La muerte tenía un precio
Un peligroso criminal apodado como “El Indio” reúne a toda su banda de forajidos. El objetivo es dar un gran golpe en el Banco de El Paso donde se custodia una de las mayores sumas de dinero de todo el país. Paralelamente, dos expertos cazarrecompensas planean como detener a “Indio” y a toda su banda. (Cineycine).
Un director italiano que no hablaba nada de inglés. Un joven actor norteamericano que no las tenía todas consigo para repetir papel. Y otro actor que llevaba algún tiempo retirado pintando cuadros. Creo que ninguno de ellos pensó que de este film se iba a seguir hablando más de 55 años después. Sin embargo, aquí estamos para dar la cara y ajustar cuentas con “El Indio” porque ‘La muerte tenía un precio’.
“Al Indio déjamelo a mí” (Douglas Mortimer)
Crítica de La muerte tenía un precio
En 1965 Sergio Leone retornó detrás de las cámaras para entregarnos su segundo spaghetti western: ‘La muerte tenía un precio’. Este film es la segunda entrega de la conocida como “trilogía del dólar”. La primera entrega fue ‘Por un puñado de dólares’ (1964) y la tercera ‘El bueno, el feo y el malo’ (1966). Todas ellas protagonizadas por Clint Estwood, un “desconocido actor” norteamericano que vino a Europa a ganarse la vida y labrarse una carrera. Posteriormente, Leone completaría su canto a este peculiar subgénero, ya sin Eastwood, en ‘Hasta que llegó su hora’ (1968). Por su parte, el “desconocido” actor regresaría a Estados Unidos para firmar un contrato de estrella con la Universal.
Según a quién le preguntes, ‘La muerte tenía un precio’ puede situarse por encima de ‘El bueno, el feo y el malo’ como el mejor spaghetti western de Leone. Un escalón por debajo quedaría ‘Por un puñado de dólares’. En cualquier caso, estamos hablando de una trilogía fabulosa tanto para amantes del western como del spaghetti western. Todas las trademarks iniciales de Leone y del subgénero están a plena potencia en ‘La muerte’. Desde los primeros planos de los ojos de los pistoleros, pasando por la violencia desmedida y hasta el feísimo retrato de casi todos los protagonistas. Hablamos de personajes sin escrúpulos ni moral para los que la vida vale poco o nada.
La película fue una coproducción entre Italia, Alemania y España en la que Leone sacó brillo a cada dólar. Por la parte que nos toca decir que en España se rodaron todos los exteriores en localizaciones naturales de Almería. Localizaciones como el pueblo de Los Albaricoques que lucen y ¡de qué manera en el film! Ver a Eastwood a galope tendido recorriendo los terrenos montañosos después de asaltar un telégrafo, o a la banda de “El Indio” entrando amenazantes en El Paso, es algo que no tiene precio. La repercusión del film fue tremenda convirtiéndose en todo un éxito de taquilla, especialmente en España e Italia. Su eco fue tal que llegó a resonar al otro lado del Atlántico estrenándose en Estados Unidos y consiguiendo recaudar 5 millones de $. Hablamos de un dinero que, para la época y para ser una cinta extranjera, no estaban nada mal.
El guión del film, escrito por Luciano Vincenzoni y el propio Sergio Leone, recoge una trama principal de robos y atracos junto a una subtrama de venganza. En la primera asistimos a la preparación y ejecución del asalto al Banco de El Paso. Por su parte, la subtrama explota en el duelo final. Ahí conoceremos los motivos reales por los que el Coronel Mortimer va tras Indio con tanto ahínco. Será también ahí cuando cobre sentido el preciado reloj que el criminal tiene en su poder y las pesadillas que tanto le han ido atormentando y perturbando durante todo el film.
