretenida cinta de ciencia-ficción. A pesar de sus carencias funciona para verla en una tarde aburrida sin mucho que hacer.
Tráiler de Soy el número cuatro
Escucha nuestro podcast