Trash, ladrones de esperanza
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Esta película apela directamente a la amistad y a no rendirse jamás frente a las injusticias. Una cinta que demuestra que, aún con todo en contra, también es posible pelear en importantes batallas que cambien tu vida para siempre. Es tiempo de tener un poco de esperanza gracias a… ‘Trash, ladrones de esperanza’.

“No libres batallas que te amarguen o que te maten” (Padre Julliard)

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Crítica de Trash, ladrones de esperanza

Agradabilísima sorpresa la que me he llevado con esta película. En principio me sentí atraído hacia ella por la presencia en el reparto de Rooney Mara, una actriz que me encanta. También el argumento me pareció interesante. En consecuencia, decidí darle una oportunidad. Y la verdad es que tras verla me sentí altamente satisfecho. Ahora estoy esperando que forme parte de mi colección personal.

Entrando ya en materia decir que el film nos cuenta las experiencias de tres chavales pobres de Río que se ven envueltos en una aventura que les supera completamente. Sin embargo, el tesón y la amistad les empujarán a intentar sobrepasar todas aquellas dificultades que se encuentren. En este sentido, el film en primer lugar es un canto a la amistad. A esa amistad pura y desinteresada que, tristemente, queda enterrada con la infancia y la juventud. Es admirable ver como Raphael, Gardo y Rata se ayudan y apoyan hasta el fin sin más intereses que los lazos que los unen.

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‘Trash’ también va muy acorde con los tiempos que vivimos. De esta forma, su libreto lanza un mensaje clarísimo para luchar contra la desigualdad y la corrupción. En este caso, la corrupción política y policial de Brasil-Río de Janeiro. Ahora bien, las tropelías que vemos en pantalla no son patrimonio del “país del fútbol”, ya que en España también sabemos mucho de todo esto… La corrupción va quedando totalmente desnuda en una trama de intriga a la que hay que estar muy atento desde los primeros minutos. Una trama que se va desarrollando a lo largo del metraje a través de tres elementos: la cartera que encuentran los chavales, su contenido y una Biblia. Finalmente, la citada corrupción queda personalizada en Santos, el corrupto aspirante a alcalde de Río, y también en Frederico, su inmisericorde, bestial y comprado inspector de policía.

Por otro lado, la película deja su sitio o pequeño hueco para acordarse de la gran labor de los buenos sacerdotes. Me refiero a aquellos curas que honran el alzacuellos y no a otros. Por supuesto veremos también la labor que las trabajadoras de las ONGs realizan en zonas de gran pobreza con poca o ninguna ayuda. Para ellos, sacerdotes y cooperantes, este film aporta un buen y merecido homenaje/recuerdo en los personajes interpretados por Martin Sheen y Rooney Mara.

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Al margen del guión, otro aspecto destacado es ver como su director, Stephen Daldry, logra captar sobresalientemente bien en pantalla la atmósfera y los ambientes de pobreza por dónde se mueven los jóvenes amigos. Me refiero a lugares como: los vertederos, las cloacas, las favelas, la casa del padre Julliard,… No pierdan tampoco detalle de la genial caracterización de los niños protagonistas y fíjense en esas uñas llenas de roña, los andrajosos ropajes o la suciedad pegada a la piel del que hace mucho tiempo que no se baña.

También es justo citar la muy buena banda sonora original compuesta por el brasileño Antonio Pinto. Aquí tenemos una música que, lógicamente, cuenta con muchas canciones brasileñas que animan las diferentes escenas y secuencias que vamos viendo a lo largo de sus casi dos horas de metraje.

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En los papeles protagonistas, al igual que sucedió en Capitán Phillips(Paul Greengrass, 2013), tenemos a tres chavales que antes de ‘Trash’ no habían tenido casi ningún tipo de experiencia delante de las cámaras. Tres chicos que proceden de las favelas y que fueron elegidos gracias a un casting abierto en Río. Ellos son Rickson Tevez (Raphael, el líder del grupo con un tesón y coraje inquebrantables), Gabriel Weinstein (Rata, vive en las alcantarillas y ya conoce algo de la delincuencia) y Eduardo Luis (Gardo, el más inteligente y el que más domina el inglés). Decir que los tres chicos están sensacionales en sus papeles. Me quedé muy sorprendido y entusiasmado con la naturalidad con la que se muestran y se desenvuelven haciéndose los amos del film. Naturalmente les ayuda mucho el ser conocedores, de primera mano, de los ambientes reflejados en la cinta.

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Entre los adultos tenemos a un genial Martin Sheen que nos recuerda lo gran actor que siempre ha sido realizando una brillantísima interpretación del padre Julliard, uno de esos sacerdotes que se desvive por la comunidad en la que realiza sus labores de “misionero”. A su lado tenemos a Rooney Mara como Olivia, una joven perteneciente a una ONG que trabaja con Julliard enseñando inglés a los chicos pobres. Como apunte puramente personal, y pese a lo mucho que me gusta Rooney, entiendo que en sus películas debería empezar a sonreír más. Caso de no hacerlo, entonces, corre el riesgo de quedarse atrapada para siempre en el papel de “chica triste”…

Y finalizo este apartado de las interpretaciones con dos menciones para Wagner Moura y Selton Mello. Ambos destacan, especialmente Mello, en sus roles de José Ángelo (el hombre que, al arrojar la cartera, desencadena toda la historia) y Frederico (el malvado para el que no puede haber ningún tipo de perdón… dado su cruel comportamiento a lo largo de la película). Ojo a las escenas en las que Mello enseña a Raphael lo que es “la montaña rusa” y lo que significa caer en sus garras…

“No temas más. Todo está cumplido” (José Angelo)

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En conclusión.
Poco más puedo aportar en esta conclusión final que no haya expuesto ya a lo largo de esta crítica de Trash, ladrones de esperanza. Si acaso, recomendarles que la vean porque disfrutarán de una película con un buen mensaje, una logradísima ambientación y unas actuaciones todas ellas sobresalientes. Sorpresa muy positiva y a tener en cuenta.

Tráiler de Trash, ladrones de esperanza

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