Jean-Claude Van Damme
Comparte con tus amigos










Enviar

Filmografía de Jean-Claude Van Damme.

Hoy narramos la historia de un niño que soñaba con ser parte del mágico mundo del cine. A base de constancia, perseverancia y disciplina logró tocar la cima del mundo con sus dedos (o con sus puños, en este caso). Nos referimos a “Los músculos de Bruselas”… Jean-Claude Camille Francois Van Varenberg, nombre artístico Van Damme.

“Mis sueños sólo podían hacerse realidad en Estados Unidos. Yo crecí como un niño delgado y tímido en Bélgica. Todo lo que he logrado es como un milagro” (JCVD)

Inicios.
Jean-Claude Camille Francois Van Varenberg nació el 18 de octubre de 1960 en Bruselas (Bélgica) como hijo de una florista (Eliana) y un contable (Eugene). Su padre acabaría dejando su empleo para abrir un negocio conjunto debajo de su casa. El joven Jean-Claude tendría una infancia lejos del atleta que luego lograría ser. De pequeño era un niño tímido, miope, muy delgado y que tardó en crecer un poco más que sus compañeros de clase.

Su físico cambiaría a los 16 años, al volcarse hacia el mundo de las artes marciales y el culturismo. Todo ello animado por su padre y por su mentor, Claude Goetz. Van Damme lograría ser campeón en ambas artes en campeonatos nacionales y europeos. Además, desde que alcanzó la mayoría de edad, Jean-Claude logró montar su propio negocio. Me refiero a un gimnasio de éxito en su Bruselas natal llamado California Gym.

El sueño del cine.
Ya a finales de los años setenta, tras visitar Estados Unidos para algunos combates, comenzaría a sentir una fascinación incontrolable hacia el mundo del cine. Entrada la década de los ochenta logra reunir una importante suma de dinero. Con la cartera «llena», y junto a su amigo y sparring, Michel Qissi, viaja hasta Milán para promocionarse como futura estrella de cine. Van Damme se define como un joven europeo más técnico y musculado que Chuck Norris y tan flexible como Bruce Lee. En el Festival de Milán logran sacar multitud de contactos y promesas… pero luego se descubren como solo eso: “promesas”.

Oficialmente, Van Damme deja Bélgica en 1981. En un periodo de tiempo tan sólo conocido por él mismo se instala en Hong Kong. Allí intenta entrar a formar parte del equipo de especialistas de Jackie Chan, algo que no consigue. Lo cierto es que hasta 1984 existe un periodo de tiempo lleno de rumores y leyendas. Según estas «historias» Van Damme viviría prácticamente como un ilegal en América, incapaz de mantener un trabajo fijo, deambulando temporalmente y llevando a cabo toda clase de oficios: limpiador de alfombras, conductor de limusinas, guardaespaldas, gorila de discoteca y entrenador personal.

Primeros papeles.
En el año 1983 Van Damme consigue conocer a Chuck Norris y ser su sparring durante algunos meses. Norris llevaría de nuevo al belga hasta el continente asiático. Allí intervendría como especialista enDesaparecido en combate (Joseph Zito, 1984), su personaje moría antes de subir a un helicóptero sin poder mirar a la cámara. Sin embargo, y viendo la imposibilidad de poder destacar al lado del karateka, Van Damme abandona su tutela. Así afronta sus peores años en USA, llegando incluso a dormir en la calle. Todo hasta que hace una apabullante demostración de cualidades físicas y marciales en su primera aparición para cines en ‘Retroceder nunca, rendirse jamás’ (Corey Yuen, 1986). Esa aparición marcaría sus siguientes papeles durante cinco años. Durante ese tiempo repetiría el mismo papel de europeo practicante de artes marciales. Eso sí, con más diálogo y desde el lado bueno de la ley.

