Megalodón
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Jason Statham, al igual que su colega dentro del cine de acción, Dwayne Johnson, ha querido probar suerte dentro del género de las “monster-movies”. Y no lo hace con una película cualquiera, sino con una en la que nuestro querido tipo duro británico se las tiene que ver con un gigantesco escualo. Un tiburón prehistórico conocido como… ‘Megalodón’.

“Estoy feliz de saber que no estoy loco” (Jonas)

Crítica de Megalodón

Desde que se estrenase la aclamadísima Tiburón (Steven Spielberg, 1975), Hollywood se ha obstinado en explotar la figura de los escualos asesinos en la gran pantalla. Tampoco le ha hecho ascos a otros seres marinos asumiendo ese rol. Sin embargo, los resultados han sido dispares desde aquel lejano verano del 75. Desde entonces hemos tenido de todo: desde las infumables secuelas del film de Spielberg hasta productos tan curiosos comoMako: El tiburón de la muerte (William Grefe, 1976). Actualmente, y con el “sharkxplotation” disparado gracias a Asylum y su saga ‘Sharknado’ (Anthony C. Ferrante, 2013), era cuestión de tiempo que en Hollywood se decidiesen, por fin, a adaptar la novela de Steve Alten conocida como ‘The Meg’. Novela aquí traducida para el film como ‘Megalodón’.

La novela de Alten ya intentó ser llevada al cine en su día. Hablamos de los 90 cuando Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993) se estrenó en salas y los estudios se subieron al carro de explotar las “creature features”. Este tipo de films tuvieron un repunte de popularidad gracias al uso del recién descubierto CGI y las animatrónicas. Disney intentó estrenar ‘Megalodón’ con Jan de Bont como director del asunto, pero las desavenencias entre el estudio y el director hicieron que el sueño se hiciese pedazos. Y eso que Disney podría haber usado para ello sus divisiones para adultos y cine no familiar como Touchstone o Miramax. Años más tarde fue Guillermo del Toro el que puso sus ojos en ‘The Meg’. Finalmente, el mexicano pasó del film al estar más interesado en otros proyectos.

Quien más cerca estuvo de llevar el proyecto a la gran pantalla fue Eli Roth con Warner como productora. No obstante, surgieron desencuentros. Roth quería una cinta violenta y gore, mientras que Warner quería apostar lo máximo por algo para arrasar en taquilla. Esto último hizo que Roth, y su guión, acabaran desapareciendo de las miras de la Warner Bros. Aunque el estudio no se quiso rendir, y más contando con el apoyo de Gravity Pictures, compañía cinematográfica china. De esta forma terminaron fichando a un cineasta artesanal como Jon Turteltaub y re-escribiendo el libreto para conseguir la co-financiación del gigante asiático.

Ahora vamos al meollo de la cuestión, ‘Megalodón’ prometía mucho y tan solo cumple a medias. Es cierto que estamos ante un producto loco, disfrutable y honesto en todas sus bases. Ahora bien, tal y como he dicho, “cumple a medias”. La película de Turteltaub es un festival de homenajes a lo que serían las “monster-movies” de los 90. A la cabeza me viene la desvergonzada ‘Mandíbulas’ de Steven Miller o el telefilm ‘La bestia’, basada en una novela de Peter Benchley, autor de ‘Tiburón’. El film también homenajea al “sharkxplotation” que ha predominado en los últimos años. Eso sí, sin llegar a los niveles de obras recientes como Infierno azul (Jaume Collet-Serra, 2016), por citar un buen ejemplo de este subgénero.

Es innegable que Jon Turteltaub cumple en el apartado de entregar un producto honestísimo en varias de sus facetas, inclusive los clichés del género. Además, la sombra del tiburón de Spielberg es alargada, y Turteltaub lo sabe, homenajeando en casi todo momento e inclusive parodiando ciertos detalles de la mítica película. Sin embargo, uno esperaba que, como mínimo, esta cinta se acercase a un espíritu más lúdico y flipado como fue Proyecto Rampage (Brad Peyton, 2018), ya que había ingredientes para ello.

Por otro lado, Turteltaub y Statham constataron que, cuando filmaron la película, había ciertas secuencias gore y sangrientas. No obstante, el estudio se negó en rotundo a incluirlas en favor de un PG13 más limpio y orientado a un público mayoritario. En consecuencia, ‘Megalodón’ ha tenido un tremendo lavado de cara que termina por quitarle cierta potencia. Ojo, se puede bordear la línea del PG13 sin llegar a la R. Se ha hecho en muchas ocasiones, especialmente en un subgénero como este.

A pesar de este enorme “lavado”, el film de Turteltaub no deja de ser una producción divertida, de una «autoconciencia» de aúpa y de un sentido del humor bastante competente, especialmente gracias a su compenetrado reparto. Aquí, lógicamente, destaca Jason Statham dando vida a Jonas Taylor. Se nota que el británico se lo pasa pipa en este tipo de roles de tipo duro y soltando sus one-liners. «Sentencias» ofrecidas por un guión que sabe muy bien qué tipo de propuesta es esta. Al lado de Statham, intérpretes como la artista china Bingbing Li, el curtido Cliff Curtis como el colega de Taylor, Ruby Rose o Rainn Wilson en su rol de Morris, un multimillonario pasado de rosca.

En el campo del CGI decir que la creación de este enorme tiburón es un tanto dispar. Hay secuencias donde se notan unos efectos cuidados y bastantes pulidos. Por el contrario, hay situaciones donde los cromas son bastante notorios (esos cielos) o que el propio tiburón parece más cercano a un CGI “en bruto” y bastante notorio en varias tomas bajo el agua, especialmente durante el final de la película.

En conclusión.
Acabo esta crítica de Megalodón, una propuesta disfrutable para visionar en verano, no solo por su enorme honestidad, sino también por su sentido de homenaje al género. Ahora bien, la película queda lastrada por la obsesión del estudio en ganar dinero… quitando cierta parte del encanto a lo que podía haber sido una gloriosa y deliciosa cinta de serie B.

Tráiler de Megalodón

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