La primera película de Lee Van Cleef
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Hoy viajamos hasta el año 1952, que es cuando se estrenó la primera película del actor que nos ocupa. Un intérprete que se valió de una mirada aviesa y de su pose retadora a la hora de fumar. Así consiguió la fama que le llevaría a salir en películas prácticamente hasta el día de su muerte. Hablamos de todo un coronel, un caza-recompensas, un pistolero infalible… Pasen al salón y lean…

La primera película de Lee Van Cleef

Corría el año 1952 cuando vio la luz un pequeño western producido por un joven Stanley Kramer. Delante de las cámaras estaba una estrella en declive como Gary Cooper interpretando a Will Kane. Y detrás de las mismas Fred Zinnemann, que había sido nominado al Oscar en 1949. El resto del elenco importante lo formaron Grace Kelly, Katy Jurado, Lloyd Bridges, Thomas Mitchell y Otto Kruger. A pesar de sus escasos 700.000 $, el film redefinió las reglas del género y ganó 4 Oscars. Su título habla por sí mismo: ‘Solo ante el peligro’ (High Noon).

La primera imagen que vemos en ‘Solo ante el peligro’ es la de un pistolero. Un tipo sentado en lo alto de una colina, con la mirada afilada y un cigarrillo en la boca. Ese pistolero era nuestro protagonista de hoy, Lee Van Cleef. Este fue su primer papel en cines y su personaje se llamaba Jack Colby, un cowboy de la banda de los Miller. Los Miller eran unos forajidos que obedecían a Frank Miller, un villano que pasó 8 años encerrado por el sheriff Will Kane. Ahora regresa con sus pistoleros al pueblo que Kane limpió para vengarse. Para sorpresa de Kane, el pueblo muestra su cobardía y lo deja ¡solo ante el peligro!

Lee Van Cleef aparece continuamente durante el metraje. Sin embargo, su personaje se limita a mirar fijamente al encargado de la estación, esperar sentado a su jefe, tocar la armónica y desenfundar su revólver en el clímax final. Van Cleef no tiene ni una sola línea de diálogo en todo el metraje. Las únicas palabras que pronuncia quedan mudas por la música cuando se encuentra en la colina con el segundo de los miembros de los Miller. Van Cleef contaba con 27 años cuando se rodó la película.

Antes de ‘Solo ante el peligro’ no aparece acreditado en ninguna aparición ni en series, ni películas. En el mismo 1952 participaría en otras dos cintas y otras tantas series. Su carrera se centraría prácticamente en la televisión durante los años siguientes. También en apariciones secundarias en westerns. Films donde primaban más las miradas atravesadas y los cigarrillos en boca que los diálogos.

En 1958 tendría un papel de cierto peso, aunque no muy largo, fue en ‘El baile de los malditos’ (Edward Dmytryk). En este film antibélico protagonizado por Marlon Brando interpretó a un duro sargento. Su carrera se estancaría en la televisión durante cerca de seis años más. Sólo se salvó su aparición en ‘El hombre que mató a Liberty Valance’ (John Ford, 1962).

Antes de que Sergio Leone mandara a rescatarlo para su mítico rol del coronel Mortimer enLa muerte tenía un precio (1965), Cleef estaba ahogado por las deudas. Tan es así que pintaba un cuadro por encargo de 30 dólares. Cuando los emisarios de Leone le ofrecieron 30.000 $ por salir en la segunda entrega de la trilogía del dólar, Van Cleef soltó el pincel, cogió una chaqueta y dijo: “¿nos vamos?”. Así es como se vino a Madrid, sin tan siquiera terminar aquel cuadro. El resto es historia…

Su fama en Europa se dispararía y pasaría de estar al borde la ruina a comprarse un apartamento en Roma para los escasos parones entre rodaje y rodaje en Almería. Van Cleef volvería a trabajar con Leone en una tercera ocasión. Fue en ‘El bueno, el feo y el malo’ (1966), ya como un actor cuya carrera había sido relanzada y dando vida al malo, Sentencia. En las siguientes dos décadas haría más películas que nunca en toda su vida ¡más de treinta films!. En esos años llegó incluso a trabajar con John Carpenter en 1997: Rescate en Nueva York’. Su cinta póstuma fue ‘Camaleón’, dirigida por Michael McCarthy y estrenada en 1990.

Lee Van Cleef moriría el 16 de diciembre de 1989 de un ataque al corazón, tenía 64 años. Atrás dejaría tres matrimonios y cuatro hijos, uno de ellos adoptado. Y una frase para el recuerdo: “Tengo que admitir que en las películas en las que participo, el héroe siempre es otro. También para mis hijos. Espero que ellos entiendan que su padre es un buen hombre en la vida real”.

Y hasta aquí este merecido rescate. Lee Van Cleef fue uno de los actores que mejor ha sabido sostener un plano fijo, una mirada insuperable y una pose de auténtico tipo duro. Todo eso le valió a para hacer carrera en Hollywood y ser una auténtica superestrella en Europa.

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