Noche de paz
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Esta noche es Nochebuena y Santa Claus viene a repartir… ¡muchos palos! Tommy Wirkola y los responsables de ‘John Wick’ nos deleitan con una cinta navideña que nos trae a un Papá Noel muy distinto. Sí, es cierto que sigue repartiendo regalos… pero si has sido malo, ¡prepárate porque esta no va ser tu ‘Noche de paz’!

“Santa se los va a comer como si fueran galletas” (Santa Claus)

Crítica de Noche de paz

La mejor manera de que el espectador sepa lo que va a visionar con esta nueva cinta de Tommy Wirkola es definirla de la siguiente forma: “Imaginaos ‘Jungla de cristal’, pero con un Santa Claus malhablado y borrachuzo como protagonista. Un Santa que todavía quiere hacer felices a los niños”. A eso, súmenle la cantidad de sangre y violencia habituales del director noruego. Y así tenemos ‘Noche de paz’. Conviene resaltar también que el film viene apadrinado por David Leitch. Y del guión se han ocupado Pat Casey y Josh Miller, los guionistas de las dos películas de Sonic. Entre todos nos entregan un producto de corazón navideño y cargado de homenajes a otras películas del género (¿alguien ha dicho ‘Solo en casa’?), pero con un tono macarra, violento y honesto. Es imposible no rendirse ante su total falta de pretensiones más que el divertimento puro y duro.

Tommy Wirkola es todo un especialista dentro del fantástico. Y ahora se atreve con la acción en esta particular versión de Jungla de cristal (John McTiernan, 1988), a la que incluso lanza referencias directas. Por otro lado, Wirkola es consciente de que al estar avalado por los responsables de la saga John Wick (Chad Stahelski y David Leitch, 2014) debe poner claramente toda la carne en el asador con la acción. Y Wirkola pone todo su empeño en que la propuesta funcione como un tiro. Todo dentro de un metraje tremendamente acertado en cuanto a su duración. El film va tan rápido que el público no tiene tiempo de pensar excesivamente en la escasa profundidad de los personajes o en la delirante premisa. De esta forma, el espectador se ve totalmente atrapado por esta accionera y divertida producción.

En la película se explican los motivos por los que Santa Claus es tan malhablado y crítico con el consumismo actual. Tan es así que está dispuesto a abandonar su trabajo. Además, hay un “background” que explica las capacidades guerreras que demuestra a lo largo del metraje. En este sentido, la acción resulta violenta, sangrienta y digna de una cinta de acción de los 80 en todo su esplendor. Que no quepa duda de que cuando Santa decida tomar cartas en el asunto, entonces, habrá una sangría considerable y destrozos de huesos…

Las set-pieces más importantes se concentran en el final del segundo acto y durante todo el tercero. Ahí es donde Wirkola abraza sus raíces plantadas en Zombis Nazis (2009) yHansel y Gretel: Cazadores de brujas (2013). El realizador combina el gore con los tópicos navideños y clichés de Santa Claus. Esto, sin duda, dota de frescura al film de cara a que el espectador acepte su propuesta. La dirección de Wirkola es nítida y total en cuanto a la hora de mostrar la violencia que Santa ejecuta sobre los diferentes malosos. Incluso el citado guiño a ‘Solo en casa’ (Chris Columbus, 1990) se podría considerar la versión realista de las trampas que ponía el personaje de Macaulay Culkin.

Teniendo en cuenta lo anterior, el punto fuerte de la cinta es el espectáculo violento que nos ofrece Tommy Wirkola en las secuencia de acción. Atención al plano secuencia de la primera set-piece con Santa Claus frente a uno de los mercenarios… en la misma, cada golpe se visualiza claramente dejando atrás los caóticos enfoques que el cine de acción nos venía ofreciendo. Al final, lo que queremos ver aquí es a Santa repartiendo estopa de la buena. Y, en este aspecto, el film da exactamente lo que promete…

Tampoco me puedo olvidar de otra de las sorpresas de la cinta. Me refiero a la banda sonora de Dominic Lewis. Su score homenajea totalmente a Michael Kamen en el referenciado y reverenciado film de John McTiernan. Por supuesto, atención a la aparición de diversas canciones navideñas acompañando algunas de las set-pieces. Los “villancicos” rematan un espectáculo sumamente efectivo.

Evidentemente, ‘Noche de paz’ no tendría impacto sin un protagonista a la altura. En este caso se trata de David Harbour. El actor pasa de su personaje del sheriff Hopper deStranger Things a este violento Papá Noel… y lo hace con una soltura y carisma tremendamente sólidos. Además cuenta con un villano a la altura: el maloso Mr. Scrooge interpretado por John Leguizamo. El intérprete latino ofrece un malvado anti-navideño total y que adora los métodos de tortura con temática navideña. Un tipo que solo quiere coger su millonario botín y marcharse junto a su variopinto grupo de mercenarios. Ojo, cada uno de ellos con un nombre relativo a la Navidad (como el propio Scrooge). Leguizamo se lo ha pasado en grande con este sádico personaje: un bellaco puro de los 80.

Y tampoco nos puede faltar la típica familia disfuncional. En este caso son los Lightstone. Su trío principal son: Linda, Jason y la pequeña Trudy, interpretados respectivamente por Alexis Louder, Alex Hassell y Leah Brady. A este trío se le suma otro, el compuesto por: Alva, Morgan y Bert, a los que les ponen rostro Edi Patterson, Cam Gigandet y Alexander Elliot. El colofón lo representa la matriarca: Gertrude Lightstone, a la que da vida Beverly D’Angelo. Todos ellos se convierten en los rehenes de Scrooge y sus esbirros. Los Lightstone ofrecen situaciones delirantes y tremendamente divertidas en los momentos en los que la cámara repara en ellos.

“La Navidad muere esta noche” (Scrooge)

En conclusión.
Acabo esta crítica de Noche de paz, una de esas películas que, viendo los antecedentes anunciados, sólo cabe decir que cumple perfectamente sus objetivos: ofrecer un disfrutable film de acción con corazón puramente navideño. Además contamos con un Santa Claus malhablado dispuesto a repartir a diestro y siniestro.

Tráiler de Noche de paz

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