Shin Godzilla
La mañana de Tokio se ve alterada por un suceso en la bahía: una extraña criatura de enormes proporciones llega a las costas y arrasa con todo a su paso. Sin embargo, y de improvisto, el monstruo decide dar la vuelta y llegar al mar. El gobierno, desesperado, crea un gabinete especial para intentar parar al coloso, quien resurge de las profundidades dispuesto a provocar el caos y la destrucción en Japón. (Cineycine).
El rey de los monstruos vuelve a su patria… Hideaki Anno y Shinji Higuchi, padres de ‘Evangelion’, traen a “Big G” a su país de origen en la más “experimental” de las películas del gigante atómico. Una película que rompe con los esquemas de una saga con más de 60 años a sus espaldas. Para bien o para mal, una fuerza imparable entra en escena: ‘Shin Godzilla’.
Crítica de Shin Godzilla
No resulta sorprendente que, al poco tiempo de que Legendary y Warner Bros tuvieran éxito en su resurrección del gigante atómico en tierras americanas, los mandamases de la Toho, viendo el resurgir de la moda de los monstruos gigantes (o daikaiju, como se le conoce en el país del sol naciente), trajeran de regreso a su personaje más popular y tesoro nacional en Japón: Godzilla.
Lo más sorprendente es que para esta tarea, Toho encargó a Hideaki Anno y Shinji Higuchi la labor de volver a traer al «lagarto» nuclear de nuevo al status que merecía. Aunque claro, la mancha japonesa era también más grande o peor que la que hizo Emmerich en 1998. En mi opinión, que ‘Godzilla: Final Wars’ (Riuhei Kitamura, 2004) fuese el film más caro de la Toho, el más largo en cuanto a duración y el más repleto de monstruos, no lo hizo mejor. De hecho, fue un fracaso en taquilla y los fans/críticos tampoco se portaron bien con la propuesta. Se puede decir que ‘Final Wars’ terminó de hundir al coloso atómico.
Tengamos en cuenta que Toho nunca ha sido una productora que haya dejado libertad creativa a sus respectivos directores. Contadas han sido las excepciones como se hizo con Ishiro Honda en ‘Mothra contra Godzilla’, con Shusuke Kaneko en ‘Godzilla, Mothra and King Ghidorah: All Monsters Out Attack’ o con Ohmori en varias películas dentro de “la era Heisei”. Sin embargo, algunos fracasos en taquilla, como el que protagonizó Riuhei Kitamura en la cinta del 50ª Aniversario del personaje, dolieron profundamente, tanto a las arcas de la productora japonesa como al fanbase nacional/internacional. Teniendo en cuenta este precedente, se les dio libertad creativa a Higuchi y Anno para pergeñar el film que tenían entre manos.
En primer lugar, Shinji Higuchi abandonó la idea del suitmation. Recordemos que esta técnica consiste en introducir a una persona en un traje y filmarlo a velocidad más lenta. Higuchi optó por crear un Godzilla 100% CGI. Así pues, el coloso fue creado por ordenador siendo el primer Godzilla generado de esta forma en su historia nipona. Por su parte, Hideaki Anno abandonó el concepto del versus (Godzilla enfrentándose a otra criatura) y se empeñó en devolver al «rey de los monstruos» a los terrenos metafóricos que, en su momento, tan bien hicieron Honda, Hashimoto o Kaneko en algunas de las entregas de «Big G». Todo esto con un presupuesto de 15 millones de dólares. Hablamos de 5 millones menos de los que contó Kitamura en la película que filmó hace 12 años.
En consecuencia, ‘Shin Godzilla’ retrotrae al Godzilla más metafórico. Inclusive, la controversia que se creó en torno al film ha sido abrumadora. Especialmente en torno a la idea de un Godzilla que difiere en cuanto a elementos catárticos al personaje que se ideó en 1954. Ahora bien, Hideaki Anno y Shinji Higuchi entregan un film muy sólido y con un reparto de actores solvente. Una cinta filmada de manera notable. Estamos ante un film que recuerda a ‘Evangelion’ en cuanto a componer planos de los ataques del monstruo, y que incluso hace algún guiño a Gareth Edwards a la hora de perpetrar algunos momentos en cuanto al punto de vista de los personajes para el descomunal tamaño de Godzilla (el más grande hasta el momento). Amén de contener ciertos guiños/homenajes a la saga en general.