Tanto en el libreto como en la filmación destaca el perfecto retrato de los tres protagonistas principales: El coronel Douglas Mortimer, el Manco y el Indio. Cada uno de ellos es presentado al principio dejando muy claro, en su correspondiente segmento de minutos, lo que podemos esperar de cada uno de ellos. Además del gran retrato de personajes, también destacan los brillantes diálogos repletos de durezas, sentencias y firmezas inolvidables. Es imposible no acordarse del enfrentamiento inicial entre Mortimer y Manco, o de la humillación máxima a la que somete Mortimer al jorobado sicario de Indio al encender una cerilla en su chepa… Y ya el culmen es el ajuste de cuentas final o el recuento de dólares y cadáveres que hace Manco.
Y si el script resulta sensacional ¡qué puedo decir de la banda sonora de Ennio Morricone! Para mi es su mejor banda sonora o, como mínimo, la que mejor define al film al que pone música. Ya nada más empezar, cuando suenan sus primeros acordes con los sonidos de las pistolas, te queda claro que vas a ver algo muy grande. Ojo al empleo de los coros masculinos, los silbidos, el órgano de iglesia, y a los instrumentos de cuerda, viento y percusión. Mención al margen merecen también los relojes de Mortimer e Indio usados para introducir la música en escena de manera totalmente natural. En fin, un lujo de banda sonora.
“Cuando acabe la música dispara, si puedes…”. Por un puñado de dólares más.
Respecto al elenco principal decir que Clint Eastwood y Lee Van Cleef dan vida a sendos cazarrecompensas: El Manco y el Coronel Douglas Mortimer. Sus performances son ciertamente parecidas no regalando ni un gesto de cara a la galería. Son dos ejecutores de hombres y por ellos hablan más sus ojos y sus pistolas. La gran diferencia que existe entre ambos radica en el carácter más táctico de Mortimer frente al ímpetu de “Manco”. También destaca Mortimer por dar preferencia a las pistolas y los rifles frente a los puñetazos. Esto último algo en lo que “Manco” es todo un especialista soltando zurdazos que dejan a quién los recibe totalmente sonado. Siguiendo con “Manco”, decir que tanto su revolver (Colt Single Action Army) como su poncho lo ligan con ‘Por un puñado de dólares’ y ‘El bueno, el feo y el malo’.
Por su parte, Gian Maria Volonté encarna a “El Indio”, un auténtico villano de los pies a la cabeza y un sociópata atormentado por un dramático suceso de su pasado que le privó de “disfrutar” lo que más ansiaba. Hablamos de un tipo que, llegado el momento, será capaz incluso de sacrificar a sus propios hombres… Volonté resulta muy beneficiado con este personaje puesto que le da acceso a una gran variedad de registros: drogado, enfurecido hasta la locura, manipulador,… Así las cosas, si todo gran film necesita un gran malvado, “El Indio” es un cabeza de cartel excelente.
De la banda de “Indio” los que más resaltan son Luigi Pistilli, Mario Brega y Klaus Kinski. Pistilli encarna a Groggy, el mejor pistolero de “Indio” (ojo a su presentación haciendo girar de un tiro la espuela de un esbirro) y el que más sospechas tiene hacia su jefatura, sobre todo al final. Por su parte, Brega completó, junto a Eastwood, los tres créditos de esta “trilogía del dólar”. Aquí da vida a Niño, el colosal guardaespaldas personal de “Indio” que no cuestiona ninguna de sus órdenes. Finalmente, el irrepetible Klaus Kinski es el jorobado que se las tendrá tiesas por dos veces con Mortimer. Atención a su sentencia: “El mundo puede ser una mortaja”.
“A esos dos es mejor tenerlos de frente que tenerlos a la espalda y, a ser posible, fríos. Completamente fríos” (Indio)
En conclusión.
Termino esta crítica de La muerte tenía un precio, una de obras cumbres del subgénero y así hay que decirlo. Sus personajes, su retahíla de sentencias y su insuperable banda sonora la alzan hasta las alturas de las más grandes. Si todavía no te salen las cuentas, entonces, es que a lo mejor no la has mirado bien…
Tráiler de La muerte tenía un precio
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