Insidious: La última llave
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Mientras exista el miedo, habrá parásitos que querrán cruzar el mundo de los sueños para aterrorizar a los vivos. Y no olvidéis que los fantasmas de nuestro pasado, pueden ser los de nuestro presente siempre que no les hagamos frente. Es hora de regresar con Elise Raynier para un nuevo capítulo de… ‘Insidious: La última llave’.

Crítica de Insidious: La última llave

Como ya expuso mi compañero David González, la decisión al final deInsidious (James Wan, 2010) de prescindir de un personaje clave en la saga acortó, claramente, las alas del mundo creado por James Wan & Leigh Whannell. Y aquí la fórmula ya da visos de estar agotándose. Las historias parece que no dan para más desde un punto de vista temporal.

Lo anterior es evidente en ‘Insidious: La última llave’. Nuevamente debemos viajar al pasado para descubrir un nuevo y terrorífico caso de la sensitiva Elise Raynier (Lin Shaye), concretamente uno de los primeros en los que trabajó una vez que montó su nuevo equipo paranormal con Specs y Tucker (Leigh Whannell y Angus Sampson). A estos dos personajes también se les empiezan a ver ya las costuras. En este film están claramente sobrantes y no son capaces de demostrar el humor que salvaba la tensión en las dos primeras entregas y, en parte, por sus looks en la tercera.

‘Insidious: La última llave’ confirma el bajón del anterior film. Y reafirma esa manera forzada de conectar la saga entorno a la figura de Elise y los “portales”. “Portales” que los viajeros abren en sus sueños y que pueden ir hacia delante o atrás en el tiempo. Ojo, no estamos hablando de que sea un mal film, pero sí que se nota que el esfuerzo por conectarlo todo y por querer presentar personajes deudores del demonio del primer film, y de la viuda de negro, hace que el impacto de los momentos de terror se vea claramente disminuido. Igual que a los personajes de Specks y Tuker, a ‘Insidiuos: La última llave’ también se le notan las costuras.

No ayuda en esta propuesta (como ya pasara en Insidious: Capítulo 3) que, salvo Lin Shaye, el reparto sea realmente muy flojo. La cinta presenta actores y actrices desconocidos o del mundo de la televisión. Y estos entregan interpretaciones muy planas. Sólo destacar, además de a la ya citada Lin Shaye (de la cual obviaremos que luzca cada vez más mayor, a pesar de estar viendo historias previas a los hechos de ‘Insidious’), a la joven Spencer Locke (actriz a la que ya pudimos ver en algunas entregas de la saga ‘Resident Evil’) dando vida a Melissa Rainier (la «sensitiva» sobrina de Elise) y, finalmente, a Josh Stewart en el complicado y escalofriante papel de Gerald Rainier (padre de Elise).

En cuanto a los nuevos seres y parásitos que encontraremos aquí, conviene destacar al que ya avanza su póster. Me refiero al propietario de la mano con forma de llaves. Este demonio es, en principio, realmente sobresaliente. En pantalla tenemos un ente con las cinco llaves que abren los portales para visitar todos los mundos de los sueños. Además, este demonio tiene el poder de influir en las personas “débiles” y hacerlas partícipes de sus cacerías. Todas estas personas con un mismo perfil y que no ha sido elegidas por casualidad.

También merece destacarse el hecho de que, en un momento determinado, la historia juega con el espectador. De esta manera se presentan hechos que luego dan pie a una subtrama que implica directamente al pasado de Elise y las cicatrices, tanto físicas como mentales, que carga consigo, y que le hicieron convertir su don en su forma de vida. Algo así como que todo lo que veía no eran solamente fantasmas. Y hasta aquí es conveniente contar…

Si bien lo anterior es de lo mejor, conviene tildar como lo peor la forma facilona en cómo se combate a los demonios en los sueños. Esto está resuelto de manera altamente forzada y a conveniencia del director y el guionista en un momento dado. Quiero decir que buscan la manera rápida y fácil para finiquitar el film, pero dejar abiertas puertas para seguir explotando el filón ‘Insidious’. Hablando del director, en esta cuarta entrega es Adam Robitel, uno de los seis guionistas de ‘Paranormal Activity: Dimensión fantasma’ (Gregory Plotkin, 2015). Robitel firma su segundo trabajo detrás las cámaras tras ‘The Taking’ (2014). Y aquí se pliega por completo al estilo impuesto por Wan, y luego heredado por Whannel, haciendo hincapié en las imágenes insidiosas y los golpes sonoros orquestados por Joseph Bishara. Este último tendrá su obligada aparición como Face-Demon.

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Insidious: La última llave, una cinta que contiene más visitas al otro lado, más puertas rojas que abrir y más demonios que combatir. Este film es una clara precuela “completista” que, justamente, pierde muchos puntos con las otras tres entregas (sobre todo con las dos primeras) por querer seguir llenando huecos de manera claramente forzada e innecesaria. Funciona al nivel de sustos y de pasar algo más de 100 minutos en tensión, pero no más allá.

Tráiler de Insidious: La última llave

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