Lukas
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“Lo único que sé de ti es que te llamas Lukas. Eres portero de una discoteca y casi matas al hijo de un tipo importante. Quiero que trabajes para mí…”. Hoy hablamos de un enérgico ejercicio de género pleno de tensión. Acción seca y brutal rodada magistralmente que nada tiene que envidiar a films con diez veces su presupuesto. Hablamos del último actioner en pie de la vieja escuela. Es Jean-Claude Van Damme y esto es ‘Lukas’.

“La primera vez que te vi, acababas de darle una paliza a un montón de tíos mucho más jóvenes que tú. ¿No sabía si estabas como una puta cabra o eras un superviviente?”(Jan)
“Un poco de ambas, supongo” (Lukas)

Crítica de Lukas

Se podrán verter ríos de tinta acerca del comportamiento pasado de Van Damme fuera de los platós de cine. También se podrá hablar de su cacareada vida privada. Sin embargo, lo que no se puede negar es que, cinematográficamente hablando, hace tiempo que pagó su penitencia en Hollywood. Allí le cerraron las puertas de por vida desde que ‘Soldado Universal: El retorno’ (Mic Rodgers, 1999) fracasó en taquilla.

Durante su paso por el purgatorio del VOD, Van Damme ha dejado un buen número de buenas películas. Films que se han ido intercalando con otros DTV de baja estofa obligado por contrato. El pasado 2018 viajó hasta su país natal para protagonizar ‘The Bouncer’ aka ‘Lukas’. Al frente de la dirección el interesante Julien Leclercq. Con un importante apoyo de Canal+ Francia, ‘Lukas’ acabó llegando a cines en varios países europeos e incluso tuvo una salida limitada en EEUU. Ahora nos llega a nuestro país, directa a DVD, primero en alquiler (13/02/19) y luego en venta (07/03/19).

‘Lukas’ es un descarnado thriller a la francesa. Un film que recupera la esencia de los clásicos de estilo polar de los años 70. La película cuenta con un importante halo de tensión permanente y avanza al ritmo del personaje cuando va siendo más y más presionado por su jefe para introducirse en el submundo criminal belga-holandés. Al mismo tiempo, la Interpol le presiona para que avance en su labor de confidente.

La atmosférica dirección de Julien Leclercq va directa al grano desde que le damos al play. Aquí encontraremos muchas escenas filmadas cámara en mano, buscando acercarse de lleno al protagonista central. También atención al uso del plano secuencia en la primera entrada de Lukas en la discoteca, o cuando este acude a las cuadras y debe de salir a toda prisa. Este último es realmente impactante por el acercamiento final al desencajado rostro de Lukas.

No vamos a vender ‘Lukas’ como un film de acción genérico más en la filmografía de Van Damme. No lo es. Tiene importantes momentos de acción y están bien esparcidos por su metraje, pero todos están movidos por los acontecimientos. El primero de ellos tiene lugar en el sótano del night-club y llega de forma totalmente inesperada, tanto para el protagonista como para el espectador. Esa set-piece está resuelta de una forma real y visceral… y marca el tono de toda la película. Estamos ante en un film que busca acercarse lo máximo posible a la realidad con una fotografía plenamente destemplada.

Apuntar también el buen libreto de Jéremie Guez, sin ser nada novedoso, no da ninguna concesión al espectáculo. El guión absorbe el tono de cine negro clásico que acaba de redondear la fotografía plena de frialdad. Labor esta última a cargo de Robrecht Heyvaert. Ojo a este director de fotografía que acaba de dar el salto a Hollywood con ‘Bad Boys for Life’ (Adil El Arbi, Billal Fallah, 2020). Por último, la score viene firmada por Nicolas Duport.

Van Damme da vida al Lukas del título. Lukas es un antiguo portero de discoteca ya en la cuesta abajo física de su vida. Además, acaba perdiendo su trabajo por un malentendido roce con el hijo mimado de un político. Bordeando el desahucio, acaba aceptando un deleznable empleo como gorila de prostíbulo, en realidad tapadera de una peligrosa asociación criminal.

El trabajo de Van Damme es muy áspero y absolutamente mimetizado con su personaje. Jean-Claude está rebosante de carisma y llenando cada plano. Su labor y la dirección sobria y contundente por parte de Leclercq son las grandes bazas de ‘Lukas’. Ambas unidas a su ajustadísima duración de sólo 83 minutos contando créditos finales. Intencionadamente, la cinta dejará algunas cosas a la imaginación del espectador, como todo buen thriller criminal Old School.

Al lado del belga nos encontramos un elenco puramente europeo. Sveva Alviti es Lisa Zacherini, una estafadora que se replantea su vida metida hasta el tuétano en el mundo criminal. Buena labor y buenos momentos dramáticos para ella. También buen trabajo para Alice Verset como Sarah, la hija de Lukas. La chiquilla sabe que su padre siempre estará para ella y, de la misma manera, ella es su soporte vital.

En el otro lado del espectro encontraremos a Sami Bouajila (Maxim), Kevin Janssens (Geert) y Sam Louwyck (Jan). El primero es un agente de la Interpol que ansía acabar con la organización criminal y acaba reclutando a Lukas como confidente. La interpretación de Bouajila es intencionadamente inquietante. Tan es así que no sabe muy bien cuál es su verdadero cometido hasta llegado el desenlace. Janssens es la mano derecha del jefe del club y sospecha de Lukas desde el primer momento. Por último, Louwyck interpreta a un tipo de negocios que se mueve como una serpiente en la noche.

Quedan para el final los cameos expendables del rapero Kaaris (Omar) y el deejay de nombre artístico Dimitri Vegas. Ambos interpretan a un antiguo compañero de trabajo de Lukas y el cliente que acaba haciendo que lo despidan, respectivamente. No hay lugar en el film para ninguno de los hijos de Van Damme en la vida real. Estos se habían vuelto unos asiduos de los últimos DTV de su padre. El hecho de no aparecer en esta historia se agradece, ya que habría quitado mucha de la pátina realista al film.

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Lukas, un implacable thriller criminal. Contiene destellos del mejor cine negro setentero y unas claras reminiscencias al estilo de William Friedkin. Especialmente de sus películas claves del policíaco como ‘French Connection’ (1971) o ‘Vivir y morir en Los Ángeles’ (1985). Una película que marca un nuevo camino crepuscular para su protagonista, Jean-Claude Van Damme, quien deja bien claro, por enésima vez, que es mucho más que músculos y patadas. Sin lugar a dudas, este film es un buen descubrimiento.

Tráiler de Lukas

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