¡Aviso a navegantes! ‘Shin Godzilla’ no es precisamente un film trepidante. Digamos que un 95% del metraje son diálogos entre los diferentes miembros del gobierno japonés sobre como atacar o solventar la situación con Godzilla. Y ya el 5% restante es Godzilla destruyendo a su paso la ciudad de Tokio. No obstante, pueden creerme cuando les digo que es sencillamente escalofriante y abrumador ver a un Godzilla tan poco emocional. El coloso parece casi como una catástrofe natural, avanzando por la urbe japonesa sin mostrar ningún tipo de comportamiento animal.
Sorprende el uso de algunos de los efectos de sonido de la franquicia de los 60 y la reutilización de la música de Akira Ifukube durante aquella época. Aquí tenemos temas sacados desde ‘King Kong contra Godzilla’ (Ishiro Honda, 1963), ‘Godzilla contra MechaGodzilla’ (idem, 1974) y hasta ‘Godzilla contra MechaGodzilla 2’ (Takao Okawara, 1993).
El film critica la ineptitud del gobierno nipón durante el tristemente famoso suceso de Fukushima. Una catástrofe que se les fue de las manos. Un desastre para el que el gobierno fue incapaz de lograr una respuesta rápida y efectiva de control. Así las cosas, Anno satiriza, aunque no del todo, al gobierno. Los mandamases quedan como unos peleles incapaces de solventar la situación. No obstante, muestra la fuerza del país con sus respectivas medidas, ejemplo: las Fuerzas de Autodefensa no pueden ejecutar un ataque militar a no ser que los civiles hayan despejado el área, o que el Primer Ministro autorice el ataque cuando el invasor haya atacado primero.
Desde luego, estamos ante el film más político dentro de la saga. Una cinta deudora absoluta de ‘El retorno de Godzilla’ (Koji Hashimoto, 1984). Así pues, el guion de Anno se centra en presentar a un gobierno que se ve abrumado por una situación tan poco convencional, y donde los diversos personajes deliberan sobre cómo detener al temible monstruo.
En relación a lo anterior es cuando surge la naturaleza controvertida del film. Ojo, se cuenta con una friolera de hasta 100 personajes. Lógicamente algunos más desarrollados que otro. Los dos más centrados, y los que podemos denominar como protagonistas, son Hiroki Hasegawa como Rando Yaguchi y Satomo Ishihara como Kayoko Ann Paterson. Ambos tienen más peso y sensación de llevar los mandos de la propuesta. Aunque el reparto en general cumple de manera bastante buena. También sobresale Ren Ohsugi (Primer Ministro) o Kengo Kôra en el rol del amigo de Yaguchi y Ministro de Defensa.
Finalmente, hay cierto empeño en el film de Anno y Higuchi con el sobreabuso de subtítulos para presentar personajes, vehículos, lugares, localizaciones,… Esto llega a ser cargante. Imagínense ver una cinta durante dos horas con subtítulos saltando constantemente diciéndole al espectador donde está, que vehículo está viendo, o que personaje está hablando. El otro problema de ‘Shin Godzilla’ es que, como ya expuse, se trata de la cinta más política del personaje para bien y para mal. La crítica a la clase política es sólida, pero en ciertos puntos se denota que el material resulta cansino y repetitivo, sobre todo cuando se tiende a presentar a los Estados Unidos de manera tan pedante e inservibles en la narración.
En conclusión.
Finalizo esta crítica de Shin Godzilla, un film que retrotrae al leviatán atómico al terreno donde realmente está mejor: en la crítica y metáfora. No obstante, esta película queda algunos peldaños por debajo del film de Ishiro Honda. Ahora bien, Anno y Higuchi entregan un film sólido, entretenido y bien interpretado. Al igual que Gareth Edwards lo logró en los USA, Hideaki Anno y Shinji Higuchi consiguen un buen retorno de “el rey de los monstruos” al país nipón.
Tráiler de Shin Godzilla
Escucha nuestro podcast
Tras leer la crítica, creo que el título más adecuado para este film habría sido este: ‘SIN GODZILLA’… jeje.
Jajajajajaja