Rebelión a bordo
Comparte con tus amigos










Enviar

“Portsmouth, diciembre de 1787. Contemplé con interés la nave que había de llevarme a la isla de Tahití. Un punto de destino tan alejado de Inglaterra que uno no podía ir más lejos sin comenzar el regreso. La duración de este viaje corría a parejas con la importancia de su misión. Yo había sido elegido de entre todos los jardineros de Inglaterra para llevarla a cabo”. Marlon Brando y Trevor Howard se hicieron leyendas en la “Bounty” en… ‘Rebelión a bordo’.

“Yo sí estoy en guerra: contra los malos vientos, las corrientes contrarias y los oficiales incompetentes. A usted le conviene unirse a mí en esta guerra… porque si no empiezo a ganarla pronto la lista de bajas puede ser considerable” (Capitán Bligh)

Crítica de Rebelión a bordo

El 8 de noviembre de 1962 se estrenó por todo lo alto, como un acontecimiento único e irrepetible, ‘Rebelión a bordo’ (Mutiny on the Bounty). El estreno tuvo lugar en Nueva York con una réplica de la Bounty luciendo en su puerto. Y con el mismísimo Marlon Brando en la premiere junto a un rutilante paseo de estrellas del momento. El film se lanzó a cines más de dos años después de lograr luz verde, y tras un año entero de rodaje en la Polinesia francesa y en estudios de Hollywood. Lo hizo además después de que su presupuesto asignado se fuera desde los 8 millones de dólares del primer golpe de claqueta hasta los 25 millones… Toda una barbaridad para la época que solo se vieron ciertamente empequeñecidos por el desembolso que supuso el tumultuoso rodaje de ‘Cleopatra’ (Joseph L. Mankiewicz, 1963).

La historia narrada es la del juicio sumarísimo acontecido en la Bounty como consecuencia de un motín. Actualmente se cumplen sesenta años de este film cuya leyenda se hizo más grande que la propia película. Y eso que el film era lo suficientemente grande como para enterrar cualquier leyenda, verdadera o falsa, sobre él… Tengamos en cuenta que ‘Rebelión a bordo’ es, ante todo, un espectáculo de aventuras con especial atención al detalle. Pueden observar detenidamente el memorable trato en cuanto a la réplica de la Bounty original, basada en los planos reales de la misma. Y también apreciar su rodaje en los parajes donde tuvieron lugar los hechos. Y todo esto redondeando con interpretaciones en colisión y un tono que inserta el humor cuando toca y, a su vez, aumenta la intriga y las tensiones a bordo.

Lo cierto es que estamos ante un largometraje de aventuras irrepetible. Una producción claramente mastodóntica, kamikaze e hipnotizante. Sin duda, su presupuesto luce en pantalla. A todas luces, aquellos ocho millones que pensaban invertir inicialmente se antojaban imposibles, ya que de ninguna manera hubiesen dado para filmar una película de tanta envergadura. Así pues, debemos estar agradecidos a sus vaivenes, puesto que el resultado fue un film indudablemente mejor y más redondo. Junto a la ya citada ‘Cleopatra’, dio carpetazo a las epopeyas hechas por encima de las posibilidades económicas de las majors. Por lo menos hasta finales de los setenta… cuando clásicos indelebles como Carga maldita (William Friedkin, 1977), Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) o ‘La puerta del cielo’ (Michael Cimino, 1980) tomaron su relevo en forma de descalabro monetario por encima del valor artístico.

Siguiendo con ‘Rebelión’, resaltar que su debacle financiera supuso el cierre a las postales creadas para la gloria de los astros de la pantalla. Su batacazo monetario dejó a Marlon Brando prácticamente marcado para morir. El mejor actor del momento necesitó más de una década para resurgir de sus cenizas y coronarse como el mayor icono actoral de la historia del cine. Mucho se ha escrito de este film que fue pasado por la quilla del barco de las grandes compañías, destruido por la prensa antes de atracar y lanzado a los tiburones. Pero más allá de la leyenda que se nos vendió, cierta en muchos aspectos concernientes a la mala planificación del rodaje, y a su excesivo gasto, cabe preguntarse: ¿Es ‘Rebelión a bordo una mala’ película? Eso es lo que intentáramos discernir a continuación.

Contestando a la pregunta diré que no estamos hablando de un film perfecto, ni mucho menos. Todo film que lleve consigo una duración de casi tres horas tiene, por consiguiente, sus vaivenes de ritmo y ‘Rebelión’ no escapa a ello. Pero lo atrapante de sus imágenes, la fuerza de sus interpretaciones y el bien llevado montaje hacen del film una película de aventuras en alta mar pocas veces igualada.