Su momento de la verdad fue en 1986 al ser contratado y despedido del set de Depredador (John McTiernan, 1987), sin tener la oportunidad de llegar a rodar con Arnold Schwarzenegger. JCVD debía de dar vida al Depredador del título. Para ello tenía que disfrazarse con un horrible traje de alienígena rojo que luego sería desechado por Stan Winston. Existen dos versiones del despido de Van Damme. La primera es que se hizo despedir después de haber cotizado lo suficiente como para ser dado de alta en el sindicato de actores. La otra es que ya había firmado para hacer Contacto sangriento (Newt Arnold, 1988) cuando llegó el momento de rodar su parte de ‘Depredador’. Así las cosas, y viendo que su integridad física corría peligro debajo del traje alienígena (más sus desavenencias con Joel Silver), terminó por abandonar.

Trabajando para la Cannon.
En 1986 Van Damme deja México (donde se filmaba ‘Depredador’) para viajar hasta Hong Kong. La orden inmediata era ponerse al frente de Contacto sangriento (Newt Arnold, 1988). La post-producción de este film de la Cannon, originalmente rodado de forma independiente por Mark DiSalle, llevaría cerca de dos años. Durante ese tiempo, el belga se vio obligado a participar en una nueva cinta. Hablamos de ‘Águila negra’ (Eric Karson, 1988) con Sho Kosugi explotando sus últimos resquicios de fama. Van Damme interpretaría al villano.

Tras el éxito ‘Contacto sangriento’, Van Damme firma un contrato para dos películas más con la Cannon. Un contrato que no cumpliría debido a la quiebra de la compañía. De hecho, la cinta que rodaría a continuación era un anticipo del fin de la Cannon, un film post-apocalíptico titulado Cyborg (Albert Pyun, 1989). Poco tiempo después su contrato es vendido a Mark DiSalle, el co-director de Kickboxer (David Worth, 1989), quien también produjo Libertad para morir (Deran Sarafian, 1990).

Al año siguiente, y ya como agente libre, co-escribe su propia versión de una de las grandes obras de Alejandro Dumas, ‘Los hermanos Corso’. Esta versión accionera es dirigida por Sheldon Lettich (el otro guionista principal, y uno de sus colaboradores más afines) y es bautizada como ‘Doble impacto’ (1992). El éxito del film le da la posibilidad de rodar su primera película netamente americana y en territorio norteamericano, ‘Soldado Universal’ (Roland Emmerich, 1992). Van Damme la protagoniza junto a otro coloso de moda, Dolph Lundgren.

Alcanzando el éxito.
Después de ‘Soldado Universal’, Van Damme consiguió “robarle” a Patrick Swayze el papel protagonista enBlanco humano (1993), para la cual Sam Raimi logró reclutar al rey del bullet-time, John Woo. A partir de este momento, la carrera de Van Damme empieza a subir como la espuma. Al mismo tiempo, la prensa y su carácter abierto comienzan a darle problemas. Los rumores de una mala relación con John Woo, y de ciertas maniobras de estrella celosa, llegan hasta los tabloides. Mientras tanto, de puertas para afuera, Woo alaba la profesionalidad de su estrella… y Van Damme la disciplina del asiático. Lo cierto es que no volverían a trabajar juntos.

Para paliar los rumores acerca del excesivo control sobre sus películas firma un contrato para dos films con Peter Hyams. También sueña con dirigir su propia ‘Operación Dragón’. Además, evalúa la posibilidad de ser la estrella principal de una adaptación de un célebre videojuego a la gran pantalla. TantoTimecop (1994) como Muerte súbita (1995) elevan la categoría de su protagonista un peldaño más. Ya nadie habla de que dijera “no” para ser el villano de ‘Demolition Man’ (Marco Brambilla, 1993). Tampoco de que dejara pasar ‘Speed’ (Jan De Bont, 1994). Van Damme está en su mejor momento.

Poco después consigue la cima de su carrera con un cheque de 7.250.000 $ por dar vida al Coronel William F. Guile en Street Fighter (Steven E. De Souza). Pero los cien millones de recaudación no sirven para ampliar su status de estrella de acción. El actor falta a su palabra: “Cada película que hago, debe ser mejor que la anterior. Mejor guión, mejor reparto y mejores medios”. Nadie sale contento de ‘Street Fighter’, ni los fans del juego ni los fans de Van Damme. Ambos claman su decepción por una adaptación infantilizada y con numerosas licencias.

Caída a los infiernos.
Durante los siguientes años se embarca en una de las grandes aventuras de su vida: escribir, producir, dirigir y protagonizar ‘The Quest. En busca de la ciudad perdida’ (1996). Sin embargo, diversos retrasos en la filmación, problemas de casting, diferentes recortes y la falta de un guión definitivo hacen que la película no sobresalga. Al final, termina convertida en un pastiche de aventuras, artes marciales, comedia y acción histórica. El film acaba siendo el más caro de su carrera. Para colmo, Universal lo distribuye en mitad del anuncio del fin de su tercer matrimonio. Empezaba su caída a los infiernos.

Para huir de la prensa, y la presión mediática de Hollywood, Van Damme acepta protagonizar dos films filmados fuera de USA y bajo las órdenes de Tsui Hark. SonDouble Team (1997) yEn el ojo del huracán (1998). Ambas cintas se revelarían como una metáfora del estado artístico y emocional de su estrella protagonista: caóticas, alocadas y, por momentos, imposibles de sostener. Como era previsible, Van Damme terminó sucumbiendo y tuvo que esforzarse en superar sus adicciones, problemas psicológicos y malas relaciones amorosas (pueden leer todos estos problemas detallados en nuestro especial ‘Jean-Claude Van Damme: Motivos de un hundimiento’).

Aparentemente recuperado, consigue un contrato con Sony/Columbia para ‘Soldado Universal: El retorno’ (Mic Rodgers, 1999). Los casi 50 millones de dólares de inversión terminarían siendo el mayor fracaso de la carrera del belga. Durante seis semanas en la cartelera norteamericana tan solo consigue 10 millones. No ayudó tampoco su siguiente asociación artística con John G. Avildsen. Nadie entendió, y muy pocos fueron a ver a cines, ‘Van Damme’s Inferno’ (1999). Para rematarlo todo, ‘Soldado de fortuna’ (Peter MacDonald, 1998) certifica su fin de trayecto en Estados Unidos saliendo directa a video. Oficialmente, la carrera en EEUU de Jean-Claude Van Damme es dada por muerta.

Regreso a Europa.
La puerta americana se ha cerrado. Ahora el belga debe contentarse con que sus films sólo vean la luz en salas europeas en la siguiente década. Años más tarde termina cayendo irremediablemente en el VOD.

A pesar de las limitaciones, logra mantener la calidad (salvo alguna excepción) en un primer momento. En este sentido, películas como ‘Replicant’ (Ringo Lam, 2001),Salvaje (Ringo Lam, 2003) oJusta venganza (Philippe Martinez, 2004) son algunas de las mejores no sólo de esa época, sino de su filmografía en su vertiente más dramática. Sin embargo, posteriormente deja obras inefables como ‘En territorio enemigo’ (2006) o fallidas comoEl patrullero (Isaac Florentine, 2008), que deben ver la luz debido a los contratos vinculantes para más de un proyecto que debe firmar obligatoriamente. De todo ello, Van Damme hace un alegato artístico que, al mismo tiempo, puede servir perfectamente como una carta de perdón para sus fans enJCVD (Mabrouk El Mechri, 2008).

Sus siguientes diez años deambula entre films puramente alimenticios, intentos de volver a cines en USA, “secuelas universales” y proyectos que nunca ven la luz. De todo esto, lo mejor que se puede sacar es su aparición estelar en el súmmum del cine de acción moderno, Los mercenarios 2 (Simon West, 2012). Por su puesto, también destaca en su monumental cliffhanger en la serie Jean-Claude Van Johnson (Peter Atencio, 2017).

En 2019 estrenó Lukas (Julien Leclercq, 2018) directa a DVD y disponible en España gracias a Inopia Films. Nos falta por llegar ‘We Die Young’ (Lior Geller, 2018). Al mismo tiempo que leen estas líneas se encuentra sumergido en un severo entrenamiento marcial bajo las órdenes de su mentor, Claude Goetz. Y, finalmente, su proyecto más nuevo pasa por su asociación con Netflix para protagonizar un film producido por el gigante del streaming.

“Me encantan los desafíos y tenerlos me mantiene vivo. Si algún día dejo de tenerlos, entonces, ese día estaré muerto” (JCVD)

Actualizada a 18/10/20.

Escucha nuestro podcast