En la dirección, el que acabó por firmarla fue Lewis Milestone. Toda vez que el primer director asignado, Carol Reed (del gusto de Brando y un claro defensor de rodar una nueva versión del motín de la Bounty alejada de la realizada en 1935) fue despedido por su letanía a la hora del rodaje… El trabajo entregado por Milestone, y el ya rodado por Reed que nunca sabremos a cuanto ascendió, da pie a una buena serie de secuencias espectaculares. Secuencias ya sean plagadas de extras, y con un dedicado mimo a la veracidad en la estancia en la isla, o de forma tremebunda cuando las imágenes son en alta mar y nos narran el periplo de los viajes desde Inglaterra, pasando por el cabo de Hornos, y el de Buena esperanza.

En cuanto al script, oficialmente, fue Charles Lederer quien se encargó de adaptar la novela. Lederer trabajó, antes y durante la producción, siguiendo las indicaciones del productor Aaron Rosenberg y del propio Marlon Brando. Además, hasta cinco escribanos más, incluidos dos genios como Ben Hecht y Billy Wilder, tocaron el libreto en diversos puntos. En la fotografía destaca sobremanera la atrapante labor de Robert Surtees, el ganador de tres premios de la academia en toda su carrera por dichas labores.

La atronadora partitura corrió a cargo de Bronislau Kaper por la que fue nominado a los Oscars. Uno de los siete galardones a los que optó el film… no ganando ninguno. Apuntar que muchos de ellos los perdería en favor de ‘Lawrence de Arabia’ (David Lean, 1962), mitiquísimo film del mismo año que debía de protagonizar Brando y que, sin embargo, dejó pasar por no querer estar un año entero a lomos de un camello… El propio actor admitiría posteriormente que, a pesar de todo, el rodaje de ‘Rebelión a bordo’ fue una de las grandes experiencias de su vida. No en vano, acabó por descubrir profundamente Tahití… y por añadido a Tarita, la mujer con la que compartió pantalla y que acabó por ser su esposa y compañera de vida durante cerca de cuatro décadas. Además de la madre de buena parte de sus hijos.

Capítulo final de una película indudablemente imprescindible de su género, y de una factura visual inigualable, merecen las grandes interpretaciones del elenco. Empiezo con Trevor Howard como el Capitán Bligh, un villano a su pesar que destaca por sus andares marineros, su ceño fruncido y falta de alma en sus actos. Inigualable su pose ganadora cuando se acomete la rebelión que lo arroja de su propio barco. Por supuesto, destaca un hipnotizante Marlon Brando como Fletcher Christian. El mito saborea sus diálogos de forma maestra y hace una mezcla notabilísima de lo aprendido bajo el amparo del “método” junto a tics únicos de su persona. Redondea su performance con un acento británico digno de un señorito y su inenarrable vestuario cuando no está de servicio.

También para la historia del cine queda el envenenamiento del que hace gala Richard Harris en la piel de John Mills, uno de los principales brazos ejecutores del amotinamiento y un marinero que presume de saberse el reglamento. Ojo a sus históricos duelos con el propio Brando/Cristian ya que son oro puro. También buenos roles de acompañamiento para Hugh Griffith (Smith), Percy Herbert (Quintal), Richard Haydn (Brown) y Tim Seely (Ned Young).

Finalmente, otro personaje clave fue para Tarita Teripaia. Hablamos de una hija de un jefe de una tribu de Tahití que fue descubierta bailando en hoteles de la Polinesia. Su papel en el film (el único de su carrera) es el de Maimiti, el interés amoroso de Fletcher. Al margen de su consumado arte para bailar, tiene dos secuencias claves en la película: la primera acudiendo a la Bounty para pedirle cuentas a Fletcher y la segunda esforzándose dramáticamente en el clímax.

“Repugnante bastardo. No volverás a tocarme con tu asqueroso pie. Una nueva orden Bligh y su cabeza rodará por la cubierta. Por el cielo juro que lo haré. Cerdo repugnante. Y de usted gracias al diablo por no haberme convertido en un asesino” (Fletcher Christian)

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Rebelión a bordo, una de las más épicas y grandiosas aventuras en alta mar de la historia. Un film atrapante y magnífico por el que no parece pesar el paso del tiempo. Sin duda, una película para el recuerdo y que todo cinéfilo que se precie debe ver por lo menos una vez en la vida.

Tráiler de Rebelión a bordo

Escucha nuestro podcast